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José Muñoz Jiménez-Millas

Biografía

Muñoz Jiménez-Millas, José. El Corto. Madrid, 26.VII.1906 – Istra (Rusia), 27.XI.1941. Aviador militar.

Fueron sus padres Rafael Muñoz Riezo, comandante de Estado Mayor, y María, hermana del célebre aerostero Emilio Jiménez Millas.

Siguiendo los pasos de su hermano mayor, Emilio, ingresó como alumno en la Academia de Infantería el 27 de agosto de 1921. Tras su graduación en 1924, marchó voluntario a Marruecos. Allí se forjó en la tradición militar africanista, sirviendo en el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas Alhucemas n.º 5 y en la Harka de Melilla. El 27 de agosto de 1924 fue gravemente herido en Uad Lau (recibió por ello su 1.ª Medalla de Sufrimientos por la Patria). El 5 de abril de 1927, recibió otra herida de guerra en la posición de Tainza (Ketama). Entre ambas fechas, su hermano Emilio (teniente piloto de la 19.ª Promoción de Aeronáutica) alcanzó la Medalla Militar y la muerte a los mandos de su avión en Beni Buyai. José añadió a su fama de valiente la ya legendaria de su hermano, y heredó su apodo de El Corto, pues, como aquél, tampoco descollaba por estatura.

A finales de 1927, el teniente Muñoz fue nombrado alumno aviador, iniciando su formación en Cuatro Vientos y, posteriormente, en Los Alcázares y Sevilla. En abril de 1928 obtuvo el título de observador de aeroplano, lo que le permitió actuar como tal en la Escuadra de Marruecos (Melilla y Nador, vuelos de correo y reconocimiento) hasta julio de 1929, cuando pasó en comisión de servicio a Getafe. De allí, en septiembre se incorporó a un curso de pilotos en Alcalá. Ya en 1930, tras los cursos de clasificación, obtuvo el título elemental (en marzo) y militar (en agosto) y regresó a la Escuadra de Marruecos (Tetuán y Cabo Juby), donde permaneció hasta mediados de 1931. Con la instauración de la República, fue destinado al Grupo 23 de la Escuadra 3 (Logroño) donde continuaba al inicio de la Guerra Civil.

En 1936, el capitán Muñoz ya contaba con novecientas setenta horas de vuelo y una más que notable trayectoria aeronáutica: Curso de Vuelo sin Visibilidad (Cuatro Vientos, 1932) de Paracaidismo (1933); Segundo Premio en la Vuelta aérea a España (1934), etc. En 1935 se calificó como piloto de caza y ascendió a capitán de Infantería por antigüedad. Continuó “al servicio de otros ministerios” (al igual que todos los que se encontraban en la Aviación Militar al producirse la reorganización republicana) como jefe de una escuadrilla Breguet XIX en la Base de Agoncillo (Logroño). Incorporado al levantamiento militar, el día 20 de julio voló a Burgos. Desde allí, inició sus operaciones bélicas sobre Reinosa, frente de Álava y avance hacia la sierra de Madrid. El 16 de agosto, al crearse el grupo mixto Dragón-Fokker, fue nombrado jefe de escuadrilla de Dragones, con los que operó en la defensa de Huesca, frente del Cantábrico y batalla de Guadarrama, hasta finales de septiembre.

Con la llegada de los aviones Romeo-37 (asalto), el capitán Muñoz recibió el mando de escuadrilla, actuando al frente de ellos en todas las misiones de apoyo que les fueron asignadas hasta finales de junio de 1937. Tras un breve paso por la Escuadrilla de Transportes y los Heinkel-70 (“Rayos”) volvió a los Ro-37 del ya constituido Grupo 4-G-12. En diciembre, al crearse el 1-G-2 dotado con los Heinkel-51, fue nombrado su jefe. Estos aviones, cazas obsoletos ante los nuevos aparatos de ambos contendientes, fueron reciclados para la modalidad de ataque conocida como “cadena”: vuelo en pescadilla de ametrallamiento al suelo, doblemente mortífero y eficaz, tanto para el atacante como para la artillería antiaérea del atacado.

