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Enrique Gil Guerra

Biografía

Gil Guerra, Enrique. Madrid, 20.VII.1912 – 1.III.1996. Pintor, profesor de Pintura y Dibujo y publicista, catedrático de instituto de Pintura y Dibujo, Medalla del Círculo de Bellas Artes por pensionado en El Paular, Artesano Distinguido de Madrid.

Hijo de Enrique Gil Pérez, grabador y orfebre, descendiente de una familia afincada en Almagro (Ciudad Real), y de Leandra Guerra Galindo, de padres leoneses de Villamartín de Don Sancho. Quedó huérfano de padre a la edad de tres años. Realizó sus estudios escolares desde los ochos años de edad como alumno interno en el Colegio de Huérfanos de San Ildefonso, donde ya manifestó su vocación artística.

Aún se conservan magníficos dibujos del artista realizados con doce y trece años de edad.

A los quince años recién cumplidos, en el otoño de 1927, ingresó como alumno de la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado de San Fernando de Madrid, en la que se graduaría en 1932. En la Escuela conoció a su profesor Manuel Benedito, discípulo de Joaquín Sorolla y miembro de la generación de pintores del 27, que desde entonces sería su maestro. También bajo la tutela de Benedito comenzó sus primeras prácticas en la docencia, su “otra vocación” que le acompañaría toda su vida. En la Escuela de San Fernando obtuvo altas calificaciones (diplomas de Mérito o Matrícula de Honor) en numerosas asignaturas no sólo las directamente relacionadas con Dibujo y Pintura sino también en las de Modelado, Grabado, etc.

Su notable expediente académico le permitió disfrutar además de los denominados entonces pensionados de verano. Estas estancias estivales, en diversos lugares de la geografía española, se realizaban bajo la dirección de algunos profesores y en ellas, los estudiantes de la Escuela, aprovechaban para conocer otras regiones y practicar su arte en otros entornos. Entre las más destacadas para su futura obra se encuentran los pensionados en El Paular y Mallorca (1930), en El Paular, Tossa de Mar y Betanzos (1931) y en Granada (1933). Sus obras de los pensionados de 1930 y 1931 se presentaron, con las seleccionadas de otros compañeros, en sendas exposiciones en el Museo de Arte Moderno, como recogieron los medios de la época (El Liberal y otros).

Enrique Gil Guerra continuó recibiendo premios y distinciones por sus obras. Así, en 1930 obtuvo el Premio de Pintura al Aire Libre de la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid. En 1931 fue galardonado, por unanimidad del claustro de profesores de la Escuela San Fernando, con una Medalla de Oro que el Círculo de Bellas Artes tuvo la atención de conceder a la mejor obra del Pensionado de El Paular de ese año (12 de noviembre de 1931).

El año de la graduación de Gil Guerra coincidió con el de la jubilación del famoso colorista Cecilio Pla. Gil Guerra se encuentra en el grupo que recoge en su momento el Diario Informaciones (1932) y en el que ABC dedica a la despedida del maestro Pla. De hecho con el tiempo la impronta de Cecilio Pla sería muy evidente en los coloridos seleccionados por el joven artista, como incluso pondría de relieve José Prados López.

En el verano de 1933, durante el pensionado en la Alhambra (en el actual Parador de San Francisco) tuvo la oportunidad de entrar en contacto con el, entonces ya famoso, escultor granadino Pablo de Loyzaga (Granada, 1872-1951) al que visitó en su estudio en varias ocasiones. Allí conoció a la hija de este, María Elvira de Loyzaga, también escultora, con la que contrajo matrimonio en 1942 tras terminar la Guerra Civil.

