Nace en el seno de una familia humilde. Sus padres, Francisco Campos Barberá y Mariana Talamantes Serra, son personas cristianas. Es la octava de ocho hermanos. Al calor de la familia, Josefa Inés iba creciendo y dando muy pronto muestras de su amor a Dios y a los pobres. Después de su primera comunión se la veía con frecuencia delante del sagrario. Éste y la devoción a la Santísima Virgen fueron sus dos grandes amores, a ellos consagró su vida para dedicarla totalmente a los demás.

Supo darse cuenta de lo que suponía la educación de la fe desde los primeros momentos de su vida y de lo que significaba en la vida de la persona la cultura cristiana. Sintió el abandono en que vivían muchos cristianos y miró la parroquia como punto de la renovación cristiana. Hizo de la catequesis, de los servicios a los fieles de la Iglesia, uno de sus ideales de vida. Sembró centros de evangelización por donde pasó, poniendo gran empeño en realizar todo lo que entendía como la voluntad de Dios. [...]