El 26 de marzo de 1938 fue un día especial para el 1-G-2. Dos misiones en el frente de Gandesa, capitaneadas, como siempre, por El Corto. La primera, partiendo de Alcañiz, con los nueve He-51 de que disponía el Grupo, sobre las trincheras de las Brigadas Internacionales en el río Guadalope: se perdieron cuatro aviones. La segunda, después de repostar, con los cinco restantes: dos fueron derribados y el resto quedó inutilizado para el servicio por los impactos recibidos (el que menos, Muñoz, con veintitrés agujeros). Por este servicio, el 1-G-2 recibió la Medalla Militar colectiva y su jefe fue propuesto para la individual.

En agosto de 1938, fue habilitado para comandante, empleo al que accedió en el Arma de Infantería, por méritos de guerra y tras el correspondiente juicio contradictorio, el 1 de enero de 1939. Tras la habilitación, completó un reentrenamiento de caza en la Escuela de Gallur (Zaragoza) y se incorporó, en La Zenia, a la Legión Cóndor como agregado. Allí mandó una Escuadrilla de Messerschmidt-109 C con la que actuó en la batalla del Ebro, hasta finales de año. Se creó entonces el Grupo 5-G-5 (mixto He-112 y Me-109 B), afecto a la 7.ª escuadra; cuyo mando ostentó hasta el fin de la guerra.

Entre 1936 y 1939, el comandante Muñoz realizó 867 horas de vuelo en cuatrocientos veintiséis servicios de guerra; fue herido en Guadarrama (2.ª Medalla de Sufrimientos por la Patria, 15 de septiembre de 1936) y, derribado nueve veces, pudo siempre volver al campo propio. Obtuvo la Medalla Militar individual, un ascenso por méritos de guerra y fue propuesto para la Cruz Laureada de San Fernando.

Hasta finales de febrero de 1940, fue jefe del Grupo de Caza de la Región Aérea Pirenaica, pasando entonces a la Jefatura de la 3.ª Sección del Estado Mayor del Aire. Al crearse el nuevo Ejército, causó baja en Infantería y alta con el mismo empleo, antigüedad (26 de diciembre de 1939) y destino en la recién creada Escuela Superior. Entre febrero y julio de 1941 completó el Curso de Aptitud para el Estado Mayor del Aire, formando parte de la 1.ª promoción y, obtenido el diploma (18 de julio), continuó en la escuela como profesor.

Cuando se organizó la Escuadrilla Expedicionaria al frente ruso, el comandante Muñoz se ofreció como voluntario, asignándosele plaza para el segundo relevo. No obstante, insistió en participar en el primero para poder ser más eficaz en su turno y consiguió partir para el Frente del Este, con Ángel Salas Larrazábal, en junio de 1941.

En Rusia totalizó treinta y un servicios de guerra hasta el 27 de noviembre. Ese día, en un vuelo de protección a He-123 y Ju-87 alemanes, fue alcanzado por la antiaérea soviética cerca de Istra. Según el informe del jefe de la Escuadrilla (Salas) el techo de nubes era de 600 metros; el teniente Kindelán, que iba en la misma formación, vio incendiarse el avión, picar con 30.º y abrirse la cabina a unos 100 metros del suelo; el paracaídas inició su apertura pero sin la suficiente antelación para frenar el impacto que le causó la muerte.

Estaba casado con Carmen Moreno Hermosa y fue ascendido a teniente coronel, también por méritos de guerra.

De José Muñoz, El Corto, dijo otro héroe del Aire, el Laureado Juan Antonio Ansaldo: “[...] ha despertado el entusiasmo admirativo de los más bravos y por su historial puede asegurarse que si hay o hubo algún Jefe u Oficial de Aviación que pueda parangonarse con éste Capitán, ni existe ni existirá ninguno que lo haya superado”.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico del Aire (Villaviciosa de Odón, Madrid), Exp. 876368.

J. Sánchez Rocha y J. A. Miguel Casado (dirs.), Enciclopedia de aviación y astronáutica, vol. V, Barcelona, Editorial Garriga, 1972, pág. 1141; E. Herrera Alonso, “Semblanzas”, en Revista de Aeronáutica y Astronáutica, n.º 378 (mayo de 1972), págs. 365-366; Cien aviadores de España, Madrid, Ministerio de Defensa, 2000, págs. 239-242.

 

José Ramón Marteles López