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Rafael de Ceballos-Escalera y Sánchez

Biografía

Ceballos-Escalera y Sánchez, Rafael de. Madrid, VIII.1774 – Bornos (Cádiz), 1.VI.1812. Militar.

Fue hijo de Matías de Ceballos-Escalera y Meerezon, teniente coronel del Regimiento de Burgos, y de María Josefa Sánchez Cano.

Ingresó a los dieciséis años con el empleo de subteniente de Infantería en el Regimiento Provincial de Málaga, con el que en 1793 tomó parte en la Guerra del Rosellón formando parte del ejército del general Ricardos. Atravesó los Pirineos y se encontró en el mes de junio en el sitio, bloqueo y rendición del castillo de Bellegarde, en la defensa de la plaza de Las Illas ante el bloqueo puesto por los franceses, avanzando a continuación hacia Perpiñán, combatiendo en Néfiach, Saint Feliu y en las alturas del río Têt. Fracasó en el intento de tomar Perpiñán e intervino en el mes de agosto en la batalla de Trouillas. Ante los refuerzos llegados al enemigo, al año siguiente tuvo que retirarse al castillo de San Fernando de Figueras; aunque fue hecho prisionero tras la rendición de la fortaleza, consiguió posteriormente fugarse.

En 1795 fue ascendido al empleo de segundo teniente y en 1801 participó en las operaciones realizadas contra Portugal formando parte de la división al mando del general Iturrigaray, sirviendo en un primer momento en artillería y mandando seguidamente una guerrilla.

Fue encargado en 1808 de la persecución del contrabando en los partidos de Vélez-Málaga y Almuñécar y dos años después, tras el levantamiento del pueblo de Madrid contra el invasor francés, consiguió contener la sublevación de los penados de la cárcel de Málaga, recibiendo varias heridas durante el intento.

El 17 de julio de 1808 tomó parte en la batalla de Bailén; fue ascendido a capitán dos meses después y a sargento mayor en abril del siguiente año.

Siendo sargento mayor del Regimiento de Málaga y gobernador interino del castillo de San Luis, en Marbella, al mando de su guarnición resistió valientemente en 1810 cinco sitios puestos por los franceses, por lo cual fue felicitado y recompensado con el grado de teniente coronel de Infantería.

En 1811 combatió en la provincia de Cádiz en las acciones de Alcalá de los Gazules y de los campos de Jimena. Se halló también en la retirada a San Roque, en la batalla librada contra el general Godinot y en el asedio que sufrió su división en las inmediaciones de Gibraltar. En el mes de mayo había sido nombrado sargento mayor del Regimiento de Castropol.

Su destacada actuación ante los franceses hizo que éstos persiguiesen a su familia, que no había podido seguirle por lo peligroso de sus misiones, lo que le obligó a pedir ayuda en el mes de junio para conseguir que le llegase parte de su sueldo. Mientras las tropas a su mando le vitoreaban al grito de “¡Viva Ceballos!”, su familia, y él mismo, llegó a pasar grandes privaciones económicas.

En el mes de marzo de 1812 se le confió el mando del Regimiento de Sigüenza, a cuyo frente combatió el 10 de abril en la acción de Zahara (Cádiz), sosteniendo la retirada del ejército y resistiendo y rechazando con gran valor y serenidad la carga de la caballería enemiga; días después intervino en la acción de Osuna (Sevilla).

El 14 de mayo, el general Ballesteros, jefe del 4.º Ejército, le nombró comandante del Batallón de Granaderos del General, unidad preferente de dicho ejército conocida como los “Barbones de Ballesteros”.

Habiendo el mariscal Soult decidido fortificar la plaza de Bornos con el fin de asegurar las comunicaciones entre Sevilla y Cádiz, trató de evitarlo Ballesteros, saliendo de Gibraltar y vadeando el Guadalete el 1 de junio para a continuación caer sobre Bornos, pero la desbandada de una unidad española facilitó la carga y posterior acción de envolvimiento de la caballería francesa, lo que originó un gran desorden en el despliegue y la consiguiente huida de las tropas, que trataron de repasar el Guadalete. Ceballos-Escalera, que al principio del ataque había sido herido en un muslo, resistió la retirada al frente del Batallón de Granaderos, que había sufrido numerosas bajas, y al ver que unas compañías de granaderos francesas se apoderaban de dos piezas de artillería se decidió a recuperarlas, contando con la ayuda de un oficial y un reducido grupo de gastadores que no llegaba a la veintena.

Consiguió recobrar una de las piezas tras sufrir la pérdida de las dos terceras partes de sus hombres, siendo atacado mientras, ayudado por los escasos supervivientes de su tropa, arrastraba la citada pieza, que defendió heroicamente apoyado en una de sus ruedas al no poder mantenerse en pie como consecuencia de la herida de la pierna, situación en la que recibió un segundo impacto de bala en el pecho que le causó la muerte inmediata. Tanto Soult en Sevilla como Sebastiani en Granada dieron cuenta en la orden de la plaza de la muerte del héroe, que sería recompensado a título póstumo con una de las primeras cruces laureadas de la Orden de San Fernando, que había sido creada por real decreto de 31 de agosto del año anterior.

En el mes de julio de 1813 se le confirmó el mando del citado Batallón de Granaderos y se ordenó expedir su despacho.

En 1791 contrajo matrimonio en Málaga con Francisca de Ocón y Morillas, dama de gran valor y varias veces condecorada, que en 1809 fue tomada como rehén por los franceses, aunque consiguió escapar en medio de azarosas aventuras, en compañía de la esposa del general O’Donnell, conde de La Bisbal. De este enlace nacieron seis hijos, tres de ellos varones, que fueron también militares, y que pertenecieron por su valor, como su padre, a la Real y Militar Orden de San Fernando, llegando uno de ellos, Matías, a mariscal de campo, y a teniente general otro, Rafael, que se había batido al lado de su padre en Bornos siendo teniente del Regimiento de Castropol.

 

Fuentes y bibl .: Archivo general Militar (Segovia), Exps. personales, leg. C-2469.

Marqués de Cabriñana, Una familia de héroes, Madrid, 1920.

 

José Luis Isabel Sánchez

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