Castelló Ginesta, Pedro. Marqués de la Salud (I). Guissona (Lérida), 4.III.1770 – Madrid, 1.VII.1850. Médico militar, catedrático y médico de cámara de Fernando VII.
Hijo del cirujano de la villa de Guissona, Pedro Castelló y Griver. Inició los estudios primarios en su pueblo natal, trasladándose posteriormente a la Universidad de Cervera para completar la segunda enseñanza y, desde allí, marchar a Barcelona para cursar los estudios de Medicina. Finalizada la carrera, una vez obtenida su licenciatura, se estableció en su pueblo siguiendo los pasos de su padre, hasta el año 1796, cuando decidió ingresar en el Cuerpo de Sanidad Militar, siendo destinado como médico 2.º al Regimiento de Caballería de Alcántara de guarnición en el Puerto de Santa María, donde sirvió durante cuatro años con gran brillantez.
En 1801 se trasladó a Madrid como cirujano de la Familia Real y catedrático sustituto del Real Colegio de Cirugía de San Carlos. Después de la invasión francesa en marzo de 1808, y a pesar de las tentadoras ofertas que le hizo el mariscal francés Murat para que se quedara en la Corte, huyó de Madrid hacia el exilio al igual que muchos intelectuales y científicos españoles al no estar de acuerdo con la dominación extranjera.
Se pudo refugiar en la isla de Mallorca hasta el final de la guerra. Regresó en 1814, siendo repuesto en sus antiguos cargos.
A la muerte de su tío, Agustín Ginesta, ocupó la cátedra de Obstetricia, Enfermedades de mujeres y niños y Afecciones sifilíticas que éste ostentaba.
Al inicio de la etapa absolutista en 1824 hubo una persecución atroz contra los liberales, sobre todo en el campo de los intelectuales, con el arbitrario y tiránico decreto de 18 de marzo, siendo destituido, junto con el resto de profesores y catedráticos del Real Colegio.
En 1825 Fernando VII sufrió un grave ataque de gota visceral que puso en peligro su vida y, a pesar de la situación en que había puesto a los médicos, no dudó en llamar al profesor Castelló para que acudiera a palacio a asistirle. Éste atendió de inmediato la llamada del Rey aplicándole un tratamiento, con tal acierto, que al poco tiempo comenzó a remitir la gravedad hasta lograr en pocas semanas su total recuperación, lo cual le granjeó el favor de la Corte, recibiendo el nombramiento de médico de cámara del Rey.
Aprovechando el favor que le dispensaba el Rey logró que todos sus compañeros fueran repuestos en el claustro de profesores, y que se pusiera en marcha la reforma para la unificación de los estudios de Medicina, que fue aprobada por decreto en 1827. Su plan renovador lo desarrolló y expuso perfectamente detallado en su trabajo Memoria sobre el arreglo de la ciencia de curar (1826).
En 1833, a la muerte de Fernando VII, siguió ocupando el cargo de primer médico de cámara del Palacio Real, prestando sus servicios hasta su retirada por jubilación en 1838.
A él se debió la construcción del edificio, en la madrileña calle de Atocha, que albergó la nueva facultad con el nombre de Facultad de Medicina, Cirugía y Farmacia, inaugurando el curso 1843-1844. Su actividad pública y su labor profesional le hicieron acreedor de los siguientes títulos: Gran Cruz de Isabel la Católica, la Cruz pensionada de Carlos III, la de Constantino de Nápoles, la Gran Cruz de Carlos III y, con fecha 4 de marzo de 1847, la reina Isabel II le concedió el título de marqués de la Salud para él y sus descendientes.
Bibl.: F. Alonso Rubio, “Biografía del Excmo. Sr. D. Pedro Castelló y Ginesta”, en Memorias de la Real Academia de Medicina, t. II, 1.ª parte, Madrid, Imprenta de M. Rojas, 1862, págs. 277-300; J. García Pérez, Aportaciones a la vida y la obra de Pedro Castelló, Salamanca, Universidad, 1981; J. M. Massons, Un catalá a Madrid, Barcelona, Joan Santaeularia, 1990; VV. AA., Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, t. XII, Madrid, Espasa Calpe, 1988, pág. 278.
Alejandro Belaústegui Fernández
