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Ana de Mendoza y Enríquez

Biografía

Mendoza y Enríquez, Ana de. Duquesa del Infantado (VI). Medina de Rioseco (Valladolid), 1554 – Guadalajara, 11.VIII.1633. Noble.

Hija de Íñigo López de Mendoza, V duque del Infantado y de Luisa Enríquez de Cabrera, fue la mayor de los doce hermanos que tuvo y heredó el título por defecto de varón al morir sus hermanos. Fue condesa de Saldaña hasta la muerte de su padre, cuando heredó los títulos del ducado del Infantado, marquesado del Cenete y Santillana, condado del Real de Manzanares, etc.

Casó, con dispensa del pontífice Gregorio XIII, en la iglesia de San Francisco de Guadalajara, el 20 de enero de 1580, con su tío Rodrigo de Mendoza, gentil- hombre de cámara de Felipe II, adelantado de Cazorla por la diócesis de Toledo y comendador de los Bastimentos de León en la Orden de Santiago. Fue madre de Luisa, nacida en 1582, Íñigo, María y otra niña. La última y el varón murieron muy niños. Rodrigo falleció el 18 de noviembre de 1587. Ana, ya viuda, vestía monjil y manto de anascote, tocas largas de Holanda, camisa de lienzo grosero y jamás se ponía guantes.

Firmó de nuevo capitulaciones matrimoniales el 19 de enero de 1593, casándose en segundas nupcias, a los seis años de su viudedad, con Juan Hurtado de Mendoza, su primo, séptimo hijo del marqués de Mondéjar. A la boda asistieron el rey Felipe III y la reina Margarita, la cual muy pronto la tuvo por confidente.

En 1601 heredó el ducado del Infantado después de la muerte de su padre, Íñigo, título que no utilizó hasta la muerte de su madre, la duquesa viuda Luisa Enríquez (18 de febrero de 1603).

El 23 de abril de 1602, Felipe III concedió al duque Juan el alferezazgo perpetuo de Guadalajara con la facultad para entrar en el ayuntamiento de esta ciudad con espada y daga. Poco tiempo después, su pariente Diego de Mendoza, señor consorte de Fresno del Torote, interpuso una demanda contra Ana reclamando su derecho agnaticio sobre los estados y mayorazgos de Infantado y Luna. Este pleito duró treinta y dos años, obligándoles a trasladarse de Guadalajara a Valladolid y a Madrid, donde se encontraba la corte, y originando enormes gastos hasta lograr una sentencia favorable para Ana, poco tiempo antes de morir. El duque de Lerma, a cambio de su implicación en este pleito, propuso en matrimonio a su segundo hijo Diego Gómez de Sandoval —comendador de Calatrava y gentil hombre de Cámara— con Luisa, la hija mayor y heredera de Ana de Mendoza. La duquesa del Infantado accedió con cierta reticencia, después de que Felipe III diera su consentimiento. El 25 de agosto de 1603 se firmaron las capitulaciones en Valladolid y la boda se celebró en palacio siendo apadrinados los novios por los propios Reyes. En 1609 casó a su segunda hija, María de Mendoza, con García de Toledo Osorio, duque de Fernandina. En 1610 la VI duquesa del Infantado trasladó su residencia a las casas de San Andrés en Madrid, que fueron de Pedro Lasso de la Vega. En 1619 murió su hija mayor dejando a cargo de Ana al heredero de la casa, Rodrigo Díaz de Vivar, conde del Cid, y a sus dos hermanas.

El 1 de agosto de 1624 quedó viuda por segunda vez. Su marido, Juan de Mendoza, había sido duque de Mandas, marqués de Terranova, mayordomo mayor, miembro de los Consejos de Estado y Guerra y gentil hombre de cámara de Felipe IV. Vivió Ana veintidós años en Madrid como confidente de la reina Margarita y siendo respetada a la muerte de Felipe III por su hijo Felipe IV y su mujer Isabel, a pesar de la caída del duque de Uceda y de su consuegro el duque de Lerma. Estuvo muy unida a sor Margarita de Cruz que, conocida como la “infanta de las Descalzas”, hizo grandes obras benéficas.

Ana de Mendoza murió a las siete de la mañana del jueves 11 de agosto de 1633, en su palacio de Guadalajara, a los setenta y dos años.

 

Bibl.: C. de Arteaga y Falguera, La casa del lnfantado, cabeza de los Mendoza, t. II, Madrid, Duque del Infantado, 1944, págs. 5-45.

 

Almudena de Arteaga y del Alcázar, marquesa de Cea

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