Álvarez Enciso, Domingo. Mansilla de la Sierra (La Rioja), 1737 – Jerez de los Caballeros (Badajoz), 23.X.1800. Pintor.
La fecha de nacimiento de este artista, así como el lugar, han generado debates a lo largo de la historia, dado que, a pesar de que muchos la fijen en 1737 y en Mansilla de la Sierra, cuando él se inscribe para optar a la pensión de Roma en 1758, en su registro afirma que es natural de la villa riojana de Ventrosa y que en ese momento tiene diecinueve años.
Llegó a Madrid en 1752 para estudiar pintura, matriculándose en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando el 16 de octubre de ese mismo año. Su tío, ayuda de la furriera de palacio, le puso bajo la tutela del también pintor Andrés de la Calleja. Su vida artística comenzó acudiendo a las clases de Dibujo de la Junta Preparatoria, cosechando su primer éxito en el concurso general de premios de 1754.
A principios de 1758 estuvo bajo la protección de Antonio González Ruiz, además de la de Andrés de la Calleja, y realizaba dibujos de las copias que éstos hacían de los tapices de Teniers, destinados a decorar el palacio de El Escorial.
En mayo de ese mismo año se inscribió al concurso que ofertaba una plaza de pensionado en Roma. Tras realizar un dibujo y un óleo fue él el elegido. A finales de diciembre ya estaba situado en la Ciudad Santa. Se instaló en un cuarto cercano al que ocupaba Preciado de la Vega, director de los pensionados. El primer año lo pasó dibujando principalmente en la Galería Farnesio y en la Escuela de Desnudo del Campidoglio.
El trabajo realizado durante sus primeros años en Roma fue muy elogiado, así como su correcto comportamiento.
Pero su actitud cambió y el director le recriminó en varias ocasiones. La situación llegó a ser tal que su beca fue suspendida en 1762 y sólo la recuperó gracias a la insistencia de Preciado de la Vega, que veía en Álvarez Enciso a un buen pintor. A partir de entonces, se dio cuenta de lo importante que era esa oportunidad para él y comenzó a comportarse y a trabajar con muchísima más seriedad.
Antes de esta grave llamada de atención, ya había enviado a Madrid una copia del Rapto de las Sabinas, de Guido Reni (según Pérez Sánchez y Ossorio es copia de Cortona) y un Tarquinio y Lucrecia, ambos en la Academia. La institución madrileña no dio el visto bueno de la primera, ya que decía que era una obra demasiado complicada para la mano de este novel pintor y dieron instrucciones a Preciado para que el alumno se dedicase a empresas más sencillas.
En 1763 estudia la técnica del fresco junto a José del Castillo y Mariano Salvador Maella en el palacio de España. A pesar de sus esfuerzos no acababa de gustar, y fue de nuevo rechazado por la Academia cuando se recibieron los trabajos de los pensionados en Roma en 1764. Afirmaron que sus obras eran de baja calidad. Preciado dijo entonces de él que lo que le impedía progresar era su falta de talento.
A pesar de tantos impedimentos, una vez que regresa a España, es nombrado individuo supernumerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Este acontecimiento tuvo lugar el 14 diciembre de 1766, gracias al lienzo Diana y Endimión.
Poco tiempo permaneció en Madrid, ya que viajó de nuevo a Roma, muy interesado por la Antigüedad clásica. Gracias a su constante trabajo consiguió que Carlos III le encargase las copias de las obras del gran Rafael sitas en las estancias vaticanas. Todas ellas se encuentran en los fondos del Museo de la Academia de San Fernando (La expulsión de Heliodoro, El incendio del Borgo, La Escuela de Atenas y La disputa del Sacramento).
En 1788, cuando aún estaba en Roma, fue nombrado director de Pintura de la Escuela de Nobles Artes de Cádiz, donde se trasladó inmediatamente y el 4 de enero de 1795 fue nombrado académico de mérito por la pintura de la Academia de San Fernando.
Llegó a ser pintor de cámara en 1795, jurando el cargo en Cádiz el 11 de febrero. El 23 de octubre de 1800 moría en Jerez de la Frontera.
Obras de ~: Pedro Ansúrez y Alfonso I el Batallador, 1758; Martirio de San Esteban, 1763; La cena de Emaús, 1795; El incendio del Borgo; La Escuela de Atenas; La Aurora; La disputa del Sacramento; Heliodoro expulsado del templo; Endimión y la Luna; Tarquinio y Lucrecia; El rapto de las Sabinas; La Transfiguración; La Concepción; Retrato del Rey Carlos III; Santa Rita en éxtasis asistida por un ángel; La cena del Salvador; Santo Tomás de Villanueva socorriendo a los pobres.
Bibl.: M. Ossorio y Bernard, Galería biográfica de artistas españoles del siglo xix, Madrid, Ramón Moreno, 1868; A. E. Pérez Sánchez, Inventario de las pinturas de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1964; J. Camón Aznar, Arte español del siglo xviii, Madrid, Espasa Calpe, 1986; M. A. B. Piquero López, “Copias académicas de maestros italianos”, en Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, n.º 76 (1993), págs. 326-331; J. L. Morales y Marín, Pintura en España 1750-1808, Madrid, Cátedra, 1994. R. Contento Márquez, “Formación del Buen Gusto”, en Formación del Buen Gusto. Dibujos de pensionados en Roma (1752-1786), Madrid, Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Bellas Artes, 1995.
Laura Fernández Bastos