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Florentino Alonso Antonio

Biografía

Alonso Antonio, Florentino. Salustiano. Torno (Cáceres), 14.III.1876 – Málaga, 17.VIII.1936. Mártir religioso de la Orden Hospitalaria de san Juan de Dios (OH) y siervo de Dios.

Hijo de Gregorio Alonso Sánchez y de Encarnación Antonio Pascual, fue bautizado el 18 de marzo de 1876, recibiendo el nombre de Florentino. De familia de posición más bien humilde, vivían de su trabajo como labradores. Los padres murieron muy jóvenes y dejaron tres hijos huérfanos, siendo Florentino el más pequeño. A los siete u ocho años, Florentino fue acogido en el colegio-asilo de San Calixto de Plasencia, donde estudió la primera enseñanza. Después solicitó y asistió como externo a las clases del seminario diocesano durante tres años, con muy buena aplicación y aprovechamiento en los estudios. Era piadoso y de un carácter humilde y afable. Al dejar los estudios trabajó en un taller como aprendiz de sastre. A los dieciocho años, estimulado al conocer a unos Hermanos de San Juan de Dios, solicitó el ingreso en la Orden Hospitalaria, siendo recibido en Ciempozuelos. Poco después, gustoso y bien dispuesto para la nueva vida como religioso hospitalario, hizo su entrada al noviciado y al tomar el hábito en junio de 1894 recibió el nombre de fray Josafat. Emitió la profesión temporal el 14 de mayo de 1896. Como hospitalario formó parte de las comunidades de Barcelona, Sant Boi de Llobregat, Santa Águeda de Guipúzcoa, Ciempozuelos y Madrid, de donde, antes de emitir la profesión solemne, salió libremente de la Orden en agosto de 1903. Reconociendo su error, al año siguiente pidió reingresar, siendo aceptado; al imponérsele de nuevo el hábito recibió el nombre de fray Salustiano.

Con la formación anteriormente recibida y su buena disposición, en esta segunda etapa formó parte de varias comunidades dentro de España, y se distinguió siempre por un buen espíritu, observancia regular y muy solícito en el servicio a los enfermos, como excelente enfermero. Del año 1931 en adelante su vida hospitalaria juandediana se desarrolló entre las casas de Andalucía: Jerez, Sevilla, Granada y Málaga, en la que se encontraba en 1936 cuando llegó la persecución religiosa, pues el 20 de agosto de 1936 por la mañana empezaron los registros a la casa y otras molestias. Los religiosos, sin embargo, seguían cumpliendo sus deberes religiosos y asistenciales, aunque desde el 14 de agosto tuvieron que suprimir los actos de culto público. Murieron el 17 de agosto. Por la tarde, mientras los religiosos se hallaban atendiendo hospitalariamente a los enfermos durante la cena, repartidos por los diversos pabellones, milicianos, junto a varios de los empleados del comité del sanatorio, irrumpieron en el mismo con varios coches, apresaron de forma soez a los religiosos, entre ellos a fray Salustiano Alonso, y se los llevaron, siendo asesinados al anochecer muy cerca de las tapias colindantes del cementerio san Rafael.

A la mañana siguiente, antes de ser enterrado, vieron su cadáver que “tenía la cabeza levantada y el cerebro a unos pasos distanciado del cadáver”, murió a la edad de sesenta años, habiendo vivido cuarenta de ellos como Hermano de San Juan de Dios. Sus restos esperan el día de su glorificación en una cripta, en la capilla del Santísimo de la Agonía, preparada (1941) en la catedral de Málaga que realizó el obispo diocesano monseñor Balbino Santos Olivera para acoger a los religiosos asesinados entre 1936 y 1939. Abierta su Causa por martirio en la diócesis de Málaga (1995) y aprobado el proceso diocesano en Roma, sigue el proceso su curso de estudio ante la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano.

 

Bibl.: O. Marcos Bueno, Relación de los sucesos acaecidos en el Sanatorio de San José, de la ciudad de Málaga, durante la dominación marxista, Palencia, editorial HH. de San juan de Dios, 1938; Testimonio Martirial de los Hermanos de san Juan de Dios en los días de la persecución religiosa española, Madrid, Editorial Hospitalaria, 1980; Postulación Orden Hospitalaria, Causa de Canonización por martirio, Malacitana, Copia Pública del Proceso diocesano, 1996; F. Lizaso Berruete y J. L. Gutiérrez, Positio, an constet de martyrio, ejusque causa, Roma, 2000.

 

José Luis Martínez Gil