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José María García de Paredes Barreda

Biografía

García de Paredes Barreda, José María. Sevilla, 20.II.1924 – Madrid, 6.II.1990. Arquitecto.

De familia gaditana de tradición marinera y militar, dirigió su vocación a los estudios de Arquitectura por influencia de Casto Fernández-Shaw. Estudió la carrera de arquitecto en Madrid entre 1944 y 1950, año en que obtuvo el título, tras cursar los estudios preparatorios de Ciencias Exactas en Sevilla, entre 1941 y 1943. Su trabajo profesional se desarrolló en Madrid, excepto los años correspondientes a su permanencia en Italia (1956-1958).

La generación a la que perteneció se formó en tiempos de transición social y política, liberándose desde su inicio profesional de las ataduras formales de la autarquía, que tanto afectaron a los componentes de la promoción anterior. Conocieron de primera mano la arquitectura internacional gracias a la normalización de los viajes al exterior. García de Paredes constituye, en este sentido, un claro ejemplo. Viajero constante desde los tiempos de estudiante, nunca abandonó esta práctica, que le permitió un continuo reciclaje y puesta al día, al tiempo que contribuyó a que su arquitectura fuese ecléctica en el sentido más ilustrado. Su estancia en Italia, entre 1956 y 1958, como ganador del Gran Premio de Roma en 1955, le vinculó a la cultura clásica de forma definitiva. Lo definido como no-estilo se puso de manifiesto en sus colaboraciones con otros arquitectos (en especial con Carvajal y con La-Hoz) y en una trayectoria profesional en la que la búsqueda de la sencillez más natural constituyó uno de sus objetivos fundamentales.

El alto concepto de la responsabilidad profesional y la aplicación del sentido común, elevado a categoría artística, hicieron de su producción un catálogo modélico de soluciones adecuadas para problemas concretos.

Desde ellos, la trascendencia a lo general fue posible gracias a un trabajo meticuloso que impregnó de honestidad y coherencia sus mejores obras.

Entre ellas, conviene destacar la temprana Cámara de Comercio de Córdoba (1951), en colaboración con Rafael de La-Hoz, el colegio mayor Santo Tomás de Aquino (el “Aquinas”), en la Ciudad Universitaria de Madrid (1953), también con La-Hoz, con el que obtuvieron el Premio Nacional de Arquitectura.

Tras estos éxitos iniciales se estableció en Italia durante dos años (1956-1958), haciendo de su estancia un período de reflexión y estudio muy provechoso. En su transcurso obtuvo la Medalla de Oro de la XI Trienal de Milán (1957) por el Pabellón español, realizado en colaboración con Javier Carvajal, también becado en Roma. Con Carvajal realizó asimismo en esos años el Panteón de los españoles en Roma (1957).

Vuelto definitivamente a España, en 1958, volvieron a colaborar en los proyectos de la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles en Vitoria (1958), la Escuela de Ingenieros de Telecomunicación en la Ciudad Universitaria de Madrid (1960) y el Poblado Dirigido de Almendrales, en este caso también con José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún (1958).

En algunas obras singulares, casi siempre de volumen menor o en intervenciones en edificios preexistentes, dejó constancia de su habilidad para el diseño delicado. Así, en la instalación de la exposición Manuel de Falla en el monasterio de San Jerónimo en Granada (1962), las oficinas para el Banco de Granada en Madrid (1964), en la ampliación de la Fundación Rodríguez Acosta (1972) y el Instituto Gómez Moreno (1978), ambos en Granada, así como en la instalación de El Guernica de Picasso en el Casón del Buen Retiro en Madrid (1981) o el desaparecido salón de actos Juan de Villanueva del Museo del Prado de Madrid (1981), dejó muestra de una capacidad ya manifestada en su primera obra con La-Hoz para la Cámara de Comercio de Córdoba (1951).

En varios proyectos de iglesias desarrolló sus ideas sobre un espacio sagrado abstracto de carácter isótropo, iniciadas en el concurso para la iglesia de San Pedro Protomártir en Cuenca (1960), no construida, proseguidas en el edificio de la iglesia y convento de Nuestra Señora de Belén en Málaga (1961) y culminadas en el ejemplo extraordinario del centro parroquial de Nuestra Señora de la Fuencisla en el Poblado Dirigido de Almendrales en Madrid (1961). Pueden considerarse derivadas de esta búsqueda espacial tanto la iglesia parroquial de San Servando y San Germán en San Fernando (Cádiz, 1962), y el Pabellón de España para la Feria Mundial de Nueva York (1963), ninguno de ellos construido.

