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Rafael Cavestany y Anduaga

Biografía

Cavestany y Anduaga, Rafael. Madrid, 27.X.1902 – 17.VII.1958. Ministro de Agricultura y doctor ingeniero agrónomo.

Hijo del prócer y académico de la Real Academia Española, Juan Antonio Cavestany y González-Nandín.

Cursó sus estudios de ingeniería en la Escuela de Madrid. Al finalizar la carrera se traslada a Guinea Ecuatorial, donde funda la Compañía Agrícola y Forestal CAIGFE. Permaneció en África durante seis años, período en el que viajó, también, por Estados Unidos y Europa. En 1933 ingresó en el Cuerpo Nacional de Ingenieros Agrónomos. Desempeñó el cargo de intendente general de Pósitos, colaboró con los Servicios de Reforma Agraria y estuvo destinado en la embajada de España en París como agregado agronómico, representando a España en los congresos de agricultura celebrados en Austria y Bélgica y asumiendo la vicepresidencia del Instituto Internacional del Vino. En 1935 regresa a España y se incorpora al Instituto de Investigaciones Agronómicas. Participa en la Guerra Civil como teniente provisional y al finalizar el conflicto es nombrado inspector general de Trabajo, colaborando en la construcción del sindicalismo falangista. Desde 1940 hasta 1945 ocupa la jefatura del Sindicato Nacional de Frutos y Productos Hortícolas y es nombrado procurador en Cortes. Propietario agrario, llevó a cabo un programa de mejoras y explotación económica ejemplar en su finca Monte San Lorenzo (Valladolid). Este conocimiento directo de los problemas del agro, unido a su formación técnica, le llevó a adoptar una actitud crítica del sistema de intervención vigente, crítica que hizo pública en el I Congreso Nacional de Ingeniería Agronómica celebrado en Madrid en 1950.

El 18 de julio de 1951 fue nombrado ministro de Agricultura, cargo que desempeñó hasta el 25 de febrero de 1957. Según testimonio de sus colaboradores y amigos, Cavestany fue un hombre de carácter muy fuerte, incluso autoritario, enérgico, arrollador y exigente en exceso. Estas características de su personalidad unidas a su conocimiento técnico y a la claridad de sus ideas respecto al futuro de la agricultura explican, en buena medida, la envergadura de la tarea desarrollada por Cavestany en el Ministerio que le llevó, incluso, a roces importantes con otros miembros del Gobierno. Aunque de procedencia, al menos formalmente, falangista, llevó a cabo un proceso de reformas en la agricultura española que, en esencia, consistieron en el desmantelamiento de buena parte del aparato intervencionista organizado durante los años cuarenta y en la liberalización interior e internacional del sector, en la que se produjeron avances significativos, al calor de los nuevos tiempos políticos que vivía España tras los acuerdos con Estados Unidos.

La idea central de su política fue la de modernizar la agricultura. Frente a los planteamientos que propugnaban una reforma agraria, identificada con la redistribución de la propiedad, defendió un concepto de reforma consistente en dotar al campo de todos los medios técnicos modernos, reduciendo la población activa en el sector. Su consigna “menos agricultores y mejor agricultura” sintetiza bien su programa agrario.

El período de Cavestany al frente del Ministerio se caracteriza por una gran actividad legislativa, por importantes transformaciones estructurales y por la recuperación del sector tras la parálisis que atenazó al Ministerio durante los años cuarenta y la grave depresión productiva que sufrió la agricultura española en dicho período. Las normas desarrolladas durante su mandato, algunas debidas directamente a su iniciativa personal, afectaron, prácticamente, a todas las facetas de la actividad agraria. Hay que destacar las promulgadas en materia de colonización, riegos, concentración parcelaria, repoblación forestal, mejora de los cultivos, conservación y mejora de suelos, fincas manifiestamente mejorables, unidades mínimas de cultivo, fincas ejemplares y arrendamientos rústicos protegidos.

De especial significación fueron los Planes de Obras, Colonización y Electrificación de la Provincia de Badajoz (1952) y Jaén (1953), la creación del Servicio Nacional de Concentración Parcelaria (1952) y la del Servicio de Extensión Agraria (1955). Los resultados prácticos de esta política, con sus luces y sombras, fueron muy destacables en todos los casos.

Durante su ministerio, Cavestany viajó con frecuencia al extranjero y representó a España en diversas conferencias internacionales y en la Organización para la Alimentación y Agricultura de las Naciones Unidas (FAO).

Tras su cese en 1957, se retiró de la política activa, falleciendo el 17 de julio de 1958.

 

Obras de ~: Una política agraria (Discursos), Madrid, Ministerio de Agricultura, 1958.

 

Bibl.: J. del Cañizo (dir.), Cien promociones de ingenieros agrónomos 1961-1960, Madrid, Gráficas E. Casado, 1961, págs. 317-318; Equipo Mundo, Los 90 ministros de Franco, Madrid, Dopesa, 1970, págs. 164-165; C. Barciela, La agricultura cerealista en la España contemporánea. El mercado triguero y el Servicio Nacional del Trigo 1937-1971, tesis doctoral, dir. por G. Anes, Madrid, Universidad Complutense, 1981; Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Castilla-León, Asturias y Cantabria, Sesión necrológica en memoria del Excmo. Sr. D. Rafael Cavestany y Anduaga, en el XXV aniversario de su fallecimiento, 16 de julio de 1983, monasterio de la Santa Espina (Valladolid), Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Castilla-León, Asturias y Cantabria, 1983; C. Barciela, “Los costes del franquismo en el sector agrario: la ruptura del proceso de transformaciones”, en R. Garrabou, C. Barciela y J. I. Jiménez Blanco (eds.), Historia agraria de la España contemporánea, vol. 3: El fin de la agricultura tradicional (1900-1960), Barcelona, Crítica, 1986; C. Gómez Benito, Políticos, burócratas y expertos. Un estudio de la política agraria y la sociología rural en España (1936- 1959), Madrid, Siglo XXI, 1995, págs. 48, 144-146, 165-168 y 181-184.

 

Carlos Barciela López

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