Tras su graduación en la Escuela de San Fernando participó, entre 1932 y 1933, en diversas Exposiciones (varias de ellas en los salones del periódico El Heraldo de Madrid) de un grupo que pasó a denominarse “de Artistas Independientes”, ya que no se encuadraban en ninguna de las corrientes artísticas de la época (Ahora, 1933). Las obras de Gil Guerra destacaron de forma definitiva en una exposición colectiva en el Ateneo Madrileño en mayo de 1934. Ya en esta época llamaba la atención la combinación en sus cuadros de la calidad del dibujo con el impresionismo en el colorido y los fondos. Realizando el Servicio Militar le fue concedida una bolsa de viaje (Orden Ministerial de 25 de julio de 1934, tras convocatoria pública de la Dirección General de Bellas Artes, Ministerio de Instrucción Pública) para acudir a la Exposición Nacional de Bellas Artes. En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1935 presentó una obra sobre Las jóvenes y La Música, y en la de 1936 presentó la obra Torerillos.

En julio de 1936, poco antes de cumplir los veinticuatro años, aprobó las oposiciones de catedrático de instituto de Pintura y Dibujo. Lamentablemente fue convocado para recoger el diploma de catedrático la mañana del 19 de julio de 1936 en el edificio del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Los acontecimientos que tuvieron lugar esa jornada en el cuartel de la Montaña de Madrid impidieron que pudiera retirar dicho diploma en esa ocasión. Como para el resto de la población española, la Guerra Civil (1936-1939) modificó de forma clara sus expectativas profesionales.

Por ello, ya en la posguerra sus primeras actividades se orientaron hacia el ámbito del dibujo publicitario, que tenía más actividad económica y profesional en aquella época. En esta época arranca una de sus líneas profesionales de actuación que mantendría muchos años después de su jubilación como profesor. Con el seudónimo de Nique, y a veces con su propio apellido, firma y desarrolla trabajos para diversas firmas publicitarias, especialmente para la empresa madrileña Valeriano Pérez (y luego Hijos de Valeriano Pérez).

Sus trabajos de publicidad fueron muy reconocidos y premiados en diversas ocasiones (Feria de Jerez, diario Pueblo, etc.). Destacó notablemente en la actividad publicitaria profesional recibiendo numerosas distinciones entre las que destacan: el Primer Premio y publicación de la obra en el Concurso de Carteles para la III Fiesta de la Vendimia y Feria de Jerez de la Frontera, durante dos años consecutivos (1950 y 1951). También en 1951 fue galardonado con el Tercer Premio de la III Exposición Nacional de Publicidad del diario Pueblo y en 1953 con la Medalla de Honor y Diploma de la 1.ª Exposición Internacional de Artesanía.

A finales de mayo de 1962 realizó una amplia Exposición en solitario sobre temas figurativos, eje de su obra, en la Sala Alcón de Madrid. En esta ocasión casi dos docenas de obras destacadas del pintor encontraron eco en la prensa y en los críticos especializados.

El famoso crítico de la época José Prados López, secretario perpetuo de la Asociación Nacional de Pintores y Escritores, comentó que “Gil Guerra, con un prestigio máximo en tantos quehaceres de la vida es un inadaptado y un inadaptable al ambiente confusionista que nos preside” y también que “En esta Exposición de Gil Guerra existe un pintor que domina el oficio, que es dueño de una experiencia, maestra de las creaciones, [...], es sorpresa y admiración para todos”. Parece evidente el impacto y respeto que la obra del pintor había causado en el crítico.

En 1966 realizó una nueva exposición, también en la Sala Alcón, en esta ocasión destinada a temas de naturaleza y florales. De nuevo Prados López dedicó una excelente crítica al pintor, diciendo entre otras muchas cosas: “La originalidad de esta Exposición es precisamente la forma elegante de la dicción de sus temas, enfocada hacia superaciones de agrupación y cromatismo que las hace atrayentes ante el espectador”.

En el ámbito docente, tras la contienda civil, se incorporó hacia 1942 a la Escuela de Artes y Oficios (luego de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos) trabajando tanto en la sede central de la calle de la Palma de Madrid como en otras sedes de Madrid. Sus disciplinas preferidas fueron el dibujo de estatuas, pintura y dibujo publicitario. Alcanzó la jubilación en 1982.