Una larga etapa de búsqueda se continuó con algunas obras voluntariamente “anónimas” en su aspecto formal: Escuelas de Artes y Oficios en Teruel (1963) y Ávila (1966), varios centros de enseñanza media en Granada (1964-1965) y algunas residencias particulares, como la casa-estudio Beulas en Santa Coloma de Farnés en Gerona (1963) y en El Escorial en Madrid (1973), el carmen Rodríguez Acosta en Granada (1964), La Cantarera para Narciso Yepes en Cabo Roig (Alicante) (1966), la casa Benavente en Chiclana (Cádiz, 1966), la casa Bages en Puerta de Hierro en Madrid (1969) o los ocho cármenes en la Cuesta del Caidero en Granada (1976), en las que parecía buscar un modo de expresión discreto, así como en los edificios de viviendas colectivas en los que aplicó una discreta y eficaz experimentación, especialmente interesante en los construidos en la plaza de Isabel la Católica (1966), en la plaza de los Campos (1967), ambos en Granada, en la calle Diego de León (1967), en la del Comandante Zorita (1967), en la Colonia Molinos de Viento (1980), y en la M-30 (1988), todos ellos en Madrid.

Consiguió compaginar su arquitectura “tranquila” con la necesidad “competitiva” de los edificios singulares que proyectó una vez consolidado su prestigio profesional. Así se evidenció en los conjuntos Elvira en Granada (1967) o Los Lebreros en Sevilla, en colaboración con La-Hoz (1973), y en los edificios para oficinas: en la plaza de la Basílica de Madrid (1965), Bancos de Granada en Granada (1970), Sevilla (1978), Bilbao (1973) y La Coruña (1974), en la Facultad de Psicología en la Universidad Autónoma de Madrid (1979), en colaboración con su hija Ángela, y muy especialmente en una serie de piezas clave para la música, posiblemente el conjunto más importante realizado por García de Paredes: Centro Manuel de Falla en Granada (1974) y su reconstrucción tras el incendio provocado, Auditorio Nacional de Música en Madrid (1982), Auditorios en Cuenca (1984), Valencia (1984) y Murcia (1987). La obra de su última etapa contó con la colaboración eficaz de su hija Ángela y su yerno Ignacio García de Pedrosa.

Su trabajo ejemplar fue valorado repetidamente: fue académico de Bellas Artes (1984), profesor en la Escuela de Madrid (1959-1961) y Sevilla (1976-1979), presidente (desde 1981) del Consejo Asesor de Monumentos del Ministerio de Cultura, formando parte del equipo técnico para la remodelación del Museo del Prado de Madrid, donde realiza la Sala Juan de Villanueva.

Fue nombrado Hijo Adoptivo de Granada (1988) y se le concedió a título póstumo la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1990) y de la Fundación Rodríguez Acosta de Granada (1991).

 

Obras de ~: Cámara de Comercio, Córdoba, 1951; Colegio Mayor “Aquinas”, Ciudad Universitaria, Madrid, 1952; Escuela de Ingenieros de Telecomunicaciones, Ciudad Universitaria, Madrid, 1960; Iglesia de Nuestra Señora de la Fuencisla, Poblado de Almendrales, Madrid, 1961; Iglesia de Nuestra Señora de Belén, Málaga, 1961; Escuela de Artes y Oficios, Teruel, 1963; Edificio de viviendas plaza de los Campos, Granada, 1967; Conjunto “Elvira”, Granada, 1967; Auditorio Manuel de Falla, Granada, 1974; Ampliación Fundación Rodríguez- Acosta, Granada, 1974; Instituto Gómez Moreno, Granada, 1978; Auditorio Nacional, calle Príncipe de Vergara, Madrid, 1982; Sala Juan de Villanueva, Museo del Prado, Madrid, 1982 (desapar.); Auditorio de Música, Cuenca, 1984; Palau de la Música, Valencia, 1984.

 

Bibl.: M. Á. Baldellou, José María García de Paredes, Arquitecto. 1924-1990, Madrid, Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, 1992; C. Hernández Pezzi, José María García de Paredes, Málaga, Colegio Oficial de Arquitectos, 1992.

 

Miguel Ángel Baldellou Santolaria