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Juan García Serrano

Biografía

García Serrano, Juan. España, c. 1570 – Panamá, 7.XI.1633. Sargento en la campaña de pacificación de Veragua (Panamá), alcalde de minas y juez de rescate y teniente general de Veragua, minero, regidor perpetuo, alcalde ordinario y alcalde de la hermandad del Cabildo de Panamá, capitán de una compañía del número de Panamá, capitán vivo, alguacil mayor de la Audiencia de Panamá y hombre muy rico entroncado a la elite panameña.

Juan García Serrano es probablemente uno de los casos más representativos y exitosos de militar que se estableció en Panamá y acumuló una gran fortuna.

Fue uno de los fundadores de Portobelo el año 1597.

En esta ciudad llegó a tener varios inmuebles, pero en 1617 ya se encontraba radicado en la capital, Panamá, aunque siguió manteniendo una casa en Portobelo para alquilarla durante las ferias. Tuvo un barco en el río Chagre hasta la década de 1620, cuando lo vendió al crédito por 5.000 pesos a la viuda de Francisco de Almonte, Leonor de Robledo, quien aún se lo debía en 1624.

La reconstrucción de su carrera profesional es reveladora. Descubre, por una parte, la naturaleza de las actividades militares de un soldado de fortuna en Panamá durante aquella época; cómo la participación en tales campañas abría las puertas para cargos civiles de mando y jurisdicción, y a la vez cómo un militar se involucraba en actividades altamente lucrativas derivadas de las posiciones que iba conquistando. Por otra parte, descubre episodios que de otra manera no se conocerían, como las campañas contra los negros cimarrones o para hacerle frente a amenazas de corsarios de las que apenas se tienen noticias.

La hoja de vida de García Serrano se resume en la certificación que el 15 de noviembre de 1632 le entregó la Audiencia al juramentarle en el cargo de alguacil mayor de Corte, siendo ya un soldado veterano, miembro conspicuo de la elite local y poseedor de una sólida fortuna.

Según esta certificación, empezó a destacarse participando en campañas militares a partir de 1602, “cuando fue a la jornada de Pierde Vidas por cabo de escuadra [es decir, capitán] de la compañía del capitán Hernando del Yermo Agüero a una población de negros cimarrones que estaban poblando cerca de la costa de Urabá” (actual Colombia). En esta jornada “pasaron muchos trabajos”, quemaron el poblado y “castigaron a los cimarrones”. Ese mismo año, corriendo con sus propios gastos (“a su costa e minción”), se enroló en la “conquista y pacificación de la provincia de Coclé” a cargo del gobernador Juan López de Sequeira. Le asignaron el rango de sargento a las órdenes del capitán Bartolomé Pérez Castillejo.

Una vez asegurada la provincia, López de Sequeira le premió nombrándole alcalde de minas y juez de rescate de “toda la provincia”, es decir, Coclé y Veragua.

El sucesor de López de Sequeira, Lorenzo de Roa, le nombró teniente general de la provincia de Veragua, cargo que le fue confirmado por el siguiente gobernador, capitán Juan de Arrola.

Durante este período se descubrieron “muchas minas de oro”. Las más ricas se encontraban en la región de Tabarabá, donde se introdujeron más de ochocientos esclavos. Para esas fechas García Serrano explotó una mina que le rindió “más de 100.000 castellanos de oro”, convirtiéndole en un hombre enormemente rico. La fortuna acumulada por García Serrano en estas minas era recordada todavía en 1660 como un hecho extraordinario.

Ya dueño de una gran fortuna, García Serrano se estableció en la capital a partir de 1617 y en 1618 era propietario de un bergantín para la pesquería de perlas en el golfo de Panamá que debía producirle como poco 1.000 ducados al año. En 1618 fue nombrado alcalde ordinario por el Cabildo, señal de la aceptación social que ya gozaba; en 1619 el mismo Cabildo le nombró alcalde provincial de la Santa Hermandad.

Cumpliendo con una de las obligaciones que le imponía este cargo, se dedicó a desmantelar dos pueblos que habían establecido los negros cimarrones en “las montañas del Río Caimito”, cerca de la actual Chorrera, y en “lomas y montañas del Río de Chagre, castigando a los culpados y procediendo con muy gran entereza”.

