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Carlos García Alcolea

Biografía

García Alcolea, Carlos. Carlos Alcolea. La Coruña, 1949 – Madrid, 20.IX.1992. Pintor.

Nacido en el seno de una familia atenta a la cultura, la música muy especialmente, se traslada con ella de pequeño a Cádiz, donde residirá por algún tiempo.

Más tarde, en 1967, se muda de nuevo a Madrid, donde inicia estudios en la Facultad de Derecho. De ese momento son los primeros contactos con el arte vivo de su época; se inicia pintando dentro de unas coordenadas abstractas de talante expresionista que entroncaban con esa veta negra tan propia de la pintura informalista española imperante entonces (“hasta ese momento yo había pensado que la pintura era Tàpies y las cosas que veía en la Galería Juana Mordó”, recordaba años después) y que pronto abandonará, convirtiéndose en uno de sus acérrimos críticos. Es entonces cuando Alcolea descubre el Pop-art, el británico muy especialmente, recopilando una notable biblioteca sobre David Hockney, Kitaj, Jim Dime, Alex Katz, Jim Kutt, etc., que se acabará convirtiendo en mítico referente documental para muchos de sus compañeros de generación, quienes descubrieron en ella gran parte de sus filias y admiraciones, referentes e iconografía más característicos.

Su primera exposición individual tuvo lugar en la Galería Amadís, punto de arranque de muchos de los artistas a los que luego se vinculará; allí, su director, el crítico Juan Antonio Aguirre, a quien se debe el mérito de haberlos sabido alumbrar y en buena medida aglutinar en torno a este espacio, escribe en la presentación del catálogo: “Una de las características, la que más poderosamente nos llama la atención, es la complejidad del valor conceptual de sus imágenes, ya implicada en la aguada sensibilidad manual y correspondiente realización pictórica como suma de diferentes momentos gestuales. [...] El interés de la obra de Alcolea, relacionada con la que quizá sea la más alucinante problemática de la cultura contemporánea, radica en su postura anticonvencional, exigente frente al concepto del hombre nuevo, y también su afán de establecer a nivel de obra personal una estética acorde con las dimisiones de su público, el de estos últimos años, conocedor de los estilos postabstractos, en toda la diversidad existente entre Hockney y Arakawa, Dine y Benedit, etc.”.

Poco a poco, las notas que serán propias de su trabajo se van poniendo de manifiesto: tratamiento aplanado de los cuerpos y extensas superficies de colores puros y luminosos, muy sometidas a la sujeción de un dibujo de contornos, donde los efectos de perspectiva —lineal o aérea— quedan reducidos a unas escasas indicaciones y cambios caprichosos de escala; todo ello puesto al servicio de una temática intrincada muy íntimamente con su propia biografía personal, pero un tanto indescifrable para el espectador. La escasa obra de Carlos Alcolea —cuya producción final no alcanza la centena de obras mayores— se gestó lentamente a base de acumular jirones y capas de su propia experiencia vital; a medida que el cuadro se iba resolviendo de forma parsimoniosa y despreocupada, el pintor se empeñaba en que dicha experiencia fuera dejando rastros y detalles por la superficie de la tela como si de un palimpsesto se tratara, aumentando así más su ya de por sí alta densidad conceptual. Gran parte de los elementos que las acabaron constituyendo tienen, así, una lectura múltiple y paradójica, que nos habla elocuentemente de la fina ironía de su autor —gran aficionado a los juegos de palabras y el discurso hermético intraducible—, así como de su extensa cultura humanística.

Los años setenta supusieron la consolidación de su enorme prestigio y de la brillantez intelectual que tensa sus pinturas. En torno al centro madrileño más activo de esos años, la Galería Buades, su obra se destaca como una de las más personales de lo que se empezó a conocer con el nombre de Nueva Generación Madrileña, en la que se incluyen nombres como Guillermo Pérez Villalta, Carlos Franco, Rafael Pérez Mínguez, Luis Gordillo, Manolo Quejido, Herminio Molero, el propio crítico antes citado y también pintor Juan Antonio Aguirre, Chema Cobo, y algunos otros.

De entre todos ellos, su postura será la más intelectualizada y aristocrática, produciendo un efecto de distanciada y enigmática frialdad que podría hacer recordar aquellas preciosistas superficies que pintara un Bronzino cuatro siglos atrás. Y es que, efectivamente, Alcolea repite en buena medida el acabado pétreo y duro de esa pintura, pisada y bien delimitada, como si de una taracea de piedras preciosas se tratara.

Durante los ochenta, la obra de Alcolea alcanza los más reputados espacios expositivos desde sus comienzos, convirtiéndose en un punto de referencia ineludible a la hora de hablar de lo más selecto de la producción plástica nacional. Su prematura muerte a finales de 1992 dejó truncado un proyecto único en la intensidad de su pasión por la pintura —Pintura, escribía él, siembre con mayúsculas—, elitista e incapaz de concesiones, que se vio reconocido a título póstumo con la concesión del Premio Nacional de Artes Plásticas ese mismo año. El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía le rindió una amplia retrospectiva en el año 1998, que pocos meses después fue seguida de otra organizada por el Centro Gallego de Arte Contemporáneo de Santiago de Compostela.

 

Obras de ~: Woman in pool (Greta Garbo), 1971; Camarera roja, 1973; La reina de corazones, 1974; Autorretrato. Moebius y su amigo, 1975; Schreber also escribe, 1976; Dassein, 1976; Un descendan un escalier I, 1976-1977; Matisse de día-Matisse de noche, 1977; Mickey Mouse-El Laberinto, El interminable, 1978; Alicia en el país de las maravillas-Alicia a través del espejo, 1979; Los borrachos, 1979-1980; Borrachos 2, 1979-1980; La ciega veneciana, 1984; El Rapto del sol, 1986; Finisterre, 1988- 1989; Brindis, 1990; El Chivato, 1991.

Escritos: Gray Book, Madrid, Galería Buades, Ediciones Múltiples, 1978; Aprender a nadar, Madrid, Francisco Rivas, Libros de la Aventura, 1980.

 

Bibl.: J. Antonio Aguirre, Carlos Alcolea. Pinturas y dibujos, Madrid, Galería Amadís, 1971; Carlos Alcolea, Madrid, Museo Español de Arte Contemporáneo, 1980; J. Utray, Alcolea, Madrid, Galería La Cópula, 1986; I. Gómez de Liaño, Alcolea, Madrid, Galería Columela, 1988; Á. González García, Carlos Alcolea, Madrid, Galería Gamarra y Garrigues, 1991; VV. AA., Carlos Alcolea, Madrid, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, 1988: Ó. Alonso Molina, Carlos Alcolea. Cartulinas y dibujos, Madrid, Galería Depósito 14, 2003; Carlos Alcolea. Primeros trabajos, 1968-1974, Pamplona, Fundación Caja de Navarra, 2003.

 

Óscar Alonso Molina

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