Carrasco González, Francisco de Sales. Puente del Arzobispo (Toledo), 16.XI.1914 – Madrid, 5.III.2001. Religioso de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OH), provincial y pintor.
En el seno de una familia sencilla, hacendosa y cristiana, dedicada a la artesanía alfarera y ceramista, nació en Puente del Arzobispo (Toledo), el 16 de noviembre de 1914. A los cuatro días del nacimiento recibió el bautismo y el nombre de Rufino; la confirmación, el 23 de abril de 1930. En su juventud simultaneaba los estudios con la ayuda en el negocio familiar. Terminados sus estudios y debido a las grandes dotes artísticas que iba desarrollando para la pintura y el dibujo, ganó una beca de la Diputación de Toledo para la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Madrid, donde consiguió las máximas calificaciones. Su compromiso cristiano le hizo llegar a ser presidente de Acción Católica de su localidad natal, en una época difícil como era los años de la Guerra Civil española. Ingresó en la Orden Hospitalaria en el noviciado de Santurce (Vizcaya), recibiendo el nombre de Francisco de Sales, el 3 de abril de 1941, y profesó un año después. Emitió la profesión solemne en el Hospital de San Rafael de Madrid el 8 de abril de 1945. Era bondadoso, dialogante, compasivo y comprensivo, sereno observador de las aflicciones que origina la enfermedad, laborioso, prudente, sacrificado, respetuoso con todos, indulgente, emprendedor, buen conversador y culto, muy amante de la Orden y de la Historia de España.
La Orden siempre le encomendó puestos de responsabilidad en el ejercicio de su apostolado hospitalario. Los ocho primeros años ejerció como administrador del Sanatorio de Santa Águeda (Guipúzcoa). En 1950 fue nombrado superior y maestro de novicios en Santiago de Chile. En 1953 se le designó maestro de novicios en Santurce y tercer consejero provincial. En 1956 fue nombrado segundo consejero provincial y superior del Hospital de San Rafael de Madrid. En 1959 se le designó superior provincial de Castilla, América del Sur y África Occidental por seis años. En 1965 fue nombrado superior del Hospital de San Rafael, por segunda vez, y tercer consejero provincial. En 1977 fue elegido primer consejero y procurador general y vocal al Capítulo General que se celebró en Roma. A su vuelta a España en 1977 se le nombró superior de Madrid. Estuvo luego en León hasta que en 1989, por su edad y delicado estado de salud, pasó a Madrid, a la Curia Provincial, hasta su fallecimiento en el Hospital San Rafael el 5 de marzo de 2001.
Su ministerio hospitalario y sus aspiraciones más importantes al frente de la Provincia fueron la adecuación y organización de los centros asistenciales y la observancia de la vida religiosa y comunitaria de los hermanos según el espíritu y tradición de la Orden como lo hacía San Juan de Dios. Como provincial se preocupó por la consolidación de los hermanos hospitalarios en tierras americanas y África, lo que hizo patente con numerosos viajes y gestiones en varios países. Inauguró el primer Centro para Discapacitados en España, en Valladolid, el 12 de octubre de 1960; el noviciado de Ghana en 1961; el 12 de octubre de 1961, el Escolasticazo y Aspirantazo de Palencia, y en ese mismo año, un dispensario en Asafo (Ghana). Inauguró el nuevo Hospital de San Rafael el 16 de noviembre de 1963; el Hospital de Koforidua en Ghana, y en 1964 la Casa de Hurlinham, Buenos Aires (Argentina). El 1 de mayo de 1965 viajó a Liberia para poner la primera piedra del actual Hospital de Monrovia, y el 25 de marzo de 1965 inauguró el Noviciado de Valladolid; también abrió el nuevo Colegio Apostólico de Palencia. Adaptó las casas de Celorio, Los Molinos y Respaldiza para que los hermanos pudieran hacer los ejercicios espirituales y los días de descanso por vacaciones. Durante su provincialato, época del Concilio Vaticano II, supo adaptar las enseñanzas de éste con aplomo y serenidad por los cambios tan profundos en una continua renovación desde sus cartas circulares enviadas a las comunidades, en todas las cuales reflexiona sobre la vida religioso-hospitalaria adaptándola a los tiempos según el carisma del Fundador y a una entrega radical y generosa, según el espíritu de la Orden. El interés por la cultura y por las expresiones artísticas era una constante de su personalidad. En el dibujo y en la pintura encontró una forma de transmitir su vivencia interior y su concepción humana y religiosa del mundo.
En 1996 publicó un catálogo sobre su obra pictórica en que recogía casi un centenar de sus creaciones entre óleos, acuarelas, dibujos, apuntes y carboncillos. Imágenes religiosas, monumentos, monasterios, paisajes, bodegones, detalles cotidianos y familiares y alegorías sobre la Orden Hospitalaria, forman parte, entre otros, de los temas que trató. Sobre su obra artística ha escrito lo siguiente Fernando Jiménez de Gregorio, cronista oficial de la provincia de Toledo: “La ejecutoria de Fr. Francisco va de la perfección al realismo espiritualista, del dibujo a la pintura luminosa, llena de color, vitalidad y entusiasmo. Además de bueno, es optimista, de esa alegría está llena su plástica, por otra parte, sencilla y armoniosa”. Su actividad intensa y dilatada dejó una huella especial en la historia de la provincia de Castilla, ante todo su vocación religiosa como hospitalario y seguidor de San Juan de Dios fue la meta y la razón de ser más profunda de su vida. En los últimos meses de su enfermedad, vivida con serenidad y esperanza, supo encomendarse a la Providencia y a la Virgen María, a la que tenía una especial devoción. Demostró coherencia y exigencia en la observancia del magisterio de la Iglesia, a lo que unía una gran capacidad emprendedora y de relación social en bien de los enfermos.
Obras de ~: Pinceladas y reflexiones de mi entorno, Madrid, 1966.
Bibl.: J. C. Gómez Bueno, Historia de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Granada, Archivo Casa de los Pisas, 1963; O. Marcos Bueno, La Provincia de San Juan de Dios. Castilla 1934-1968, Madrid, Editorial Hospitalaria, 1969; Boletín Informativo Hermanos Hospitalarios, abril-mayo, 2001; Necrologio de la Provincia de Castilla, Madrid, marzo, 2001.
José Luis Martínez Gil, OH