Meneses y Padilla, Juan de. España, ú. t. s. XVI – Murcia, 1643 post. Militar, gobernador.
Al ser nombrado gobernador y capitán general de la provincia de Venezuela era capitán, marqués de Marianela, caballero de la Orden de Santiago, gentilhombre del archiduque Alberto y del Consejo de Guerra de los Estados de Flandes. La Real Cédula, de 27 de octubre de 1623, de Felipe IV, comenzaba así (J. Llavador, 1969): “Don Phelipe etc. Teniendo consideraçion a lo que vos el capitan Don Juan de Meneses de mi Consejo de Guerra en los estados de flandes me abeis servido y la rrelaçion que se me ha hecho de las buenas partes meritos y sufiçiençia que en vuestra persona concurren y esperando que continuareis mi serbiçio en lo que se os encargare Con la fidelidad que se rrequiere tengo por bien y es mi merçed que agora y de aqui en adelante por tiempo y espaçio de çinco años mas o menos el que fuere mi voluntad seais mi governador de la provincia de veneçuela en lugar y por muerte del governador Juan de treviño guillamas que lo hera dellos demas de los quales çinco años os señalo dos meses para llegar a tomar posesion del dicho officio [...] y que vos y no otra persona alguna useis el dicho cargo en todas las ciudades villas y lugares”.
Se le daba un sueldo de 650.000 maravedís al año.
Tomó posesión de su cargo en Caracas el 30 de abril de 1624 (J. de Oviedo, 1967). Enseguida los ayuntamientos de El Tocuyo, Nueva Segovia y Valencia pidieron al gobernador una campaña contra los indios jirajaras de Nirgua, que habían vuelto a alzarse, ofreciendo contribuir a los gastos. Consultó Meneses el parecer del Cabildo de Caracas y se votó por la guerra.
Regidores y capitanes ofrecieron contribuir con soldados e indios propios. Se formó un Ejército que, al mando de Meneses, entró en acción en la provincia de Nirgua en el año 1625. El gobernador construyó una casa fortificada para cuartel general; sitio en que hoy se levanta la ciudad de Nirgua. Tres años duró la guerra; después de derramar sangre americana y española, se dio por definitiva la pacificación de todas las provincias de Venezuela. El 25 de enero de 1628 fundó Meneses la ciudad de Nirgua de Santa María del Prado de Talavera. Meneses pasó a Nueva Segovia (Barquisimeto), nombrando un justicia mayor, con atribuciones civiles y militares. El Ayuntamiento protestó ante la Audiencia de Santo Domingo, que le dio la razón y obligó a Meneses a nombrar alcaldes.
En 1626 fue atacado el puerto de La Guaira por una escuadra holandesa, que fue vencida. Terminado su gobierno, Meneses residió en Venezuela, pues había casado con María del Águila Maldonado, trujillana, naciendo del matrimonio un hijo en Caracas.
En 1634, Meneses fue nombrado castellano de la plaza fuerte de Perpiñán. Ascendió a capitán general en 1639. El 4 de agosto de 1643 el Rey lo nombró gobernador de Murcia, Lorca, Cartagena y sus costas, y poco después, que se conozca la fecha exacta, se sabe que murió en este desempeño.
Bibl.: L. A. Sucre, Gobernadores y Capitanes Generales de Venezuela, Caracas, Litografía y Tipografía del Comercio, 1929, págs. 121-126; J. de Oviedo y Baños, Tesoro de noticias y índice general de las cosas más particulares que se contienen en los libros capitulares de esta ciudad de Caracas [...], Caracas, Ministerio de Educación, 1967, pág. 28; M. Briceño Perozo, Documentos para la historia de la Fundación de Caracas existentes en el Archivo General de la Nación, Caracas, Archivo General de la Nación, 1969, págs. 47, 59, 87, 89, 120, 178, 187-190, 207, 210-211, 214, 224, 226, 241, 297, 301, 368, 370, 404 y 450; J. Llavador Mira, La Gobernación de Venezuela en el siglo xvii, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1969, págs. 76, 88-89, 151-153 y 155; G. Morón, Historia de Venezuela, Caracas, Italgráfica, Impresores Editores, SRL, 1971, vol. III, págs. 145-147 y 316-317, vol. IV, pág. 638; “Meneses y Padilla, Juan”, en Diccionario de Historia de Venezuela, vol. II, Caracas, Fundación Polar, 1988, págs. 897-898; L. Vaccari San Miguel, Sobre Gobernadores y Residencias en la Provincia de Venezuela (siglos xvi, xvii, xviii), Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1992, pág. 194.
Fernando Rodríguez de la Torre