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Josefa Úriz Pi

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Biografía

Úriz Pi, Josefa (o Pepita). Badostáin (Navarra), 15.III.1883 – Berlín (Alemania), 15.III.1958. Profesora y sindicalista.

Josefa Úriz (también conocida como Pepita), nacida en Badostáin (Navarra), el 15 de marzo de 1883, era hija del capitán de Infantería Benito Úriz Erro y de Filomena Pi Céspedes. Tenía tres hermanos más: Elisa (Tafalla, 24.I.1893-Berlin Occidental, 14.VIII.1979), profesora de música en las normales de Gerona, Tarragona y Barcelona, y destacada dirigente sindical de UGT; Miguel, campeón de España de Telegrafía en 1914, y Francisco, también destacado telégrafo en Madrid.

Pepita tuvo desde muy joven vocación de maestra. Ingresó en la Escuela Superior de Magisterio de Madrid en 1903. Tras obtener el título de maestra (1904-1907), se matriculaba en la sección de Ciencias de la primera promoción de la Escuela Superior de Magisterio de Madrid (1910-1913), recibiendo un premio especial. En ese centro, en aulas mixtas, compartió aula con destacadas pedagogas como María de Maeztu, Leonor Serrano, Emilia Elías, Adelaida García de Castro; y tuvo como profesores a Ortega Gasset, Domingo Garnes, Luis Zulueta o Rufino Blanco. Pepita fue el número 4 de la promoción y estudió, aparte de pedagogía, inglés, alemán y francés.

Realizó las prácticas en la escuela de Barcelona; y fue becada por la JAE (Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, 1907-1934), para que viajase por Europa y aprendiese nuevos métodos para renovar el sistema educativo y científico del país. Primero fue becada por el Ayuntamiento de Barcelona para trabajar en Bélgica con el doctor Ovide Decroly, y la JAE aprobó un proyecto suyo en París sobre “Pedagogía y organización escolar”, que al parecer no llegó a utilizar. Por su parte, su hermana Elisa, también becada por la JAE, realizó estudios sobre gimnasia rítmica en el Instituto Jacques Dalcroze de Ginebra (curso 1923-1924). Las hermanas Úriz se alojaron durante un tiempo en la mítica “Residencia de Estudiantes de Madrid”, fundada en 1910 por la JAE, en la que convivieron con Federico García Lorca, Luis Buñuel y Salvador Dalí, entre otros destacados alumnos.

La JAE, influenciada por la Institución Libre de Enseñanza, era heredera del movimiento krausista desarrollado en España por pedagogos renovadores de la segunda mitad del XIX. Por consiguiente, tanto Pepita como su hermana Elisa, fueron pioneras en la aplicación de la Escuela Moderna en España. En sus viajes aprendieron los nuevos métodos de Emile Jacques Dalcroze, María Montessori, Ovide Decroly, Eduard Claparede, Célestin Freinet y Jean Piaget, todos ellos destacados pedagogos de finales del XIX y principios del XX.

El primer destino de Pepita Úriz, durante un año, fue la Escuela de Maestros de Soria (1913), a la que se incorporó directamente porque los alumnos de la Escuela Superior tenían plaza asegurada. Luego pasó a la Escuela Normal de Gerona, en octubre de 1914, como profesora numeraria del primer curso de Ciencias. El curso siguiente, 1915-1916, impartió Pedagogía, y en junio de 1919 ejerció la dirección de la escuela temporalmente. Su implicación sindical se manifestó en breve y, al parecer, una celebración del 1 de mayo con los alumnos y su hermana Elisa, también profesora de música de la escuela de Gerona, fue la causa que propició su traslado a Lérida. En Gerona, Pepita, que vivía con su madre y hermana, fundó la biblioteca del centro, creó una asociación de alumnos para defender sus derechos y aprovechando un decreto de 1910 que permitía las escuelas mixtas, hizo campaña para la coeducación sin distinción de género. Acosada por la prensa conservadora de Gerona y defendida por la prensa de izquierdas, Pepita pidió el traslado a Lérida.

Úriz se incorporaba a la Escuela de Maestros de Lérida el 21 de mayo de 1921 para impartir las asignaturas de Pedagogía, Derecho Escolar y Anatomía e Higiene. El claustro de esta escuela, según se desprende de la lectura del libro de Amparo Miñambres, L’escola Normal de Lleida. Una crònica dels seus primers 100 anys (Lleida, 1994), exhalaba una rancia tradición en torno a su directora Lilia Heras. Pepita chocó con ella y sus métodos desde el principio, cuando se propuso impartir una enseñanza laica, tolerante, respetuosa, activa, empírica y científica con sus alumnos.