Su actividad central, que no abandonó hasta poco tiempo antes de su muerte (1996), siempre fue la pintura al óleo. Desde 1942 trabajó en su propio estudio que ubicó en los tres domicilios que ocupó sucesivamente en Madrid. Su incesante producción le permitió desarrollar un gran número de obras al óleo, con otras más esporádicas en acuarela y dibujos en sanguina o carboncillo. Realizó diversas exposiciones en salas madrileñas siendo muy destacadas las preparadas para las salas Macarrón y Alcón.

Entre 1934 a 1992 realizó un gran número de retratos y cuadros al óleo que, en gran parte, fueron adquiridos por galerías y particulares de Estados Unidos, Canadá, Colombia, Venezuela, Chile, Suecia, Francia, Inglaterra, Bélgica, Japón, España, entre otros.

Su obra se ubica siempre en el realismo principios del siglo xx. No obstante, pasa por diversas fases. Es fácil reconocer durante sus estudios en San Fernando una breve, pero cierta, influencia del cubismo de Vázquez Díaz. No es extraño, ya que Gil Guerra es alumno de la Escuela en un curso posterior al de Salvador Dalí, inicialmente seguidor de Vázquez Díaz.

Después de la Guerra Civil se centra en su natural tendencia al realismo tanto en el retrato, del cual es fiel exponente, como en el paisaje o en la figura. Cultiva motivos costumbristas populares españoles reflejando en sus lienzos los personajes típicos de distintas regiones, especialmente andaluces (gitanas, aguadoras, etc.). El último período de su vida artística (1970-1996) evoluciona progresivamente hacia el impresionismo, llegando a un compromiso entre el realismo, que siempre le había caracterizado, la figura y el impresionismo.

Algunas de sus obras más conocidas deben su popularidad a haber sido reproducidas ampliamente en calendarios y carteles. El famoso cuadro Espiga Rota, premiado en 1970 en concurso de Unión de Explosivos Río Tinto, se encuentra actualmente en la colección pictórica de esta entidad junto a obras de Romero de Torres, Francisco Ribera y otros. Otras obras, Arlequín, Vendedor de gafas, Bailaora, pertenecen a la extensa colección pictórica de Ulloa Óptico.

 

Obras de ~: Espiga Rota, 1970; Arlequín, s. f.; Vendedor de gafas, s. f.; Bailaora, s. f.

 

Bibl.: VV. AA., [Exposición Colectiva], catálogo de exposición, Museo de Arte Moderno, Madrid, Editorial Hijos de M. G. Hdez., 1930; “Paisajes de pensionados”, en El Liberal, 11 de noviembre de 1930; VV. AA., [Exposición Colectiva], catálogo de exposición, Museo de Arte Moderno, Madrid, Editorial Hijos M. G. Hdez., 1931; “El gran colorista Cecilio Pla se despide de sus alumnos de la Escuela de San Fernando”, en Informaciones, 30 de abril de 1932, pág. 5; “Madrid en la Academia de Bellas Artes de San Fernando”, en ABC, 30 de abril de 1932; “Exposición de Artistas Independientes”, en El Heraldo de Madrid, 28 de febrero de 1933; “Se inaugura la exposición de Los Independientes”, en El Heraldo de Madrid, 2 de marzo de 1933; J. M. Marañón, “Concurso Nacional de Pintura. Un retrato”, en El Heraldo de Madrid, octubre de 1933; M. Abril, “Las Medallas en la Exposición Nacional”, en Luz, 21 de junio de 1934; “En el Ministerio de Instrucción Pública se ha inaugurado el Concurso Nacional de Pintura”, Diario Ahora, 19 de diciembre de 1935; J. Prados López, “Ruiz de Luna, Gil Guerra y Albizu”, en Diario Madrid, mayo de 1962; “Susana Rodrigo y Gil Guerra”, en Diario Madrid, abril de 1966.

 

Pablo E. Gil-Loyzaga

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