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Agustín Díaz Robles y Quiroga

Biografía

Díaz Robles y Quiroga, Agustín. Agustín Robles. San Salvador de Leiro, Miño (La Coruña), 1758 – Ferrol (La Coruña), 1841. Pintor.

Agustín Robles, nombre con el que firma su obra y con el que se lo conoce en el panorama artístico gallego, reúne en su persona algo que más tarde se encontrará caracterizando a una buena parte de los artistas ferrolanos, pues en él confluirán la personalidad del técnico-científico (no en vano su primera profesión fue la de maestro instrumentista en el Observatorio de la Academia de Guardias Marinas de Ferrol; Montero Aróstegui dice que fabricaba barómetros, higrómetros y termómetros que eran incluso muy estimados en el extranjero), con la de maestro de Dibujo (sería profesor en la mencionada Academia), y la de pintor, que será la que aquí se tratará; además de haber desempeñado, entre 1813 y 1816, la dirección de la Fábrica de Moneda de Xubia.

Muy joven, Robles, se traslada a Madrid para estudiar Matemáticas, Física y Química, lo que, además de dar a suponer que era hijo de una familia de saneada economía, lleva a pensar que el objeto del desplazamiento era la de realizar los estudios de Farmacia, ya que ésta era de las pocas titulaciones en la que estas tres materias se cursaban juntas, aunque luego su vocación lo llevó al Observatorio Astronómico, de donde saldrá con el nombramiento de profesor encargado de los instrumentos del Observatorio Astronómico de Ferrol. Teniendo en cuenta la fecha de su nacimiento se ve, entonces, que Robles llega a Madrid en los momentos en los que la actividad científica alcanza sus mayores logros en la España de la Ilustración.

Esta estancia será también aprovechada por Agustín Robles para entrar en contacto con el ambiente pictórico madrileño y recibir formación en el taller de alguno de los importantes pintores que en aquellos momentos se asentaban en la Corte. La posibilidad de que fuese discípulo de Antonio Rafael Mengs, como llegan a suponer algunos historiadores, es algo del todo imposible, aunque eso sí, su obra no sólo está imbuida de los principios mengsianos, sino que en 1816 realizará una fiel réplica de El descendimiento que Mengs había pintado para el dormitorio de Carlos III en el Palacio Real de Madrid. También es necesario resaltar que Robles no figura inscrito en los registros de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, lo que ayuda a ratificar el carácter secundario que tuvieron sus estudios pictóricos; unos estudios en los que se volcará y en los que logrará una buena formación, que, unido a sus aptitudes, le permitirán más tarde hacerse con el encargo de la docencia en Dibujo en la Academia de Guardias Marinas ferrolana.

Su obra pictórica, que se localiza en Mondoñedo, Ferrol y La Coruña, es eminentemente de temática religiosa, no en vano la Iglesia seguirá siendo la que detente el mecenazgo en la Galicia de aquellos años, y se centra sobre todo entre los años que van de 1829 a 1834, unos años extraordinariamente malos para la ciudad departamental por el cierre de los talleres y de las construcciones navales así como por la supresión, en 1825, de la Academia de Guardias Marinas.

La primera de las obras de la que se tiene conocimiento es La aparición de San José y el moribundo que data de 1796, a la que suceden La Inmaculada y la que sin ningún género de dudas es la más celebrada, aquella que el ayuntamiento ferrolano le encarga en 1816 para la capilla del cementerio de la ciudad: La Unción y entierro de Cristo, así como La Dolorosa y la figura de San José y el Niño (1818), que se emplazan en las calles laterales del retablo de la antigua capilla de la fábrica textil de Xubia. Claro que su obra más numerosa y conocida es aquella que se data entre 1829 y 1834 y que se localiza en Mondoñedo: La Inmaculada; la Virgen entrega el rosario a santo Domingo; Los desposorios de la Virgen; San Sebastián; San Fernando en la toma de Sevilla; La Virgen del Rosario, etc., aunque no por ello pueden olvidarse las obras que por las mismas fechas realiza para las iglesias de Santa María, San Nicolás (en ambos casos no han llegado), y San Jorge de La Coruña: La Anunciación y Las ánimas del purgatorio.

