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Manuela Ballester Villaseca

Biografía

Ballester Vilaseca, Manuela. Valencia, 17.XI.1908 – Berlín (Alemania), 7.XI.1994. Artista plástica.

A Manuela Ballester la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos no le resultó un lugar extraño o ajeno cuando, en 1922, ingresó en dicho centro para cursar sus estudios artísticos. La futura y prometedora pintora era hija de Antonio Ballester Aparicio, escultor y profesor en la citada institución, y Rosa Vilaseca Oliver, modista. A diferencia de su hermana mayor, Teresa, y, de uno de sus hermanos pequeños, Estanislao —quien murió poco antes de la guerra— Manuela Ballester decidió desde pronto dedicarse al arte, profesión elegida también por sus hermanos Antonio (Tonico), Rosa y Josefina. Durante sus años de formación estableció contacto con estudiantes y artistas como Rafael Pérez Contel Francisco Carreño, Francisco Badía o Josep Renau, con el que, en septiembre de 1932, se casaría.

Recién salida de San Carlos Manuela Ballester viajó a Madrid para visitar el Museo del Prado y conocer a los maestros de la pintura, especialidad en la que se había instruido. Ese mismo año, dispuesta a labrarse una carrera como artista profesional, participó en un certamen de carteles celebrado por la revista Blanco y Negro, siendo su obra comprada por la publicación y utilizada en el número correspondiente al 20 de octubre de 1929. Así, sus primeras incursiones públicas se produjeron sobre todo a través de su colaboración con diferentes revistas, a saber, los figurines que había elaborado para El Hogar y la Moda (Valencia, 1931-1936) o las cabeceras para cuentos de la revista gráfica Crónica (1932-1936) —bajo la firma de “MB”—, además de sus intervenciones en Estudios (1932) y Orto (1932-1934). Destaca la portada para Babbitt de Sinclair Lewis que realizó para el concurso de la editorial Cenit, cuyo galardón fue otorgado a Manuela Ballester, pasando su dibujo a ilustrar la cubierta de la publicación.

Ávida por formar parte de la vanguardia más revolucionaria del momento, Ballester se incorporó al grupo Acció d’Art, fundado por Antonio Vercher, Genaro Lahuerta, Carreño, Josep Renau o Pérez Contel, entre otros, en la Sala Blava de Valencia, donde en 1930 tuvo lugar la Exposició de pintura, escultura i dibuix en la que la artista participó.

Su convicción sobre las ideas políticas de izquierdas hizo que, además de integrarse en la Unión de Escritores y Artistas Proletarios, militara en el Partido Comunista Español (PCE), con lo que a comienzos de la guerra civil, y concienciada del papel de las mujeres durante el conflicto bélico, creó Pasionaria. Revista de las mujeres antifascistas de Valencia, en la que colaboraron las artistas Elisa Piqueras y Amparo Muñoz Montoro y cuyo título estaba dedicado a la afamada política española, Dolores Ibárruri.

Poco antes, en febrero de 1936, fue premiado su conocido cartel para promover el voto a favor del Frente Popular y, dos años después, le fue concedida la Medalla al Valor en el concurso convocado por el Ministerio de Defensa Nacional. Asimismo, en tiempos prebélicos colaboró en la publicación dirigida por su marido, la revista Nueva Cultura, creando fotomontajes y artículos.

El compromiso político y la implicación del matrimonio en la guerra civil llevó a la familia al exilio mexicano, previo paso por Francia. Y es que Josep Renau, quien en 1936 había sido director general de Bellas Artes del Ministerio de Instrucción Pública, desempeñó el cargo de director de Propaganda Gráfica del Comisariado General del Estado Mayor Central y fue responsable de la organización del pabellón español de la Exposición Internacional de París de 1937 y de las medidas de salvaguarda del patrimonio de España. Así, acompañados por otros miembros de la Junta de Cultura Española, Ballester y Renau pisaron suelo mexicano a finales de mayo de 1939 tras desembarcar del Veendam en Nueva York, desde donde se trasladaron a México en autobús.

Allí Manuela Ballester continuó alimentando su interés por la indumentaria femenina en revistas mexicanas con las series Embajadoras (1939) y Teatro (1939) y con su proyecto sobre el traje popular mexicano, que llevó a término entre 1944 y 1952 y que se conserva en el Museo Nacional de Cerámica de Valencia. Igualmente, prosiguió con su labor como ilustradora en editoriales como Leyenda —fundada por el español exiliado José Bolea— y en publicaciones periódicas, a saber, Las Españas, donde ilustró cuentos de su hermana Rosa Ballester y de autores clásicos como Miguel de Cervantes, Nuestro Tiempo e Independencia.

Por otro lado, dentro de su actividad gráfica y del Estudio Imagen/Publicidad Plástica que creara Renau, Ballester estuvo encargada de las tipografías de los carteles y anuncios que realizaba su marido, al tiempo que realizó múltiples anuncios y diseños de embalaje para las perfumerías Dana, Lanvin, Weil, Rody y Worth, para empacadoras y destilerías y para los laboratorios Thome, Polanco, Intersa, Hidro-Ionil y Myn, así como para concursos, siendo el más destacado el premiado en segundo lugar para el Club Rotario de México (1954).

