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Fernando de Valdés y Llano

Biografía

Valdés y Llano, Fernando de. Cangas de Narcea (Asturias), 28.VII.1575 – Madrid, 29.XII.1639. Inquisidor, obispo, arzobispo y presidente del Consejo de Castilla.

Nació en Cangas de Tineo (actualmente, de Narcea) y fueron sus padres Juan Queipo de Llano, natural de Cangas, y Catalina Valdés, oriunda de Salas, sobrina carnal de Fernando Valdés, inquisidor general y arzobispo de Sevilla (1546-1568). Después de estudiar el Latín, presumiblemente en Oviedo, se trasladó a Salamanca, donde fue colegial, desde 1595, del Colegio Menor San Pelayo o de los “Verdes”, fundación de su tío abuelo, y desde 1601 del Mayor de San Salvador de Oviedo. Estando en este colegio, solicitó ser oficial de la Inquisición. Se le incoó un expediente de limpieza de sangre, cuyo dictamen final decía: “En la vista de Madrid, a 22 de noviembre de 1608, el Consejo de su Magestad de la Santa y General Inquisición, habiendo visto las informaciones de la genealogía y limpieza de D. Fernando de Valdés y Llano, colegial del colegio de Oviedo de Salamanca, hechas para oficial, dijeron que estaban bastantes para servir en el Santo Oficio”.

El año 1611 fue crucial en su vida: en Salamanca obtuvo el grado de licenciado en Derecho Canónico, fue nombrado inquisidor de Barcelona y se ordenó de sacerdote (entre marzo y abril recibió las órdenes menores, el subdiaconado y el diaconado en Barcelona y, el 28 de mayo, el presbiterado en Pedralbes). En 1613 pasó a la Inquisición de Zaragoza, gozando de la canonjía inquisitorial de León, y en 1623 fue nombrado inquisidor de Toledo.

En 1625 fue promovido a la sede de Teruel. En el informe presentado ante la Santa Sede se le calificaba de “docto, prudente y experimentado en muchas cosas eclesiásticas de consideración, de buena vida y costumbres”. Fue elegido el 9 de julio y consagrado en Madrid, en el Convento de la Merced, el 16 de noviembre. Tomó posesión de la diócesis por medio de su sobrino Juan Queipo de Llano el 28 de noviembre e hizo su entrada en Teruel el 13 de diciembre, día de santa Lucía. Como prelado, aparte del gobierno ordinario de la diócesis turolense, hizo varias visitas pastorales y celebró un sínodo.

Pedraza escribe: “A este tiempo [1626] tuvo Felipe Cuarto Cortes en Balbastro (sic), y después en Calatayud, y el obispo de Teruel sirvió en ellas con el brazo eclesiástico. Por esto, y por las noticias que el rey tenía de su capacidad y servicios, le trasladó a la santa iglesia de León, y antes de ir a ella acordó su Majestad de trasladarle a la iglesia de Granada y que sirviese en el gobierno de la Presidencia de Castilla”. La propuesta para León fue hecha en diciembre de 1631. Poco después, el 6 de febrero de 1632, Valdés se despidió del cabildo turolense y marchó a Madrid a esperar las bulas, que no llegaban. Entretanto enfermó gravemente. El 19 de marzo de 1633 moría en Madrid Miguel Santos, arzobispo de Granada y presidente del Consejo de Castilla; para sustituirle en ambos puestos fue designado Fernando Valdés. La bula de nombramiento de arzobispo está fechada el 18 de julio de 1633; el título de presidente del Consejo, el 10 de agosto. El 2 de octubre tomó por él posesión del arzobispado su sobrino Juan Queipo de Llano.

