Gómez Lezáun, Nazaria. Beata Carmen de San Felipe Neri. Eulz (Navarra), 27.VII.1869 – Valencia, 8.VIII.1936. Escolapia (SChP), educadora, mártir y beata.
Eulz, su pueblo natal, pertenece a la merindad de Estella (Navarra), y ofrece una situación pintoresca, emplazado sobre una pequeña colina, coronada por la iglesia parroquial de San Sebastián, fábrica del siglo xiii, donde Nazaria fue bautizada con ese nombre, el 28 de julio de 1869. La familia Gómez Lezáun era una familia sencilla de labradores, que con su trabajo habían mejorado su situación económica de pequeños propietarios. Honrados y muy cristianos supieron educar a sus tres hijas, Leona, Nazaria y Magdalena, en los mismos principios religiosos, a la vez que facilitaron su asistencia a la escuela pública mixta del pueblo, donde Nazaria realizó sus estudios de enseñanza primaria y se benefició del clima religioso que se respiraba en su familia, en la escuela y en la parroquia. Tomó parte activa en la asociación de Hijas de María, y su amor a María tuvo una devoción: la Virgen del Puy de Estella, a la que visitaba con frecuencia en los años de su adolescencia y juventud. Y en este ambiente propicio brotó su vocación a la vida religiosa, y fue madurando la llamada a consagrarse a Dios en la escuela pía femenina.
A principios del mes de marzo de 1893, Nazaria, a sus veinticuatro años, llevó a cabo su proyecto, y en compañía de otras dos jóvenes navarras ingresó en el noviciado de Carabanchel (Madrid). Vistió el hábito escolapio el 8 de septiembre de 1893 y tomó el nombre de Carmen de San Felipe Neri. Fueron dos años dedicados fundamentalmente a ejercitarse en la oración, la meditación, la lectura espiritual, el silencio, las clases de formación y el trabajo manual. Pronunció sus votos religiosos el 8 de septiembre de 1895. En noviembre fue destinada al colegio de Valencia.
La vida escolapia de madre Carmen Gómez, cuarenta y un años, tuvo como único escenario el colegio de Valencia, adonde llegó el 3 de noviembre de 1895. Allí estrenó su apostolado escolapio como ayudante en los trabajos domésticos. Al año siguiente se encargó de la portería, y en ese oficio continuó hasta pocos días antes de su asesinato. Fueron cuarenta años de un trabajo callado, de una vida escondida, que recuerda los cuarenta años pasados por el hermano Francisco Gárate (SI), en la portería de la Universidad de Deusto (Bilbao). Madre Carmen, sin moverse de su portería, fue un auténtico apóstol con muchas facetas. Su caridad era exquisita con los pobres, socorría a los necesitados con la sonrisa en los labios y unas palabras de aliento, que les aliviaban más que el pan recibido de sus manos. Humilde y entregada, gustó y saboreó las cosas de Dios y fue luz y consuelo para muchas personas: padres de familia, exalumnas, jóvenes que frecuentaban el colegio, muchachas de servicio, personas que acudían por alguna razón al colegio. No importaba la edad, ni la condición social. Era la sabiduría de Dios que escuchaban de su boca. Por eso acudían a ella a confiarle sus problemas; hallaban alivio y consuelo en sus consejos de prudencia admirable y su gran intuición en el conocimiento de las personas. Y este apostolado perduraba, aun cuando trasladaban su residencia a otros lugares.
Madre Carmen, por su contacto con los padres de familia y exalumnas, conoció a partir de 1931 que la situación política era muy difícil, muy grave en la primavera de 1936, y los peligros para los colegios religiosos muy reales. Su actitud fue siempre de confianza en Dios y en su providencia. Cuando el 19 de julio de 1936 tuvo que abandonar el colegio, se refugió con otras siete escolapias en un piso vecino. En medio del sufrimiento y de los atropellos, su fortaleza y conformidad con la voluntad de Dios fue bien manifiesta a todas. Madre Carmen vivió y murió por defender su fe. Por la fe se hizo obediente hasta la muerte. Y el 8 de agosto de 1936, en las playas del Saler (Valencia), falleció. Fue beatificada por el papa Juan Pablo II, en Roma, el 11 de marzo de 2001.
Bibl.: L. Turull, Días de expiación, Córdoba, 1937 (texto mecanografiado); T. Serra [“Nazaria Gómez Lezáun”], en Escolapias, Datos para nuestra historia, Zaragoza, El Noticiero, 1971, págs. 27 y 235-236; Positio super martyrio, Roma, 1991; M.ª L. Labarta, Carmen Gómez, Amar y servir, Roma, 2001; Educadoras y mártires, escolapias, 1936, Roma, 2001.
María Luisa Labarta Araguás, SChP