Font Donís, Roberto. San Luis de Potosí (México), 21.X.1903 – Madrid, 16.VI.1981. Actor.
Hijo del matrimonio de actores compuesto por Enrique Font y Elisa Donís, y descendiente de una saga de actores de varias generaciones, vino al mundo en un camerino del teatro de La Paz, una noche en la que su madre representaba la zarzuela El rey que rabió, según contaba él mismo. Una hermana de la parturienta, Julieta, se hizo cargo de la función en semejante trance.
Sus progenitores no querían que sus hijos siguieran la tradición familiar. En el caso de Roberto hubo una excepción: le dejaron debutar con siete años en una opereta con Esperanza Iris. Pero hasta que cumplió la mayoría de edad tuvo que estudiar en la Escuela Naval, que abandonó con veintidós años para viajar a España. Con una compañía teatral mexicana hizo una extensa gira representando la revista Oro, sangre, seda y sol. Debutaron en el Tívoli, de Barcelona, representando una comedia arrevistada de Antonio Paso en la que, mediada la función, sucedía algo inesperado: soltaban una becerra añoja que causaba la hilaridad y el desconcierto en el público. Hicieron una gira por Extremo Oriente. Tras cuatro años de gira, la compañía volvió a tierras aztecas, pero Roberto se quedó a vivir en la Ciudad Condal, donde actuó una breve temporada junto al ídolo del tango Carlos Gardel. En el Palace barcelonés se le ocurrió escenificar unos tangos famosos. En el Paralelo tuvo también mucho éxito.
En 1929 fue contratado por la compañía de las seis hermanas Gómez, con una de las cuales, Luisa, intimó Roberto Font y se casó poco después. Se instalaron en Madrid, debutando Font en el teatro de la Zarzuela donde hacía parodias y recitaba monólogos entre humorísticos y tristes, que sería una constante en su estilo de caricato. Llevaba una camiseta con tirantes y unos pantalones alzados a la altura de la rodilla.
Popularizó un número que constaba de una repetida exclamación: “Yo estaba allí...”.
Font diversificó su carrera de actor cómico por muy diversos escenarios, teatros, salas de fiesta y espacios al aire libre, compaginando esa característica con sus trabajos cinematográficos. El primero de sus trabajos en la gran pantalla llevaba por título Amor en maniobras, de 1935, que dirigió Mariano Lapeyra. Y, a pesar del estallido de la Guerra Civil, pudo seguir haciendo cine en la zona republicana, actuando en las películas Las cinco advertencias de Satanás, obra de teatro de Enrique Jardiel Poncela que ya había interpretado Roberto Font en los escenarios y que dirigió Isidro Socías para la gran pantalla; y Molinos de viento, de Rosario Pí, la primera mujer española directora de cine, que adaptó la zarzuela homónima de Luis Pascual Frutos. Tras la contienda, actuó en 1940 en la película Gracia y Justicia, de Julián Torremocha, y, dos años más tarde, protagonizó las películas El pobre rico, de Ignacio F. Iquino, y Se ha perdido un cadáver, para los directores José Gaspar y José Corral. Aún protagonizó otra película en 1949: Ha entrado un ladrón, de Ricardo Gascón. En el resto de películas en las que se puso delante de las cámaras fue como secundario, interpretando durante estos años para Juan de Orduña: Ella, él y sus millones (1944) y Un drama nuevo (1946); la película Canción mortal, de Ignacio F. Iquino, en 1948; y, al año siguiente, Yo no soy la Mata-Hari, de Benito Perojo, y El sótano, dirigida por Jaime de Mayora; y, cambiando la década, la película Niebla y sol, en 1951, de José María Forqué. A partir de ese año, hizo frecuentes giras por países de habla hispana, desarrollando su vena bufonesca, en la que siempre aportaba un deje tierno, con su dulce voz de acento mexicano, que nunca le abandonó a pesar de su larga estancia en España. Volvió seis años más tarde. Estuvo varias temporadas sobre todo con la compañía de María Fernanda d’Ocón, que dirigía su entonces esposo, Mario Antolín. Roberto Font intervino en cerca de treinta películas más, siendo Las truchas, de José Luis García Sánchez, la última de ellas, en 1977. En la mayoría de sus apariciones sobresalían sus primeros planos, con un rostro de payaso, de aire bonachón y desvalido.
Sin embargo, sus últimos años de vida fueron difíciles y varios compañeros de profesión tuvieron que organizar una función-homenaje, en 1980, y con lo recaudado, él y su esposa ingresaron en una residencia de ancianos, donde, un año más tarde, se fue de este mundo.
Obras de ~: Filmografía: actor en: M. Lapeyra (dir.), Amor en maniobras, 1935; I. Socías (dir.), Las cinco advertencias de Satanás, 1937; R. Pí (dir.), Molinos de viento, 1937; J. Torremocha (dir.), Gracia y Justicia, 1940; I. F. Iquino (dir.), El pobre rico, 1942; J. Gaspar y J. Corral (dirs.), Se ha perdido un cadáver, 1942; J. de Orduña (dir.), Ella, él y sus millones, 1944; Un drama nuevo, 1946; I. F. Iquino (dir.), Canción mortal, 1948; B. Perojo (dir.), Yo no soy la Mata-Hari, 1949; R. Gascón (dir.), Ha entrado un ladrón, 1949; J. de Mayora (dir.), El sótano, 1949; J. M.ª Forqué (dir.), Niebla y sol, 1951; I. F. Iquino (dir.), El niño de las monjas, 1958; M. Iglesias (dir.), Tu marido nos engaña, 1958; J. Franco (dir.), El llanero, 1963; J. M.ª Forqué (dir.), Tengo 17 años, 1964; J. L. García Sánchez (dir.), Las truchas, 1977.
Bibl.: M. Román, Los cómicos, vol. III, Barcelona, Royal Books, 1996, págs. 137-138; C. Aguilar y J. Genover, Las estrellas de nuestro cine, Madrid, Alianza Editorial, 1996, págs. 223-225; Á. Quintana, “Font, Roberto”, en J. L. Borau, Diccionario del cine español, Madrid, Alianza Editorial, 1998, pág. 367.
Manuel Román Fernández
