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José María Espí Ulrich

Biografía

Espí Ulrich, José María. Alcoy (Alicante), 26.XII.1849 – Valencia, 13.VII.1905. Compositor.

Fue un gran impulsor y luchador en pro de la ópera netamente española, cultivando el género junto a los grandes de la época, logrando notorios laureles con obras como El recluta (1887), Aurora (1896) y una ópera inconclusa, titulada La promesa (1905), además de una comedia lírica hoy desaparecida y que fue conocida como Horacio. De él afirmaba el maestro Chapí que era una “lástima que no necesite trabajar para comer, pues si tal sucediera, sería el número uno de los maestros nacionales y enriquecería a España de preciosas obras, puesto que es un verdadero talento”.

Su primer estreno en Madrid, la Marcha religiosa del Viático (1873), corrió a cargo de la Sociedad de Conciertos, bajo la dirección del violinista Jesús Monasterio, siguiéndole la Gavota de conciertos (1880) y la celebrada Serenata española n.º 2 (1882), estrenada por Tomás Bretón. Su biógrafo, Espí Valdés, le califica de “rico en ideas bellas y originales, que sabe revestir con las más delicadas formas, y sus melodías, que corren en manos de los aficionados a la buena música...”.

Contó con grandes discípulos y amigos, de entre los cuales destacan a Isaac Albéniz, quien le dedicó un Estudio-Impromtu para piano; al maestro Asenjo Barbieri, quien le dedica su zarzuela El tributo de las cien doncellas, y no puede olvidarse al villenense Ruperto Chapí que le autografió el primer ejemplar impreso de su ópera Circe. No debe olvidarse su amistad personal con la infanta Isabel, tía de Alfonso XII, con la que interpretaba piezas pianísticas a cuatro manos, siendo una de las más fervientes admiradoras del músico.

Entre sus acreditados maestros, cabe destacar a su paisano José Jordá Valor y al valenciano Salvador Giner. Espí fue organista, director de capilla y profesor de Piano en el Colegio San José de la ciudad de Valencia. Su matrimonio con Rafaela Pueyo Ariño le supuso vivir de las rentas patrimoniales familiares, dedicándose plenamente a la composición, a los viajes y a preocuparse por una inexistente neurastenia y demás enfermedades imaginarias.

Espí Ulrich saltó al estrellato con su Stabat Mater logrando el primer premio en el certamen musical convocado por la Sociedad de Amigos del País de Valencia en 1871. Pronto el mundillo cultural se fijó en él, incluso el pedagogo y creador Hilarión Eslava elogió su Misa a cuatro voces. Otras inspiradas partituras y obras mayores brotaron del ingenio de Espí, cultivando casi todos los géneros existentes: música sinfónica, de cámara, religiosa, instrumental, vocal y sus aplaudidas óperas.

Sin lugar a dudas su colección de Diez melodías para canto y piano, impresas en Leipzig (Alemania), con textos de sobresalientes poetas, y su ópera Aurora, con tres actos y cinco cuadros, le otorgaron notable celebridad. Esta última obra fue interpretada en muchos teatros de España, en Hispanoamérica y en Italia. El tenor Lamberto Alonso fue el encargado de cantar y estrenar los textos de Antonio Chocomeli García y la inspirada música de Espí. El gran maestro Arrieta dijo sobre él que “es el diablo, ha conseguido hacer de la orquesta lo que quiere...”.

La muerte se produjo en pleno ciclo vital, como consecuencia de una asistolia, truncando una vida de predecible éxito.

 

Obras de ~: Stabat Mater (música sacra), 1869; Marcha religiosa del Viático, 1873; Gavota de Conciertos, 1880; Serenata Española n.º 2, 1882; El recluta (ópera), 1887; Himno a San Jorge, 1890; Anselmo Aracil (pasodoble), 1891; Aurora (ópera), 1896; La promesa (ópera), 1905.

 

Bibl.: A. Espí Valdés, Un “pionero” de la ópera española: el maestro Espí, Valencia, Centro de Cultura Valenciana, 1965; E. Valor Calatayud, Diccionario alcoyano de música y músicos, Alcoy, Lloréns Libros, 1988.

 

Juan Javier Gisbert Cortés