Arquero Urbano, José. Madrid, 27.XII.1914 – Caracas (Venezuela), 1.IV.1990. Fundador de la primera asociación de sordos venezolana, introductor de la lengua de señas española en Venezuela.
Sordo a causa de una enfermedad infantil y autodidacta, alcanzó muy joven a ejercer de zapatero como medio de poder ganarse la vida. Al inicio de la Guerra Civil española en julio de 1936, junto con otros muchos sordos de la Asociación de Sordomudos de Madrid, se enroló voluntario en las milicias populares, participando en la defensa de Madrid, donde alcanzó el grado de cabo.
Concluida la Guerra Civil, se dedicó por entero a la Asociación de Sordomudos de Madrid, sustituyendo en cierta forma a Juan Luis Marroquín con motivo de su marcha a Barcelona. En 1946 fue elegido presidente de dicha asociación, teniendo que hacerse cargo de numerosos problemas propios de la posguerra. En julio de 1949, durante la celebración en Barcelona del congreso que daría lugar a la refundación de la Federación Nacional de Sociedades de Sordomudos de España, institución abandonada a causa de la guerra desde 1936, fue nombrado presidente de la Comisión organizativa.
A finales de aquel mismo año, acosado por la miseria, emigró junto con su hermana a Venezuela, donde desembarcó en enero de 1950. A su llegada a Caracas y al comprobar que no existía en el país ningún tipo de asociación de sordos, en abril de aquel mismo año y tras ponerse en contacto con varios sordos locales, creó y legalizó la Asociación de Sordomudos de Caracas, la primera que se fundaba en Venezuela, y de la cual fue elegido su primer presidente, cargo que simultaneó con otros muchos durante casi cuarenta años.
Desde su creación, la asociación fue una institución con un fuerte componente social, ya que, siguiendo el ejemplo de la de Madrid, que también había presidido José Arquero, en ella se empezaron a impartir cursos de formación de todo tipo entre sus afiliados, y en un intento por socializar a sus miembros se fomentaron encuentros tanto deportivos como culturales, incluyendo entre sus actividades las teatrales, que se escenificaban en lengua de señas, y se creo, al igual que había acaecido en España, un modelo de Sociedad de Socorros Mutuos, que, en su caso, se encargaba de facilitar prestamos de bajo interés a los socios en paro.
Entre los sordos venezolanos corre la especie de que a él se debe la introducción de la lengua de señas española en Venezuela, de hecho la más parecida de todas las lenguas de señas de los países hispanos.
Un aserto en principio indemostrable, pero es indudable que su influencia debió ser muy intensa al ser el principal impulsor del movimiento asociativo venezolano sordo junto con Gustavo Álvarez, natural de Venezuela, pero escolarizado como él en Madrid, y con la labor realizada unos años antes por el maestro de sordos español Vicente Alnoriaga, del Instituto Venezolano de Ciegos y Sordomudos, son tres referencias españolas necesarias e imprescindibles para poder explicar de forma razonable dicha similitud.
Bibl.: C. Sánchez, La increíble y triste historia de la Sordera, Caracas, Ceprosord, 1990; A. Gascón Ricao, Memorias de Juan Luis Marroquín. La lucha por el derecho de los sordos, Madrid, Editorial Universitaria Ramón Areces, 2004 (col. Por más Señas); A. Oviedo, Classifiers in Venezuelan Sing Language, Hamburgo, Signum, 2004; B. Pérez de Prado, Mis apuntes sobre el Sordo, su cultura y su lenguaje, Caracas, Ceprosord, 2005; A. de Sánchez, Biografía de José Arquero Urbano, Caracas, Asociación de Sordos de Caracas, 2006 (inéd.).
Antonio Gascón Ricao