Ferramolino de Bérgamo, Antonio. Bérgamo (Italia), f. s. XV – Mehedia (Túnez), 1550. Ingeniero militar al servicio de Carlos V.
Proyectó y construyó las defensas de la plaza griega de Corón (Mistra), amenazada por los turcos, de
A partir de 1535, durante el virreinato de Ferrante Gonzaga, estuvo trabajando en las fortificaciones de la costa de Sicilia y de sus ciudades más importantes, como Palermo (Castello a Mare con sus baluartes y, además, cerraba la población dentro de un gran rectángulo formado por largas cortinas, igualmente con baluartes y foso, de las que tres de sus frentes se extendían en tierra firme y otro marítimo, cubría el puerto); Mesina (en la ciudad, además de sus fortificaciones terminaría el nuevo hospital, iniciado por Ferrante); Siracusa (Castillo de Maniace, al que transformaba en ciudadela); Augusta o Trapani. También realizaría en Sicilia, una de las primeras torres artilladas del litoral, la de Agrigento, cuya función sería la de proteger los almacenes de la ciudad, situados en la playa. Sus proyectos en Sicilia eran el resultado de un ponderado análisis sobre el terreno, realizado junto al virrey Ferrante, muy versado en la fortificación.
También en 1535 participaba en la expedición para la toma de Túnez, donde intervino dirigiendo los trabajos de aproche y realizando numerosos reconocimientos de la plaza. La toma de Túnez convertiría a esta plaza, junto con Malta y la costa de Nápoles, en la frontera mediterránea entre el Imperio español y el turco. Una vez conquistada la citada plaza, permaneció trabajando en la mejora del castillo de la Goleta, realizando varios proyectos del mismo, uno de ellos con planta triangular, con tres baluartes en cada uno de los vértices. Posteriormente, se trasladaba a Mesina, desde donde siguió dirigiendo las fortificaciones del castillo de San Salvador que había construido en la punta del puerto, y del que mandó su defensa, ante el ataque de los turcos, en 1537. En ese tiempo, se encargó igualmente de fortificar Bona, para lo que siguió las trazas que había realizado Benedito de Rávena.
En la isla de Malta, las obras realizadas en ese periodo (a partir de 1535) son de Antonio Ferramolino, por cuanto el ingeniero de Sicilia también se encargaba de las que realizaba la orden de San Juan en Malta. En concreto pueden adjudicársele los dos baluartes del frente de tierra de Medina, conocidos como de San Pedro y de San Pablo o de Homedes. No son muy grandes, cuentan con orejones y son ligeramente agudos. También se le puede atribuir el baluarte de Homedes del fuerte de San Ángelo, situado en un extremo del frente de ataque, también agudo, con orejones y dos cañoneras en la base del través.
En relación a sus trabajos en el norte de África, la obra más importante de Ferramolino fue la reconstrucción del citado fuerte de La Goleta, en el canal de entrada a la dársena del puerto de Túnez. El trazado de baluartes de La Goleta se levantó entre 1535 y 1545, siguiendo una forma irregular con planta triangular, por otra parte, la planta favorita de Ferramolino. Analizadas las propuestas de este ingeniero en Madrid, se optó por hacer un castillo rectangular con cuatro baluartes en sus esquinas, formándose un auténtico eje defensivo entre Sicilia, Malta y La Goleta que cortara el paso, como se señaló más atrás, a las armadas turcas.
Ferramolino llegó a ser uno de los pocos ingenieros de confianza de Carlos V, el cual le asignó un sueldo de 300 ducados, a los que se añadían otros cien anuales, de ayuda de costa. Murió en el sitio de la ciudad de Mehedia, llamada también plaza de África (plaza hoy desaparecida) de un arcabuzazo que le arrancó un brazo, cuando salía de una galería de minas que estaba realizando, días antes de que se tomase la citada ciudad.
Fuentes y bibl.: Instituto de Historia y Cultura Militar (Madrid), Colección Aparici; Archivo general de Simancas, exps. personales.
A. Cámara, Fortificación y ciudad en los reinos de Felipe II, Madrid, Ministerio de Defensa - Nerea, 1998; A. Cámara, “Las fortificaciones del Emperador Carlos V”, en Carlos V: Las armas y las letras. 14 de abril-25 de junio, 2000: Hospital Real, Granada, Madrid, Sociedad estatal para la conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2000, págs. 123-138; A. Álvarez-Ossorio, “Nido de tiranos o emblema de la soberanía: las ciudadelas en el gobierno de la monarquía”, en Las Fortificaciones de Carlos V, Madrid, Ministerio de Defensa, 2000, pág. 4; J. de Castro y F. Cobos Guerra, “El debate en las fortificaciones del Imperio y la Monarquía española, 1535-1574”, en Las Fortificaciones de Carlos V, Madrid, Ministerio de Defensa, 2000, pág. 9; A. Sánchez Gijón, “Los presidios del reino de Túnez”, en Las Fortificaciones de Carlos V, Madrid, Ministerio de Defensa, 2000, pág. 24; L. Dufour, “El reino de Sicilia”, en Las Fortificaciones de Carlos V, Madrid, Ministerio de Defensa, 2000, pág. 19; F. Fornals, “La Corona de Aragón. Las fortificaciones de las fronteras”, en Las Fortificaciones de Carlos V, Madrid, Ministerio de Defensa, 2000, pág. 17; N. Soldini, “El gobernante ingeniero: Ferrante Gonzaga y las estrategias del dominio de Italia”, en Las Fortificaciones de Carlos V, Madrid, Ministerio de Defensa, 2000, pág. 14; F. Granero Martín, Agua y ciudad: análisis de estrategias y procesos de planificación, Sevilla, Instituto Universitario de Ciencias de la construcción - Universidad de Sevilla, 2002; M. Vesco, “Pietro Antonio Tomasello de Padua: un ingeniero militar véneto en la Sicilia de Carlos V”, en Espacio, Tiempo y Forma, serie VII, Historia del Arte, 22-23 (2009-2010), págs. 45-73; P. García Martín, Historia visual de las Cruzadas modernas: De la Jerusalén liberada a la Guerra Global, Boadilla del Monte, Antonio Machado Libros, 2010; J. R. Soraluce Blond, “Arquitectura Militar Española para la defensa del Mediterráneo Occidental”, en Revista de historia militar, 111 (2012), págs. 159-184; J. J. de Castro Fernández y Á. Cuadrado Basas, “Las fortificaciones de la corona hispánica en el Mediterráneo durante los siglos XVI y XVII (1492-1700)”, en Actas del IV Congreso de Castellología, Madrid, Asociación Española de Amigos de los Castillos, 2012.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño