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Diego Rodríguez Valdez y de la Banda

Biografía

Rodríguez Valdez y de la Banda, Diego. Salamanca, m. s. XVI – Santa Fe (Argentina), 20.XII.1600. Gobernador del Río de la Plata.

Hijo de Diego de Valdez y de la Banda y de Francisca Rodríguez de Villafuerte. Contrajo nupcias en su ciudad natal con María de Bracamonte y Anaya, hija de Juan de Anaya y de María González de Ledesma, naturales también de Salamanca, donde aquél era regidor perpetuo, cargo heredado por Diego, con la condición de abonar 500 ducados a su cuñado Juan de Bracamonte, hermano de su esposa. Designado gobernador del Paraguay y Río de la Plata por Real Cédula fechada en Toledo el 21 de junio de 1596, partió de Lisboa y llegó a Buenos Aires el 5 de enero de 1599. La población, viendo la flotilla de cinco navíos, al principio pensó que se trataba de invasores, pero luego, al comprobar que eran españoles, recibió con gran regocijo al nuevo gobernador y a su comitiva, integrada por su esposa, una hija natural, su cuñado, Juan de Bracamonte, y a varios comerciantes portugueses. Además, formó parte de la expedición el nuevo obispo, Tomás Vázquez de Liaño, acompañado de seis clérigos. A poco de llegar, se dio inicio a una larga disputa que se mantendría entre el gobernador y el obispo, por haber traído éste el palio del Santísimo Sacramento, que Diego había reprobado.

En una extensa misiva notificó al Rey sobre la gran pobreza que encontró en la ciudad de Buenos Aires, donde, fuera de la carne y el trigo, faltaba todo lo demás para vivir. Sugirió, además, la necesidad de mantener un reducido comercio con el Brasil y la construcción de un fuerte-presidio cercano al puerto, hechos que traerían más estabilidad a la población.

Como carecían de armas y de milicias regladas para la defensa del sitio, el gobernador instruyó a unos ochenta indígenas en ese menester; envió además a su lugarteniente, Francés de Beaumont y Navarra, a Santa Catalina, para transportar los cañones y otras armas que se hallaban en un navío español hundido en las costas de la isla.

No tuvo el gobernador ocasión de viajar al Paraguay y fue Beaumont y Navarra el encargado de tomar posesión de las provincias de arriba. En marzo de 1599, llegó a la Asunción y se hizo cargo del gobierno, muy infortunado, pues tuvo que reprimir un levantamiento indígena en el Bermejo. Guaicurúes hostiles habían incendiado propiedades y dado muerte a varios vecinos de la zona. En consecuencia, Beaumont delegó el mando a Pedro Hurtado de Mendoza y se marchó a Buenos Aires. En tanto, el gobernador, con la exigua milicia, enfrentaba a una de las más cruentas incursiones indígenas, ocasión en que murió un sobrino suyo, Juan Arias de Rivadeneira. Durante ese lapso, continuaron los entredichos con el obispo y cansado el gobernador, escribía sobre ello al Monarca, expresándole que era necesario prohibir al mitrado el ejercicio de la jurisdicción real y nombrar en su reemplazo a un provisor.

Ante esta situación, Vázquez de Liaño se apartó en un Convento de Santa Fe, en espera de las bulas de consagración, cuando le sorprendió la muerte.

Durante su breve administración, Rodríguez de Valdez proyectó el establecimiento de una fortaleza en Maldonado que propiciaría la ruta del Plata, como la más económica y fácil para llegar al Potosí. Igualmente, disputó con las autoridades portuguesas por las tierras del Mbiazá, exigiendo su pertenencia a la Corona de Castilla, e iniciando una expedición de desacato por ello, contra el gobernador del Brasil.

También a él se debe la concesión de trocar frutos de la tierra con mercancías, que luego sirvió de antecedentes para la primera licencia real conferida en 1602; la instalación del primer molino a viento; la llegada del primer médico, Manuel Álvarez; el haber luchado contra el indio en las cercanías de Buenos Aires y reducirlos a la obediencia; el informar por primera vez (carta a Felipe III, 20 de mayo de 1599) sobre los antecedentes, costumbres, constitución física de los naturales y particularidades de los mestizos y criollos.

Diego Rodríguez Valdez testó el 30 de octubre de 1600 y luego de una grave enfermedad, terminó sus días en el mismo lecho del convento donde había fallecido el obispo Vázquez de Liaño. Escribió un libro (inédito), titulado Arte militar, que su viuda legó a su sobrino, el capitán Francisco Rodríguez de Ovalle. A la muerte de su esposo, María de Bracamonte y Anaya se trasladó a Buenos Aires, en compañía de Hernandarias, donde falleció (24 de julio de 1606) y fue sepultada en el Convento de San Francisco de esa ciudad.

El gobernador dejó una hija natural, Francisca Rodríguez de Valdez y de la Banda, casada en Santa Fe, en primeras nupcias con Juan Bautista Justiniano y en segundas con Francisco de Areco.

 

Obras de ~: Arte militar, Santa Fe, c. 1600 (inéd.).

 

Bibl.: A. Z inny, Gobernantes del Paraguay, Buenos Aires, Imprenta y Librería de Mayo, 1887; J. F. Aguirre, Diario del capitán de fragata de la Real Armada, t. II, 2.ª parte, Buenos Aires, Imprenta de la Biblioteca Nacional, 1950; R. A. Molina, Diccionario Biográfico de Buenos Aires (1580-1720), Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 2000; W. Rela, Hernandarias, criollo asunceno, Montevideo, W. Rela, 2001; A. Viola, Real patronato y obispos del Paraguay Colonial, Asunción, Centro Interdisciplinario de Derecho Social y Economía Política de la Universidad Católica, 2002.

 

María Graciela Monte de López Moreira