Vilanova, Vidal de. ?, f. s. XIII – c. 1353. Noble, consejero real, diplomático, mayordomo de las reinas Blanca de Nápoles y María de Chipre (esposas de Jaime II), comendador de Santiago.
Como diplomático y embajador, la política mediterránea, donde la fuerza de la diplomacia pontifica era decisiva, fue el eje central de su actuación.
Trabajó para que los papas no sólo no olvidaran su promesa de cesión de Cerdeña a la Corona, según los términos del tratado de Anagni (1295), sino que ayudaran para llevarla a efecto. A tal fin, se esforzó para liquidar las secuelas del conflicto siciliano (establecimiento de paz entre Sicilia y Nápoles) lo que le llevó expresamente a la Corte papal y a la siciliana de Federico II (1318). También pidió al pontificado que mediara para evitar la obstrucción de Pisa a la conquista del territorio sardo, y, en Cerdeña, negoció con los jueces de Arborea, que eran favorables a la incorporación (1322-1323). Cuando finalmente, con la conquista de Cerdeña (1323-1324), pudo ver coronada con éxito su labor, tuvo la desgracia de perder un hijo en los combates.
Cuidó especialmente las relaciones con la curia pontificia, establecida desde 1309 en Aviñón, donde acudió en numerosas ocasiones. Prestó homenaje al papa Benedicto XI por Cerdeña, y le hizo partícipe de los planes de matrimonio entre la casa real de Mallorca y la de Nápoles (1303); presentó al papa Clemente V el infante Juan para quien pidió la tonsura (1311); junto con el obispo de Barcelona Ponç de Gualba, prestó homenaje por Cerdeña al papa Juan XXII, requirió su ayuda para la incorporación de la isla a la Corona de Aragón y le pidió el arzobispado de Tarragona para el infante Juan (1316), y en la misma embajada y en otra posterior (1326) negoció la ayuda pontificia para establecer la paz entre los reinos de Sicilia y Nápoles.
Una de las misiones diplomáticas más delicadas que llevó a cabo fue la resolución del contencioso entre el Pontificado y la Monarquía sobre el destino que debía darse a los bienes de la Orden del Temple en territorio de la Corona de Aragón, confiscados en 1307- 1308. Mantuvo para ello diversos contactos con la Santa Sede hasta conseguir del papa Juan XXII una bula autorizando la creación de la Orden de Montesa a la que se podría dotar con bienes de los templarios (8 de junio de 1317). Para recompensar sus servicios en esta cuestión, Jaime II le asignó las rentas de la villa de Montcada, cerca de Valencia, que precisamente habían sido del Temple.
En la política penínsular tuvo también una actuación destacada. Acompañó a Jaime II en la fracasada campaña de Almería (1309), de la que informaría al Papa y le pediría inutilmente ayuda para continuar la lucha, y se le confiaron misiones militares y administrativas en el Reino de Valencia, donde finalmente se retiró. Jaime II le hizo alcaide vitalicio de Játiva (1309) y después baile de esta villa (1322). Muerto este monarca (1327), de quien fue albacea, su sucesor, Alfonso IV, le encomendó un tiempo (1333) la defensa de la frontera meridional, medida de precaución necesaria en la guerra emprendida con los musulmanes de Granada (1329-1334).
Fue uno de los fieles partidarios del infante Pedro, futuro Pedro IV el Ceremonioso, cuando a finales del reinado de Alfonso IV, las intrigas de la reina Leonor amenazaban con arrebatarle la corona y quizá incluso la vida. Años después, residiendo en Valencia, ayudó al Ceremonioso cuando el Monarca, que estaba solo y retenido por los rebeldes de la Unión (1347) en la ciudad, necesitó de sus consejos. Puesto que, como cuenta el Ceremonioso en su crónica, Vidal de Vilanova era entonces anciano y estaba aquejado de gota, los contactos se hicieron secretamente a través de un nieto suyo, Ramon de Vilanova.
Fue comendador de Montalbán de la Orden de Santiago.
Bibl.: J. E. Martínez Ferrando, S. Sobrequés, E. Bagué, Alfons el Franc. Jaume II. Alfons el Benigne, Barcelona, Vicens Vives, 1961; R. Tasis i Marca, Pere el Cerimoniós i els seus fills, Barcelona, Vicens Vives, 1962; R. D’Abadal i de Vinyals, J. Reglá Campistol y L. Suárez Fernández, España cristiana. Crisis de la Reconquista. Luchas civiles, en R. Menéndez Pidal (dir.), Historia de España, Madrid, Espasa Calpe, 1966; F. Soldevila, Les quatre grans cròniques, Barcelona, Selecta, 1971.
José María Salrach Marés