La práctica educativa que proponía Úriz se avanzaba mucho a la realidad de la escuela, que defendía un método tradicional de lección magistral del maestro y el consiguiente examen de contenidos. Úriz, que difundía la práctica de Freinet, Decroly y María Montessori, ligaba educación y vida, por lo que en sus clases la abstracción dejó paso a la experiencia directa de los alumnos. Los exámenes pasaban a segundo plano y no tenía un libro de texto, ya que empleaba lecturas fuera del programa del Instituto J. J. Rousseau de Ginebra o de la Revista de Pedagogía. Su plan educativo se plasmó, posteriormente con otros pedagogos, en el Projecte d’Ensenyament de l’Escola Nova Unificada, publicado en Barcelona en 1936.

Los métodos de Úriz pronto fueron contestados por el sector conservador de la ciudad encabezado por el obispo José Miralles, que denunció públicamente el 26 de noviembre de 1921, tan solo seis meses después de su llegada, a la maestra por sus clases. El rector de la Universidad de Barcelona, de la que dependía el centro de Lérida administrativamente, le abrió un expediente; mientras el claustro de su centro, dirigido por Eras, nunca la defendió.

El tema fue de debate nacional y llegó a discutirse en las Cortes, donde Úriz fue defendida por los diputados Augusto Barcia Trelles, Rafael Guerra del Río y Melquíades Álvarez, presidente del Congreso. La polémica parlamentaria desgastó al Gobierno y ocasionó la dimisión del ministro de Educación y, finalmente, la paralización del proceso. Sin embargo, bajo la Dictadura de Primo de Rivera, la Universidad de Barcelona reabrió el caso, en enero de 1925, acusando a Pepita Úriz de ocho cargos: imponer libros “contrarios a la fe ya la moral” (Úriz, feminista activa, había propuesto la lectura del libro de Margarita Nelken La condición social de la mujer en España: su estado actual y su posible desarrollo); amenazar a las alumnas si no lo leían, pronunciar frases contrarias a la religión, decir a las alumnas que “debe admitirse el darwinismo”, injurias y coacción, “conducta poco satisfactoria”, utilización política de un expediente secreto y omitir las indicaciones de la directora. El Consejo Universitario dictaminó en la sesión del 22 de febrero de 1925: “un correctivo de separación del servicio por un año, pérdida del sueldo y del tiempo” y la obligación de residir a más de 100 kilómetros de Lérida, firmado por el rey Alfonso XIII el 6 de marzo de 1925.

Tras recibir la ayuda económica de sus amigos durante la suspensión, se reincorporaba a la escuela el 6 de marzo de 1926. Tras la proclamación de la II República (14.IV.1931), el Comité de Salud Pública nombraba, el 17 de abril de 1931, a Pepita Úriz nueva directora de la Escuela Normal femenina, ratificado por el Gobierno el 19 de mayo. Poco después, el Gobierno dictaba un decreto que fusionaba las escuelas normales masculinas y femeninas en una sola, el 30 de octubre de 1931, y el mes siguiente, el 17 de noviembre de 1931, Pepita Úriz asumía la dirección del Magisterio leridano, una decisión que fue ratificada por el claustro de la Normal el 26 de enero de 1932. Permaneció en el cargo de directora hasta enero de 1934, aplicando el decreto del 9 de agosto de 1931 que establecía una cátedra para el estudio del catalán en las Escuelas Normales. Como directora del magisterio unificado puso en marcha la residencia de estudiantes, de la que fue directora, y puso en funcionamiento, a pesar de las dificultades por la falta de espacio, la coeducación en las aulas.

Posteriormente, la victoria de la coalición de derechas CEDA en las elecciones de diciembre de 1933, propició el nombramiento como director de la normal del moderado Felip Solé, en el claustro del centro celebrado en enero de 1934. En las votaciones para el cargo de director, Solé obtuvo 12 votos y Pepita Úriz 8, lo que indicaba la división ideológica que tenía la escuela.

Este cambio supuso el inicio de una huelga de 48 horas por parte de los alumnos que querían que Úriz siguiera como directora, pues era más cercana a los intereses del alumnado y no dudaba en enfrentarse con el profesorado para defenderlos. Durante su dirección, por ejemplo, puso en marcha la Biblioteca de la Escuela de Magisterio, cuando no había existido nunca. Y, lo más importante, cedió la gestión al alumnado con becas, cuando hasta entonces los libros encerrados en un armario eran custodiados por un docente. También creó una residencia laica para las alumnas, puesto que hasta entonces se alojaban en conventos de monjas; introdujo la técnica del comentario de texto, asistió a conferencias de docentes especializados; o sustituyó los libros por apuntes actualizados.

En este sentido, Úriz fue una de las fundadoras en Lérida del Grup Batec (1930-1936), una reunión espontánea de maestros, que seguía las ideas del pedagogo francés Célestin Freinet, que vinculaba la escuela con la sociedad y su medio. Pepita Úriz, fue la directora de la revista Escola, fundada por el grupo en febrero de 1932, y en 1934 crearon la Cooperativa Española de la Técnica Freinet, que no tardó en expandirse fuera de Cataluña, organizando congresos en Lérida, Huesca y Manresa, que tuvo que suspenderse por el levantamiento contra la República y el inicio de la Guerra Civil.

Muy implicada políticamente durante la República, Úriz se integró en los movimientos culturales de izquierdas y en las asociaciones de renovación pedagógica catalanas. En diciembre de 1933 asumía la presidencia de la Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza (FETE-UGT) de Lérida, participando, desde este lugar, en la organización y desarrollo de tres de las cinco misiones pedagógicas realizadas en Artesa de Segre, Cervià y la sierra del Cadí en 1934. En las citadas misiones, que solían durar una semana, divulgaban la Constitución republicana y el Estatuto de Autonomía, se pasaban películas y se hacían festivales de poesía.

Su progresión en el sindicato UGT continuó y el 27 de mayo de 1934 era nombrada vicepresidenta de la Asociación de Trabajadores de la Enseñanza de UGT en Barcelona. En 1934 Pepita viajó a la URSS y cuando regresó se afilió al Partido Comunista de Cataluña. Aquel mismo 1934 fundó, junto con otras mujeres, la Organización Española de Mujeres Antifascistas, en respuesta al ascenso del fascismo en Europa. Paralelamente, su hermana Elisa formaba parte, con Dolores Ibárruri e Irene Falcón, de la delegación española que acudió al Congreso Mundial de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo, celebrado en París el 8 de agosto de 1934. Posteriormente, el 23 de julio de 1936, las hermanas Úriz, junto a Antonio Sesé, marido de Elisa, tuvieron un papel determinante en la fundación del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC). El citado Sesé, secretario general de UGT de Cataluña, fue asesinado por un control anarquista de las FAI (Federación Anarquista Ibérica), el 5 de mayo de 1937, cuando iba a tomar posesión del cargo de consejero de Trabajo de la Generalitat. La muerte de Sesé conmocionó a las hermanas Úriz.

Cuando se produjo el levantamiento militar de Franco (18 de julio de 1936), que en Lérida fracasó, volvió a ser nombrada directora (comisaria delegada) de la normal de Lérida, el 30 de agosto de 1936. A partir de ese momento, Úriz se implicó aún más en la defensa de la República y contra el fascismo. Antes de su nombramiento, el 27 de julio de 1936, fundaba con otros pedagogos el CENU o Consejo de la Escuela Nueva Unificada, de tendencias racionalistas, creado con la finalidad de construir una escuela nueva en Cataluña gratuita, única, laica, coeducativa y en catalán. Úriz formaba parte de consejo como delegada de la UGT, siendo la presidenta de la ponencia sobre la enseñanza artística en el primer congreso de la CENU de 1936, que fue disuelto en febrero de 1939 con el cambio de régimen. Ese mismo 1936 era nombrada secretaria general de la Federación Catalana de la FETE, y en enero de 1938 era elegida y presidía el primer congreso de FETE-UGT de Cataluña en Barcelona, ​​donde se encontraba en comisión de servicios, prácticamente, desde que había comenzado la guerra.

Con el progresivo avance de las tropas nacionales en Cataluña, el 9 de septiembre de 1938 era nombrada directora general de Evacuación y Refugiados del Ministerio de Trabajo y Asistencia Social, y el 17 de noviembre de ese año firmaba un desesperado manifiesto con el resto de significadas republicanas españolas titulado: “Manifiesto de las mujeres de España a las mujeres del mundo”, en el que pedían ayuda humanitaria. En los últimos momentos de la Guerra Civil, las hermanas Úriz colaboraron en la fundación de un organismo llamado Ayuda Infantil de Retaguardia, que creó cientos de colonias para proteger a los niños desamparados, llegando a dar hasta 100.000 menús infantiles diarios. Por todas estas acciones, las organizaciones de mujeres del PSUC tributaron un homenaje público a Pepita Úriz en enero de 1939.

Después de la ocupación nacional de Barcelona, ​​en febrero de 1939, tuvo que exiliarse en Francia con su hermana Elisa. En España, las nuevas autoridades franquistas le incoaron un expediente a través del Tribunal de Responsabilidades Políticas, donde el Servicio de Información de Falange la tildó de “roja peligrosísima”, y el alcalde de Lérida, Víctor Hellín (1943-1952), la acusó de promover el amor libre y permitir bacanales en la residencia de chicas que había fundado.

En Francia, durante la ocupación que realizaron los nazis en la II Guerra Mundial (del 22 de junio de 1940 a diciembre de 1944), las hermanas Úriz colaboraron con la Resistencia francesa dentro del grupo del ex consejero de la Generalitat, Josep Miret i Musté, amigo de Elisa Úriz, y su hermano Conrad, hasta que estos fueron detenidos y muertos en 1942. En este grupo, las hermanas Úriz realizaron tareas de propaganda, editando un boletín radiado, pero la muerte de los hermanos Miret, provocó su disolución. Luego se integró en la Unión Nacional Española, dirigida por el militante comunista Jesús Monzón Reparaz, jefe del PCE durante la ocupación de Francia, y formada por todos los opositores a Franco. La Unión Nacional, creada para luchar contra la dictadura franquista, entendía que la Segunda Guerra Mundial no podía acabar sin acabar con Franco, ya que había colaborado con Hitler y Mussolini, por eso ordenó la lucha del maquis español en los Pirineos. En 1944 las hermanas Úriz fueron elegidas miembros de la Junta Central de UGT en el exilio, trabajando durante la Segunda Guerra Mundial a favor de los maestros internados en campos de concentración.

Terminada la guerra, en agosto de 1946 formó en París el grupo Unión de Mujeres Españolas (UME) con 7.000 afiliadas, mayoritariamente exiliadas. Aunque inicialmente los gobiernos franceses permitieron la actividad política de los exiliados, el inicio de la llamada Guerra Fría originó la persecución y deportación de muchos comunistas españoles. A partir del 7 de septiembre de 1950, el Gobierno conservador de Réne Pléven puso en marcha la llamada Operación Bolero-Paprika, por la que cientos de militantes comunistas fueron deportados a Córcega, Argelia, Hungría, Polonia, Checoslovaquia y Alemania Oriental, falsamente acusados ​​de colaborar en una supuesta invasión soviética de Europa. Las hermanas Úriz, declaradas comunistas, fueron expulsadas de Francia en abril de 1951, instalándose al otro lado del telón de acero, en Berlín oriental. En esa ciudad, Pepita vivió soltera con su hermana Elisa, hasta que murió en 1958. Durante el exilio continuaron participando en la defensa de los derechos sociales y promovieron en la ONU, desde la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM), la instalación del 1 de junio como Día Internacional del Niño, aceptado y proclamado en 1954.

 

Bibl.: J. Alcobé, “Pepita Úriz: una professora d’Escola Normal dels anys 20”, en Actes de les cinquenes jornades d’Història de l’Edducació als Països Catalans, t. III, Vic, Eumo, 1984, págs. 206-211.; A. Miñambres, L’Escola Normal de Lleida 1841-1940, Lleida, Universitat de Lleida, 1994; J. Barrull Pelegrí, “Úriz Pi, Josefa”, en M.ª T. Martínez de Sas i Pelai Pagès (editores), Diccionari biogràfic del moviment obrer als països catalans, Barcelona, Universitat de Barcelona, 2000, pág. 1396; Q. Casals Bergés, “Josepa (Pepita) Úriz i Pi”, en Dones de Lleida: de la restauració a la Guerra Civil, Lleida, Alfazeta, 2010, págs. 97-103; F. Jiménez Mier, BATEC. Historia de vida de un grupo de maestros, Lleida, 2007, pág. 141; F. Jiménez Mier, “D’un temps, d’un compromís: 80 anys de sindicalisme i renovació pedagògica a les terres de Lleida”, en Shikar, 1 (2014), págs. 78-83; M. Martorell, “Hermanas Úriz. Dos pedagogas navarras en el ‘maquis espanyol’”, en Gerónimo de Uztariz, 30-31 (2014-2015), págs. 39-58; M. Martorell, Pepita i Elisa Úriz Pi: de Badostain a Berlín Oriental. Història i compromís de les germanes Úriz, 2016. [en línea], disponible en http://www.badostain.net/Exposiciones/BadostainaBerlin/introduccion.html.

 

Quintí Casals Bergés

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