Como arzobispo, poco hay que decir, pues ni fue a Granada. Tuvo de gobernador a su sobrino (a quien Bermúdez de Pedraza dedicó su Historia Eclesiástica); de provisor y vicario general, a Lucas Vela, y de obispo auxiliar, a fray Blas de Tineo. En contadas ocasiones se dirigió al cabildo catedralicio: una en 1634, lamentándose de las diferencias y poca hermandad existentes entre los capitulares; otra en 1638, comunicando el envió de dos blandones de plata para la catedral. Como presidente del Consejo de Castilla, Valdés tuvo escasa relevancia política. Fue, según Novoa, una “personalidad de poca envergadura; tenía demasiado miedo a perder el puesto como para tomar iniciativas”.

Habiendo sido presentado para la sede de Sigüenza, con el fin de mejor servir la presidencia del Consejo, se despidió del Cabildo catedralicio de Granada el 27 de septiembre de 1639. Tres meses más tarde, el 29 de diciembre, moría en Madrid a la edad de sesenta y tres años. Sus restos mortales fueron trasladados a la iglesia Santa María Magdalena, de Cangas, que había mandado reedificar, donde reposan en un panteón de alabastro en el lado del evangelio; en el de la epístola están sepultados su padre y su sobrino Juan Queipo de Llano, que llegó a ser obispo de Guadix (1640-1643).

Era Valdés, según Pedraza, “de aspecto agradable y digno de imperio, de condición colérica, pero con modestia apacible y blanda”. Debió ser inteligente, si bien parece que vivió obsesionado por el abolengo aristocrático de su familia, que le incitaba a preocuparse de su promoción. Por ello, habiendo alcanzado la presidencia de Castilla, no se comprometió a arriesgar el puesto, recatándose en sus actuaciones dentro del Consejo y no ausentándose, ni siquiera ocasionalmente, del mismo. Esto mismo le llevaría, como a otros dignatarios de la corte, a encargar su retrato a Veláquez para exaltación tangible de su prestigio personal. Velázquez pintó en dos ocasiones a Fernando Valdés: la primera, en 1633; este lienzo se perdió y de él son copias tanto el que se conserva en el episcopologio de Granada —con modificaciones— como el perteneciente a los condes de Toreno —más ortodoxo, pero de peor calidad—; el segundo retrato, referido solamente al busto y con el personaje más envejecido, en 1639. Éste se exhibe en la National Gallery de Londres, y una copia del mismo, tal vez de Cano, en el Museo de Arte de Barcelona.

 

Obras de ~: Constituciones synodales del Obispado de Teruel. Copiladas, hechas y ordenadas por [...] Don Fernando de Valdès y Llano, Obispo de Teruel [...] en la synodo que celebro en su Palacio episcopal de la dicha ciudad en el mes de octubre del año 1627, Zaragoza, por Pedro Cabarte, 1628.

 

Bibl.: F. Bermúdez de Pedraza, Historia eclesiástica. Principios y progresos de la ciudad y religión católica de Granada [...], Granada, Francisco Sánchez, 1638 (ed. facs. Granada, Universidad, 1989); J. Sáchez Biedma, “Valdés, don Fernando”, en Biografía eclesiástica completa, t. XXIX, Madrid, Eusebio Aguado, 1868; M. de Novoa, “Historia de Felipe IV, Rey de España”, en Colección de documentos inéditos para la historia de España, Madrid, 1876-1886; M. Eixarch, Los obispos de Teruel. Apuntes biográficos, Teruel, Imprenta de A. Malleu, 1893; J. Ainaud de Lasarte, “Velázquez y los retratos de Don Fernando de Valdés”, en Varia Velazqueña, Madrid, Dirección General de Bellas Artes, 1960; J. J. Polo Rubio, “Proceso de limpieza de sangre de don Fernando Valdés Llano”, en Boletín del Instituto de Estudios Esturianos, 108 (1983), págs. 169-177; M. A. López, Los arzobispos de Granada. Retratos y semblanzas, Granada, Arzobispado, 1993; J. J. Polo Rubio, Historia de los obispos de Teruel (1614-1700), Zaragoza, Instituto de Estudios Turolenses, Universidad de Zaragoza, 2005.

 

Miguel A. López Rodríguez