También experimentó con la técnica mural, principalmente en espacios privados, pues decoró con un mural de sirenas y paneles portátiles el Hotel Mocambo de Veracruz (1945), colaboró en la tarea de Renau de decorar las bovedillas del Hotel Casino de la Selva de Cuernavaca (1950) y ayudó a la realización del mural De las fuerzas naturales se obtiene la electricidad (1946) encargado a su marido.

Respecto a su actividad expositiva, Ballester formó parte de numerosas muestras colectivas. En 1940 exhibió en la Exposición de Pintura Española de la Casa de la Cultura sus obras Recuerdo de Valencia, Recuerdo de España y Estudio. Igualmente, estuvo presente en el Salón de 1942 de la Galería de Arte y Decoración, en el III Salón de la Flor, celebrado en el Bosque de Chapultepec en mayo de 1945, y en la exposición colectiva organizada a favor del pueblo español en el Círculo de Bellas Artes en noviembre de 1947. En 1952 se realizó en México la I Exposición Conjunta de Artistas Plásticos Mexicanos y Españoles Residentes en México como respuesta a la I Bienal Hispanoamericana de Arte, convocada en Madrid en 1951 por el gobierno de Franco, donde Ballester colgó su óleo Guerrillero muerto. Más tarde participó en la Exposición de Pinturas y Esculturas de Artistas Españoles Residentes en Mexico (1956); en la Exposición de pinturas, dibujos, grabados y esculturas promovida por el Movimiento Español 59 y hospedada en el Ateneo Español de México en 1961, y durante la década de los setenta en Pintoras y escultoras en México, celebrada en el Polyforum Cultural Siqueiros, en Pintores y escultores republicanos españoles en México en la Galería Mercedes y Jordi Gironella (1975) y en la Exposición colectiva 89 obras, organizada por el Movimiento de Solidaridad con los Pueblos de España en mayo de 1976.

Sin embargo, en estas últimas exposiciones Manuela Ballester participó desde la distancia, pues se encontraba instalada en Berlín, donde se había trasladado en un segundo exilio en 1959 siguiendo a Renau. Durante aquel tiempo realizó el cartel de las fallas de Valencia en México (1962), así como las exposiciones de su traje popular mexicano en 1963 en el Club de Creadores de Cultura de Berlín y dos años más tarde en la exposición México y su mundo. Colaboró con las revistas Mujeres del mundo entero, Alborada y España Republicana y expuso, en 1972, en la Mostra d’Arte Contemporanea de Milán en solidaridad con España. En 1979 realizó varios viajes a España y exhibió su obra en varias ocasiones, mereciendo especial atención la individual de la galería Estil de Valencia en 1981, mismo año en el que publicó su poemario Cosas. Su última colectiva fue la titulada Un siglo de pintura valenciana, 1880-1980. Instituciones y propuestas, celebrada en 1994, varios meses antes de su fallecimiento. 

Obras de ~: Cosas, México D.F., 1981 y Mis días en México. Diarios (1939-1953) (ed. crítica de Carmen Gaitán Salinas), Sevilla, Renacimiento (en prensa).

Bibl.: J. Ballester, “Un estudi a l’ Avinguda Coyoacán”, en VV. AA., Renau. Cartells de cinema (Mèxic), Valencia, Fundació Caixa de Pensions, 1984; J. Ballester, “La postguerra, l’exili i el retorn a Espanya d’ Antonio Ballester”, en J. Ballester et al., Antonio Ballester. Escultures i Dibuixos, Valencia, IVAM, 2000, págs. 69-90; F. Bellón, “Manuela Ballester, hija, hermana y esposa de artista”, Laberintos. Revista de estudios sobre los exilios culturales españoles, núms. 10-11, Valencia, 2010, págs. 148-164; L. Cuesta Davignon (comisaria), Manuela Ballester en el exilio. El traje popular mexicano (catálogo de exposición), Valencia, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2015; C. Escrivá, “Recordando a Manuela Ballester”, Laberintos. Revista de estudios sobre los exilios culturales españoles, núms. 10-11, Valencia, 2009, págs. 165-177; C. Gaitán Salinas, Las artistas del exilio republicano español. El refugio latinoamericano, Madrid, Cátedra, 2019; M. García, (ed.), Homenaje: Manuela Ballester, Valencia, Institut Valencià de la Dona, 1995; A. Girona y Mª F. Mancebo (eds.), El exilio valenciano en América. Obra y memoria, Valencia, Instituto de Cultura Juan Gil-Albert/ Universitat de Valencia, 1995; C. Martínez Sancho, “Compromiso político y social de Manuela Ballester. Vida y obra hasta el exilio (1908-1939)”, ASRI: Arte y sociedad. Revista de investigación, núm. 10, abril de 2016, págs. 1-25; A. Rodrigo, “Artistas exiliadas en México: Manuela Ballester, Elvira Gascón y María Teresa Toral”, en M.ª J. González y R. Rius (eds.), Remedios varo. Caminos del conocimiento, la creación y el exilio, Madrid, Eutelequia, 2013, págs. 181-201; I. Tejeda y Mª J. Folch (comisarias), A contratiempo: medio siglo de artistas valencianas (1929–1980), Valencia, Institut Valencià d’Art Modern, 2018.

Carmen Gaitán Salinas

Relación con otros personajes del DBE

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