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Tomás Díaz Sánchez de Ávila

Biografía

Díaz Sánchez de Ávila, Tomás. Tomás de Jesús. Baeza (Jaén), 1564 – Roma (Italia), 24.V.1627. Carmelita descalzo (OCD), misionólogo, escritor.

Niño precoz, en su ciudad natal aprendió las primeras letras, allí mismo en la universidad se graduó de bachiller en Artes, comenzando después el estudio de la Teología. En 1583 se trasladó a Salamanca para proseguir sus estudios retóricos y jurídicos y laurearse en Jurisprudencia por la universidad salmantina. Inmerso en sus estudios, un día el maestro Céspedes hizo un gran elogio de la pureza de la lengua con que Santa Teresa escribía. A Tomás le entraron ganas de leer algo de la santa; se acercó al colegio de los descalzos que le prestaron una copia manuscrita de la Autobiografía teresiana. Quedó prendado y comenzó a abrirse paso en su alma la vocación al Carmelo, y unos quince días después de aquella lectura tomó el hábito en Valladolid, donde profesó el 5 de abril de 1587 ante el padre Jerónimo Gracián.

Le había animado también el ejemplo de su amigo y condiscípulo Fernando del Pulgar y Sandoval, más tarde Francisco de Santa María, que en 1586 había ingresado en aquel noviciado. Dos años después de ordenado sacerdote, en 1589, le llevaron como profesor de Teología Escolástica a Sevilla. Aquel clima no le iba bien y fue necesario cambiarlo de Sevilla a Alcalá de Henares, donde fue profesor y vicerrector del colegio de los descalzos, llamado de San Cirilo.

Examinando a fondo la Regla carmelitana, eremítica en su origen, se convenció de que ahondado en ese espíritu sería bien hacer casas eremíticas, lo que se llamó después Desiertos. Comenzó a redactar lo que llama un “papel” y a hacer un proyecto para ese género de vida eremítica; se lo comunicó al vicario general, padre Nicolás Doria, que de momento rechazó la idea. Más adelante aceptó la propuesta y, con la anuencia del mismo Doria, Tomás y otros dos compañeros elevaron una petición al Definitorio General, que aprobó oficialmente la modalidad eremítica de la vida carmelitana, como se pedía. El primer desierto fue el de Bolarque (Guadalajara). Entre los religiosos designados para dar comienzo a la vida eremítica, en agosto de 1592, no estaba Tomás de Jesús, que tenía que atender a sus clases en Alcalá y que, además, no andaba muy bien de salud. No obstante, en ese mismo mes de agosto o en septiembre pasó unos cuantos días en Bolarque, siguiendo la vida eremítica.

En 1594 se le nombró prior del recién fundado convento de Zaragoza. Allí se ganó el afecto del pueblo por sus modales, dotes de inteligencia y letras y fama de santidad, terminando la fábrica del convento.

En 1597 hubo Capítulo General intermedio y en él fue el padre Tomás elegido provincial de la provincia de Castilla la Vieja, llamada de San Elías. Durante su mandato, según las actas del Capítulo Provincial de 1600, los superiores generales le dieron “licencia y facultad, para que dejase y desamparase la casa de Mancera por la grande incomodidad que tenía y la trasladase a la ciudad de Ávila”. Durante su provincialato, además de la fundación en Ávila, se hizo la del Desierto de la provincia de Castilla, celebrándose la primera misa el 5 de junio de 1599 y quedando inaugurada la casa con el nombre de San José del Monte de las Batuecas. En 1600 fue elegido definidor general y vicario del Desierto. En 1604 la casa se eleva a la categoría de priorato y Tomás es su primer prior hasta 1607. Vive siete años en su Desierto de San José. Aquí recibe carta de Italia, en la que el padre Francisco del Santísimo Sacramento le invitaba a trasladarse a Italia, desde donde podría ir a las Misiones.

Contestó declinando la oferta; pero un día movido por el Espíritu hizo voto de emplear toda su vida en ayudar a la propagación de la fe y el aumento de la Iglesia. A principios de mayo se celebró Capítulo General y fue elegido Tomás otra vez prior de Zaragoza.