De su obra como retratista quedan significativos ejemplos que deben ser fechados a partir de 1836, año en el que Robles retorna a Ferrol coincidiendo con el inicio de la restauración de la Marina, y donde continuará con la labor pictórica. De esta última etapa del pintor serán los retratos de Josefa Pardo de Cela (colección particular) y aquellos dos que junto al de Dionisio Sánchez Aguilera, que había pintado en 1809, pertenecen a los fondos del Hospital de la Caridad de Ferrol: El coronel Ángel Buceta Figueroa y Vizoso, que había ampliado y restaurado el Hospital de la Caridad con los fondos enviados por el Comisario de Cruzada Fernández Varela, y el de Alejandro Queipo de Llano, fundador de la Escuela Pía de Niñas que funcionaba en los bajos del Hospital. Tres retratos algo desiguales pero en los que, como es preceptivo en un artista formado en los principios del Neoclasicismo, predomina lo dibujístico en planos secos, sobre el colorido, con unas tintas prácticamente planas.

La evolución de su estilo no resulta nada clara, pues sus lienzos son bastante homogéneos y no permiten hablar de cambios sustanciales. Sin embargo, en ese arte, pobre de recursos y con unos reducidos y característicos tonos, constituidos por ocres y tierras, se observa cómo las figuras van perdiendo tímidamente sus convencionales gestos, cómo sus ropas van suavizando los juegos de claroscuro y acercándose algo al natural, y cómo el color va tomando cierta preponderancia dentro del cuadro. Todo ello pudiera ser debido a que Agustín Robles comienza a vislumbrar en su obra los efectos de un nuevo estilo: el Romanticismo.

 

Obras de ~: San José y un moribundo, 1796; Retrato de D. Dionisio Sánchez Aguilera, 1809; La Unción y entierro de Cristo, 1816; La Dolorosa, 1818; San José y el Niño, 1818; La Anunciación, 1827; Las ánimas del purgatorio, 1827; La Inmaculada, c. 1827; Santa Teresa, c. 1828; Aparición de la Virgen y el Niño a un monje capuchino, c. 1828; La Inmaculada, 1829; La Virgen entrega el rosario a santo Domingo de Guzmán, 1830; Los desposorios de la Virgen, 1832; San Sebastián, 1832; San Fernando en la toma de Sevilla, 1832; La Virgen del Rosario, 1832; Retrato de D. Alejandro Queipo de Llano, 1833; Ángeles, 1834; El abrazo franciscano, 1834; Retrato del coronel Ángel Buceta Figueroa y Vizoso, 1836; Retrato de D.ª Josefa Pardo de Cela, s. f.

 

Bibl.: J. Montero Aróstegui, Historia y descripción de la ciudad y departamento naval del Ferrol, Madrid, Imprenta de Beltrán y Viña, 1859; N. Fort Roldán, “Don Agustín Díaz Robles”, en El Eco de Puentedeume, 5 de enero de 1908; J. Couselo Bouzas, Galicia artística en el siglo xviii y primer tercio del xix, Santiago de Compostela, Imprenta del Seminario, 1932; La pintura gallega, Santiago de Compostela, Porto y Cía., 1950; A. Violanoba, “Agustín Díaz Robles y Quiroga”, en R. Otero Pedrayo (dir.), Gran Enciclopedia Gallega, vol. IX, Santiago de Compostela, Gran Enciclopedia Gallega, 1974-2000; F. Urgorri Casado, “En las bases. La pintura de dos profesores de dibujo”, en VV. AA., Pintores ferrolanos, La Coruña, Diputación Provincial, 1980; E. Fernández Castiñeiras, “Plástica neoclásica”, en X. M. García Iglesias (coord.), A Arte galega. Estado da cuestión, Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, 1990; F. Fernández Castiñeiras, Un siglo de pintura gallega, 1750- 1850, Santiago de Compostela, Universidad, 1992; P. J. González Rodríguez, “A propósito de un cuadro del descendimiento de Cristo conservado en Ferrol, Agustín Robles copista de Antonio Rafael Mengs”, en Abrente, vol. 29 (1997).

 

Enrique Fernández Castiñeiras