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Pedro Librano

Biografía

Librano (o Libran), Pedro. ¿Sicilia (Italia)?, u. t. s. XV – ¿Bugía (Argelia)?, c. 1546. Ingeniero militar y maestro mayor al servicio del emperador Carlos V.

De Pedro Librano no se sabe casi nada hasta su llegada a Bugía. Se supone natural de Sicilia, donde trabajó al servicio de la corona española y donde debió de formarse.

Después de la derrota de Carlos V en la expedición para la toma Argel (Jornada de Argel) en 1541, el emperador se refugiaba en Bugía, donde, consciente del peligro turco, tomó la decisión de aumentar las defensas de las plazas en poder de la Monarquía Hispánica, comenzando por las fortificaciones de la propia Bugía. Al efecto, Pizaño en ese mismo año colocó las cuerdas del fuerte Imperial en Bugía y posteriormente en la primavera de 1542 el virrey de Sicilia, Ferrante Gonzaga, enviaba al ingeniero y maestro mayor de obras Pedro Librano para su ejecución, añadiendo un informe con las obras que tenía que ejecutar. Se sabe por cartas de Librano que, además del modelo y las instrucciones que traía de Sicilia, “el Emperador dexo puestas las cuerdas y palos”, trazado sobre el terreno donde se debía construir la fortaleza.

El problema era que estas instrucciones no coincidían con lo dispuesto sobre el terreno por Pizaño, y así lo explica Librano a la Corte: “la estruycion y modelo que yo truye de Sicilia no venían conformes porque […] deshaze la mitad de aquello que V.M. dejo puestas las cuerdas y palos”. Ante la disyuntiva, y pese a estar el fuerte trazado con las cuerdas, el gobernador Luis de Peralta y el maestro mayor Librano, decidieron desplazar ligeramente su emplazamiento original 35 pies con el objeto de “meter un aljibe antiguo dentro”.

Pedro Librano enviaba a la Corte en enero de 1543 unos diseños suyos de fortalezas regulares y con baluartes para que se le considerara ingeniero y no maestro, aduciendo la confianza que en él depositaba el virrey de Sicilia, Ferrante Gonzaga. En los dibujos ideales enviados, de una fortaleza de cuatro y seis baluartes, representa magníficamente cómo eran los baluartes diseñados por Pizaño, pese a que se considera discípulo de “el Martinego y el comendador Escrivano y Francisco Maria de Viterbo y Juan Maria Lombardo y Goan Yacobo baron de la Aya y Feramolinos”.

Por otro lado, y en el aspecto personal, Bugía era una plaza cara para vivir, y de eso se quejaba Librano, contratado para trabajar en aquellas fortalezas, con un equipo de nueve gastadores para las obras y caleras, que viajaron con él. El virrey de Sicilia, según se quejaba el ingeniero, acordó con él un sueldo no muy alto porque le prometió alojamiento y ración de harina como complemento. Sin embargo, al llegar a la plaza, descubrió dos realidades desagradables: por un lado, el alojamiento y la ración de harina se le descontaba de su salario y, por otra, a los trabajadores más veteranos de la plaza se les pagaba un salario más alto que el ajustado en Sicilia, hasta un tercio más, según sus cálculos. Por todo ello, el ingeniero insistió en su petición y, al final, un año después, pedía que, si no se lo concedían, le dieran “licencia para irse pues allí con esas condiciones no puede vivir”. Cuestión que no llegaría a cumplir, ya que seguramente fallecía en 1546.

La media docena de documentos, desde el otoño de 1542 hasta finales de octubre del año siguiente, con el apoyo y la recomendación del alcaide de Bugía, Luis de Peralta, son una buena muestra de aquella realidad: una vida en la frontera, periférica, dura y además cara para vivir. La complejidad de los abastecimientos, la lejanía geográfica, las argucias en la fijación de los precios que se reflejan en algunas ocasiones, como en los conflictos entre el contador Idiáquez y el alcaide Peralta por el control sobre ellos, las argucias en la contratación misma de los oficiales y zapadores, como se ve en el caso del propio ingeniero Librano y sus operarios ayudantes, todo parecía contribuir a esa dificultad y carestía de la vida cotidiana; las quejas de desabastecimiento en la plaza aparecen de continuo, contribuyendo, sin duda, a esa carestía de vida de la señalada por Librano de manera muy significativa.

El gobernador de Bugía, Luis de Peralta, en una relación de 1546, año del posible fallecimiento de Librano, decía que “con los maestros que vinieron de Sicilia vino un Pedro Libran, por Maestro Mayor a atender en la obra del castillo Imperial” con el que “avemos tenido algunas diferencias”. A pesar de este testimonio, la autoría de la fortaleza atenazada de Bugía no puede adjudicarse a Libran. Por un lado, el ingeniero Juan Vallejo realizó un proyecto integral para el Castillo Grande de la plaza, en el que destaca la construcción de nuevos cubos artilleros, readapta los construidos por Rivera y construye diversas plataformas artilleras. Todas estas obras quedarán reflejadas en el plano que dibuja en 1543 el ingeniero Pedro Librano. Será finalmente Luis Pizaño, cuyo proyecto conocemos gracias al documento llamado “Instrucción de lo que se ha de obrar en la fortaleza mayor de Bugia” y al plano que dibuja el maestro mayor Pedro Librano, también en 1543, donde detalla lo que estaba construido en Bugía y el nuevo proyecto de fortificación.

 

Obras de ~: Planta de Bujía con los proyectos de Pizaño y Vallejo, 1543; Dibujo de un baluarte según Librano, basado en los trazados por Pizaño para Bugía, s.f.

 

Bibl.: J. de Castro y F. Cobos Guerra, “El debate en las Fortificaciones del Imperio y la Monarquía española, 1535-1574”, en Las Fortificaciones de Carlos V, Madrid, Ministerio de Defensa, 2000; A. Sánchez Gijón, “La Goleta, Bona, Bujía y África. Los Presidios del Reino de Túnez en la política mediterránea del Emperador”, en C. J. Hernando Sánchez (coord.), Las Fortificaciones de Carlos V, Madrid, Ministerio de Defensa, 2000; J. J. de Castro Fernández e I. de Castro Díez, “El proyecto imperial de fortificación para Bugia. 1541”, en P. Rodríguez Navarro (coord.), Defensive Architecture of the Mediterranean. XV to XVIII centuries, vol. I, Valencia, Editorial Universitat Politècnica de València, 2015; Equipo CEDCS, “Pedro Librano: La vida cara en Bugía en 1543 para un ingeniero y sus ayudantes”, en Archivo de la Frontera, 26 de julio de 2022 [en línea], disponible en http://www.archivodelafrontera.com/wp-content/uploads/2022/08/10-1543-04-BUGIA-INGENIERO-LIBRANO.pdf.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño