Zavala y Lafora, Alfredo de. Madrid, 25.V.1893 – 17.III.1995. Hacendista y político.
Vio la luz en un hogar de la alta burguesía profesional según lo evidencia el cursus honorum administrativo de su progenitor: letrado del Consejo de Estado, magistrado y presidente de Sala del Tribunal Supremo. Alumno en los primeros años de la enseñanza en el colegio privado madrileño de San Miguel —precedente del Liceo Francés— y, ya en el bachillerato, del que en Getafe poseían los jesuitas madrileños. Se licenció en la Facultad de Derecho de la Universidad Central. Abogado del Estado a edad muy temprana (1916), ejerció sus primeras actividades con loable y admirada entrega en diversas capitales de la nación y, finalmente, en Madrid, gozando de la mayor consideración de sus colegas. De ideas liberales y conservadoras, llegada la Segunda República, militó en el Partido Popular Progresista creado desde el poder por Niceto Alcalá-Zamora, aunque poco tiempo, para volver en el mismo otoño de 1931 a sus tareas profesionales. Director general de la Deuda y director general de Propiedades y Contribuciones en el mismo año de 1931, al siguiente fue designado consejero de Estado y en 1933 gobernador del Banco de España.
Casi al término del bienio radical-cedista fue nombrado titular de la cartera de Hacienda en el penúltimo de los cuatro gabinetes rectorados por Alejandro Lerroux (3 de abril de 1935 al 6 de mayo de 1936). Integrado en él a título de “técnico”, según la propia confesión del líder radical, y, muy probablemente a instancias e indicación del propio presidente de la República (que mucho le apreciaba), resulta a todas luces injusto el juicio expresado por un especialista de la historia económica del periodo acerca de su efímera gestión ministerial: “Puede afirmarse que pasó como un soplo por el Ministerio de Hacienda. Nada nos ha dejado y ninguna importancia tiene su figura —por supuesto, también su actividad— para la Hacienda Pública española. Quizá lo mejor de Alfredo Zabala fuese que dejó rápido paso a Joaquín Chapaprieta Torregrosa...” (Calle Sáiz, 1981, II, 1129).
Durante el régimen de Franco, retornado a sus quehaceres profesionales, ejerció como abogado, actividad que compaginó con la consejería de varias sociedades —Banco Zaragozano, Minas de Barruelo, Acumulador Tudor y Tabacalera— llegando a la presidencia de estas dos últimas.
Bibl.: A. Lerroux, La pequeña historia, Madrid, Editorial Afrodisio Aguado, 1964; R. Calle Sáiz, La Hacienda en la II República española, t. II, Madrid, 1981, pág. 1129; A. Vázquez Mourenza, Tres ministros de la segunda republica ante los problemas de su tiempo: Lara, Marraco y Zavala, tesis doctoral, Madrid, Universidad Complutense, 1990; J. M. Cuenca Toribio, Ocho claves de la Historia de España contemporánea, Madrid, Ediciones Encuentro, 2003.
José Manuel Cuenca Toribio