Había ya tomado posesión de su cargo cuando le llegan dos Breves del papa Paulo V para que con otro compañero se traslade a Roma. Hizo su viaje a Roma con gran contradicción de los superiores de España, y se presentó en la Ciudad Eterna los primeros días de 1608. Ideó nada más llegar a Italia una nueva Congregación de Carmelitas Descalzos, totalmente misionera.

Por bula de Paulo V Onus Pastoralis Officii del 22 de julio de 1608 se erigía la Congregación de San Pablo, que comenzaba con catorce religiosos. Se nombra comisario al padre Tomás por seis años. En agosto de 1608 moría el padre Pedro de la Madre de Dios, superior de los descalzos en Italia, que era el principal fautor de la nueva Congregación que tenía el padre Tomás. Su sucesor pidió audiencia con Su Santidad, le expuso los inconvenientes que veía en la existencia de una tercera Congregación en la Orden y le hizo ver que la de Italia estaba ya totalmente volcada sobre la acción misionera. El Papa requirió el parecer del padre Tomás, a quien tanto estimaba y éste no opuso resistencia a que se suprimiese sino que “discreto y deferente, accedió, con tal de que se diese impulso a los seminarios de misiones “(padre Silverio).

Así la Congregación de San Pablo fue suprimida ya oficialmente por otro Breve de Paulo V de 7 de marzo de 1613.

El papa Paulo V quiso personalmente que el padre Tomás con otros siete carmelitas fueran a extender la Reforma teresiana en Francia, Flandes y Alemania.

Pasó Tomás por Francia, negoció con María de Médicis la fundación de descalzos en París y siguió hasta Bruselas adonde llegó el 20 de agosto de 1610. En los trece años que permaneció en Flandes (1610-1623) desarrolló una actividad inaudita: fundó, seis conventos de religiosas, diez de frailes, entre estos últimos tenían su predilección dos de ellos: el Desierto, o casa eremítica, de Marlagne, junto a Namur, y el seminario de Misiones en Lovaina, junto a la universidad.

Atendió solícitamente a las Carmelitas Descalzas, a cuya cabeza se encontraban la beata Ana de San Bartolomé y Ana de Jesús (Lovera). En Flandes aparecía el padre Tomás como un oráculo para el nuncio, para los archiduques, especialmente para la infanta Isabel Clara Eugenia. En 1614 fue nombrado prior de Bruselas y vicario general sobre los conventos ya fundados en Bélgica y Alemania; y en el Capítulo General de 1617, prior de Lovaina y provincial de Flandes y Alemania.

En el Capítulo General de 1623, en Loano, al que asistía el padre Tomás, fue nombrado definidor general y estableció su residencia en Santa Maria de la Scala en Roma. Allí pasaría los cuatro últimos años de su vida, sin que, ya muy enfermo, pudiera volver a Flandes, adonde le reclamaba la hija de Felipe II, la infanta Isabel Clara Eugenia. Moría el padre Tomás en su retiro de la Scala en Roma el 24 de mayo de 1627. Hombre lleno del dinamismo que le nacía de sus dos grandes ideales: el eremítico y el misionero.

Sin abandonar nunca la pluma ha dejado una serie de obras de mística, de misionología, etc., y ha sido uno de los principales promotores, si no fundador, de la Congregación de Propaganda Fide. Agradecido a Santa Teresa por su vocación al Carmelo escribirá la Vida de la Santa, que salió bajo el nombre de Diego de Yepes en 1606. Su participación en la vida, en la expansión en el gobierno de la Congregación de descalzos de Italia, en la que quedó incorporado Tomás de Jesús se ve reflejada abundantemente en las Actas de los Capítulos y definitorios generales. Basta dar un repaso a los índices de personas en las actas publicadas desde 1985 en adelante. Lo mismo se puede decir de los documentos sobre las misiones publicados en 1997. No menos que en lo eremítico y misionero brilla en lo que ahora se llama teología espiritual: oración, contemplación y unión con Dios.

