Aguilar y Salas, Teodomiro de. León, 30.VII.1881 – Madrid, 17.I.1963. Diplomático y académico.
Tercero y último de tres hermanos, José María, Ángel y él mismo, hijos de José María de Aguilar y de Solís y de Margarita Salas y Villarín. Estudió en un colegio de Hermanos Cristianos en Biarritz. Se licenció en Derecho como alumno libre por la Universidad de Madrid, en donde fue abogado colegiado.
Oficial de la Hacienda Pública con dieciséis años (1897) y escribiente del Consejo de Estado (1899), ingresó en la carrera consular (1908) y fue destinado sucesivamente como vicecónsul a Nueva York (1908) y Londres (1911) y como cónsul a Atenas (1912-1914). Tras una estancia en Madrid, fue cónsul en Orán (1919-1926), en donde destacó por su labor de asistencia social y en donde creó la sociedad Real Beneficencia Española; ello fue premiado con la Gran Cruz de Beneficencia con distintivo blanco.
También destacó por su lucha contra el contrabando, por lo que fue felicitado por Real Orden.
Participó de lleno en la pacificación y organización del Protectorado español en Marruecos, en donde logró extirpar el tráfico de drogas, siendo sucesivamente director de Intervención Civil y Asuntos Generales (1926), delegado general interino (1928) y delegado general (1929-1931) de la Alta Comisaría; su buena colaboración con Francia le valió la encomienda de la Legión de Honor. Ya con la Segunda República, fue cónsul general en México (1931) y La Habana (1932-1934), en cuyo puesto tuvo el valor de adentrarse de noche y sin salvoconducto en el campo de la guerrilla de Fulgencio Batista para lograr el indulto de treinta españoles capturados y condenados a muerte. Con los gobiernos republicanos de Centro fue director de Política y Comercio Exteriores (1934-1936), encargado del despacho ordinario de la Subsecretaría de Estado tres veces y delegado de España, miembro del Consejo, en el XV período de sesiones de la Sociedad de Naciones (1934-1935). Enviado a Brasil como embajador de España por el Gobierno del Frente Popular (1936), al estallar la Guerra Civil el 18 de julio, con su familia todavía en Madrid, se adhirió a la República el 26 de ese mes, presentó credenciales dos días después, y puso su cargo a disposición del Gobierno al siguiente. Dimitió el 5 de septiembre, por lo que fue separado del servicio por la República el 9. Pasó a Lisboa, en donde se reunió con su familia, huida de Madrid gracias a la protección de la embajada de Rumanía, y al llegar a la España nacional fue encarcelado un mes en Burgos (27 de noviembre al 29 de diciembre de 1936) y su causa sobreseída (1937), pero fue jubilado por el Tribunal Seleccionador de diplomáticos (14 de mayo de1938). Readmitido por el Tribunal de Revisión (2 de agosto de 1940), fue ministro en Paraguay (1941-1943), en donde su protección a la colectividad italiana en plena Guerra Mundial le valió la encomienda de la Corona de Italia. Luego fue, sucesivamente, ministro en Uruguay (1943) y cónsul general en Túnez (1944-1946), incluyendo una comisión como Jefe del Gabinete Diplomático de la Alta Comisaría de España en Marruecos (1945). Fue el primer ministro plenipotenciario (1946) y embajador (1949) de España en Filipinas, y negoció y firmó el tratado de Amistad entre España y ese país de 27 de septiembre de 1947, en vigor hasta el General de Amistad y Cooperación del 30 de junio de 2000. Jubilado siendo embajador en Venezuela (1949-1951), con importante colectividad republicana, continuó trabajando, y fue miembro de la comisión permanente de Conciliación y Arbitraje entre España y Dinamarca (1952); elaboró la primera recopilación de órdenes circulares del ministerio de Asuntos Exteriores (1955); y negoció las reclamaciones de guerra al Japón por los daños causados a los españoles en Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial (8 de enero de 1957), lo que fue premiado con la Gran Cruz de Isabel la Católica y con la Orden del Sol Naciente de segunda clase de ese país.
Académico numerario —correspondiente— (1915) y primer diplomático académico (1958) de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, fue recibido por el antiguo ministro y embajador, Eduardo Aunós. Vocal Gran Cruz del Consejo de la Orden del Mérito Civil. Ya jubilado, el general Francisco Franco le ofreció personalmente un título de conde, lo que rechazó.
Se casó con su prima hermana, María Antonia Colomer y de Aguilar, en la parroquia de la Inmaculada Concepción de Madrid el 8 de diciembre de 1911. Tuvieron cuatro hijas y cuatro hijos: María del Carmen, que casó con Fernando de Sandoval y Coig, general de Caballería, con el que tuvo dos hijas y cuatro hijos; María Antonia, que falleció soltera y sin descendencia; Teodomiro, diplomático, casado con María Amada Beneytez, quienes fallecieron sin descendencia; Ángel, que falleció soltero y sin descendencia; María del Rosario, que casó con el diplomático Valentín Alzina de Boschi, con el que tuvo seis hijos; María de la Encarnación, que casó con Manuel Lacasa y Suárez-Inclán, doctor arquitecto, con el que tuvo una hija; José- Pablo, que casó con Rosa Sardá, quienes fallecieron sin descendencia; y José María, que murió de niño.
Fue uno de los mejores ejemplos de funcionarios consulares que vertebraron la administración del protectorado español en Marruecos, y que, al fundirse su carrera con la diplomática, ocuparon altos cargos en la política exterior.
Obras de ~: Grecia, viñedos y vinos, Centro de Información Comercial del Ministerio de Estado, Madrid, 1913, 16 págs.; Recopilación de órdenes circulares desde 1902 a 1955, Madrid, Ministerio de Asuntos Exteriores, 1955, 805 págs.; Lo permanente y lo circunstancial en la diplomacia, Madrid, Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, 1962, 47 págs.
Fuentes y bibl.: Archivo General del Ministerio de Asuntos Exteriores, Histórico, Personal, Leg. P485, Expediente 33837; Archivos del Consejo de Estado, Personal, Escribientes; Archives de la Grande Chancellerie de la Légion d’honneur.
J. M. Aniel-Quiroga, La sombra del viajero. Recuerdos y reflexiones de un embajador, Madrid, Editorial Dossoles, 2004, pág. 96; E Aunós, Contestación a T. de Aguilar, Lo permanente y lo circunstancial en la diplomacia, Madrid, Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, 1962, págs. 51-62; E. de Navasqües, Derecho y diplomáticos, Madrid, Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, 1965, págs 7-10; J. L. Pérez Ruiz, Las depuraciones de la carrera diplomática española (1931-1980), Burgos, Editorial Dossoles, 2005, págs. 73-76, 131-135 y 234.
José Pablo Alzina de Aguilar
