Basanta y Silva, Santiago. Villalba (Lugo), 10.I.1899 – Madrid, 30.XII.1974. Abogado del Estado y subsecretario del Ministerio de Hacienda.
Hijo del farmacéutico y alcalde de Villalba Andrés Basanta Olano, y de Concepción Silva Posada. A los diez años ingresó en el Instituto de Lugo, donde hizo los estudios de bachillerato en cinco años, con notas de sobresaliente y matrícula de honor en todas las asignaturas; obtuvo el premio extraordinario de la sección de Letras. Continuando una tradición familiar —sus abuelos paterno y materno eran abogados—, realizó los estudios de Derecho por libre en la Universidad Central. Se licenció a los dieciocho años (1917) con la calificación de sobresaliente en todas las asignaturas; más tarde se doctoró con la misma calificación.
En 1921 opositó al cuerpo de Abogados del Estado y obtuvo el número dos. Después de desempeñar su función en las delegaciones del Ministerio de Hacienda de Gerona, Palencia, Segovia, Ávila, Alicante, Lugo y Madrid, fue asesor jurídico del Ministerio de la Gobernación en 1925, del Ministerio de Trabajo, Sanidad y Previsión en 1934 y del Gobierno General del Estado Español en 1937. Fue destinado al Servicio Nacional de lo Contencioso en 1938 y a la asesoría jurídica de la Dirección General del Timbre y Monopolios en 1939. Fue subdirector tercero de lo Contencioso y jefe de la sección de lo Consultivo en 1942 posteriormente ascendió a subdirector primero con igual jefatura de sección.
En su etapa de subsecretario del Ministerio de Hacienda (1951-1957), fue también procurador en Cortes y presidió la Comisión de Presupuestos de las Cortes españolas, defendiendo numerosos dictámenes de leyes, entre las que cabe destacar la del Timbre del Estado en 1955, la de Protección de la Marina Mercante en 1956 y diversas modificaciones tributarias y de presupuestos. Al cesar en este cargo se integró, como abogado del Estado, en la asesoría jurídica del Ministerio de la Vivienda (1957-1968).
En representación del Estado, fue consejero de Tabacalera y vicepresidente segundo de este monopolio (1945-1968). También fue consejero permanente del Estado y presidente de la sección quinta de Hacienda en 1968.
Desempeñó la presidencia de la Asociación Española de Derecho Financiero y, representando a este grupo español, formó parte del consejo de administración de la International Fiscal Association, con sede en Ámsterdam. También fue miembro del Instituto Internacional de Hacienda Pública de Sarrebruken, y presidió el patronato del Centro de Estudios Tributarios y Económicos. Fue vocal del Instituto de Estudios Fiscales, participando e interviniendo en los congresos internacionales de Knoke Zutte, Basilea, Hamburgo, París, Atenas, Budapest, Londres, Estocolmo y Montevideo, así como en las “Jornadas luso-hispano-americanas de Estudios Tributarios” de Coimbra, Santiago de Compostela y Río de Janeiro.
Representó al Estado español en el Congreso Internacional de Tribunales de Cuentas celebrado en La Habana en 1952.
Fue recibido como académico de número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación el 5 de junio de 1972; el tema de su discurso fue La tributación sobre la tierra y su función social. También fue una importante figura de las finanzas de su época: tuvo relación con la banca y la empresa privada, fue secretario general del Banco de Crédito Local y consejero de Maquinista Terrestre y Marítima, Fefasa, Inquitex, Electrólisis del Cobre, Química de Bayas y otras empresas. Le concedieron la Cruz de las Órdenes del Mérito Civil, Cardenal Cisneros e Isabel la Católica.
La Diputación Provincial de Lugo le nombró hijo predilecto (21 de abril de 1952) y el ayuntamiento de su villa natal acordó perpetuar su memoria colocando una placa en la Casa Consistorial (7 de enero de 1975) y dedicándole una calle y el instituto de enseñanza secundaria de la localidad.
Obras de ~: La tributación sobre la tierra y su función social, Madrid, Real Academia de Legislación y Jurisprudencia, 1972.
Bibl.: R. Otero Pedrayo (dir.), Gran Enciclopedia Gallega, t. 3, Santiago de Compostela, Gran Enciclopedia Gallega, 1974, pág. 147; J. L. García Mato, “Santiago María Manuel Gonzalo Basanta Silva o la eficacia silenciosa”, en El Progreso (Lugo, 14 de agosto de 1977), pág. 8.
Adolfo de Abel Vilela