 

Obras de ~: Libro de la antigüedad y santos de la Orden de nuestra Señora del Carmen y de los especiales privilegios de su Cofradía, Salamanca, en casa de Andrés Renaut, 1599; Stimulus missionum sive de propaganda a Religiosis per universum orbem Fide. Romae, apud Iacobum Mascardum, 1610; Suma y compendio de los grados de oración, por donde sube el alma a la perfección de la contemplación; sacado de todos los libros y escritos que compuso la B. Madre Teresa de Jesús, fundadora de la Reformación de carmelitas descalzos, en Roma, por Iacomo Mascardo, 1610; De procuranda salute onmium gentium..., Antverpiae, sumptibus Viduae et haeredum Petri Belleri, 1613. De contemplatione divina, libri sex, Antverpiae, Ex Officina Plantiniana, 1620; Divinae orationis sive a Deo infusae methodus, natura et gradus, libri quatuor, Antvuerpiae, Ex Officina Plantiniana 1623. Instrucción espiritual para los que profesan la vida eremítica, en Madrid, por los herederos de la viuda de Pedro de Madrigal, que sea en gloria, 1629; Opera omnia, homini religioso et apostolico tam quoad vitae activae quam contemplativae functiones utilissima, duobus tomis comprehensa, Coloniae Agrippinae, apud Ioannem Wilhelmum Friesen juniorem, 1684; De contemplatione acquisita (Milano, Tipografía S. Lega Eucaristica, 1922).

 

Bibl.: J. de Santa Teresa, Reforma de los descalzos de nuestra Señora del Carmen de la Primitiva observancia, t. IV, Madrid, 1684, págs. 675-707; Anastasius a S. Paulo, “José del Espíritu Santo”, en Cursus theologiae mystico-scholasticae, t. I, Brugis, 1924, Appendix, págs. 298-303; F. del Niño Jesús, La Orden de Santa Teresa, la fundación de Propaganda Fide y las Misiones Carmelitanas, Madrid, Tipografía Nieto y Compañía, 1923, págs. 39-59; P. del Santísimo Sacramento, “Du Saint-Désert aux Missions. La vocation de Thomas de Jesús”, en Etudes Carmélitaines, 20 (1935), págs. 248-265; T. di Gesù (Pammoli) OCD, Il P. Tommaso di Gesù e la sua attività missionaria all’inizio del secolo xvii, Roma, 1936; S. de Santa Teresa, Historia del Carmen descalzo en España, Portugal y América, t. VIII, Burgos, El Monte Carmelo, 1937, págs. 569-604; S. de la Sagrada Familia, “La obra fundamental del P. Tomás de Jesús, inédita y desconocida”, en Ephemerides Carmeliticae, 4 (1950), págs. 431-518; J. de Jesús Crucificado, El P. Tomás de Jesús, escritor místico, Roma, 1951, págs. 6-9 y págs. 19-49; S. de la Sagrada Familia, Contenido doctrinal de la “Primera parte del Camino espiritual de oración y contemplación”, en El Monte Carmelo, 60 (1952), págs. 1-36, 145-172 y 232-252; M. del Niño Jesús, “¿Quién es el autor de la Vida de Santa Teresa a nombre de Yepes?”, en Monte Carmelo, 65 (1956), págs. 244-255; F. de la Virgen del Carmen, La soledad fecunda. Santos Desiertos de Carmelitas Descalzos, Madrid, Ediciones de Espiritualidad, 1961, págs. 20-28, 97-98 y 151-162; S. de la Sagrada Familia, “Panorama storico Bibliografico degli autori Spirituali teresiani”, en Archivum Bibliographicum Carmelitanum, n.º 12, Roma, Teresianum, 1970, págs. 31-35; T. Álvarez, “El ideal religioso de Santa Teresa y el drama de su segundo biógrafo”, en Monte Carmelo, 86 (1978), págs. 203-238; M. Á. Díez, “Thomas de Jesús (Díaz Sánchez Dávila)”, en VV. AA., Dictionnaire de Spiritualité, t. XV, Paris, Beauchesne, 1991, cols. 833-844; M. del Niño Jesús, “Tomás de Jesús (Dávila), verdadero biógrafo teresiano”, en Archivum Bibliographicum Cameli Teresiani, 36 (1999), págs. 591-606; T. Egido, “Tomás de Jesús Sánchez Dávila”, en Monte Carmelo, 110 (2002), págs. 75-99.

 

José Vicente Rodríguez, OCD

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