En noviembre de 1620, el presidente de la Audiencia Diego Fernández de Velasco lo nombró capitán de una de las compañías del número de la capital, cargo honorífico que sólo se otorgaba a los hombres más acomodados económicamente de la ciudad. Según una noticia, ya había ocupado este cargo desde 1614, tal vez provisionalmente. El nombramiento de capitán lo confirmó el Rey y, según palabras del presidente Quiñones Osorio, “lo habéis servido y servís con mucha justificación”. Al hacer una evaluación de las cuatro compañías del número de la capital en 1624, el presidente Rodrigo de Vivero y Velasco reconocía que García Serrano era “hombre rico y de partes a propósito para ello”, es decir, apto para ocupar el cargo de capitán de milicias.

En el donativo que solicitó la Corona en 1622-1623 aportó 150 pesos, lo que le situaba entre los vecinos más ricos de Panamá. Para esos años se calculaba su fortuna en más de 550.000 pesos de ocho reales. Durante el primer lustro de esa década mantenía dos importantes litigios en la Audiencia, uno por valor de 5.000 pesos y otro por 24.605 pesos, lo que sugiere el monto de sus negocios.

Pocos años después, durante la administración del presidente Rodrigo de Vivero y Velasco, participó en otras dos importantes campañas militares. La primera, cuando se tuvieron noticias de amenazas piráticas por el Caribe y Rodrigo de Vivero y Velasco le nombró por “cabo” de todas las fuerzas que se concentraron en el “real de Chagre”. También esta campaña la hizo a su “costa e minción”. Poco después, al tenerse noticia de que en Chimán (al este de Panamá) había otro poblado de negros cimarrones, nuevamente Rodrigo de Vivero le nombró al frente de setenta soldados de a pie y cuarenta de caballería del fuerte de Chepo para que destruyera el poblado.

Más tarde, el presidente Álvaro de Quiñones Osorio le encargó la fortificación del “fuerte de San Pablo y Pequení”, al recibirse nuevamente noticias de corsarios por el Caribe. Esta vez cobró “sueldo de capitán vivo”. En vista de tan notable hoja de servicios, el presidente Quiñones aplaudió sus ejecutorias y autorizó los trámites para que se le confirmara en el cargo de alguacil mayor de Corte, un cargo civil de primera importancia y que constituía una especie de coronación a su larga carrera de más de treinta años. El alguacilazgo mayor de Corte lo había ejercido hasta entonces Diego de Meneses, y García Serrano lo había comprado el 7 de agosto de 1632 por la considerable suma de 16.000 pesos. Como es evidente, se aplicó sistemáticamente a asegurarse los más diversos y encumbrados cargos públicos a que podía aspirar un miembro de la elite local. Sin embargo, apenas si pudo disfrutar el alguacilazgo mayor, pues ya en 1633 era difunto.

García Serrano casó con la panameña Catalina Rangel, vinculándose por este matrimonio con una de las familias criollas mejor relacionadas, uno de cuyos troncos era el oidor Alonso Coronado de Maldonado.

El hijo del oidor, el también panameño Alonso Coronado de Ulloa, estaba casado con Ángela Rangel, hermana de Catalina, de manera que García Serrano y Coronado y Ulloa eran concuñados. Coronado y Ulloa ejerció el cargo de gobernador y capitán general de Veragua en 1618 y en 1620 fue nombrado por la Audiencia alcalde mayor de Portobelo en interinidad.

Otra hermana de Catalina, llamada Elvira, estaba casada con Baltasar de Maldonado, considerado el hombre más rico de Panamá. Las Rangel eran hijas de Florencia Ramírez Palomeque y de Pedro González Rangel, secretario y notario del Santo Oficio, y escribano de Cámara de la Audiencia, original de Extremadura.

Otros hijos de este influyente matrimonio fueron Pedro González Rangel Palomeque, que estudió doce años en España y cursó nueve años en la Facultad de Cánones de la Universidad de Salamanca; sucedió a su padre en la Escribanía de Cámara y aplicó a plaza de oidor en 1630.

Las Rangel, además, tenían otros hermanos con sólidas posiciones en el funcionariado local. Gracias a estas alianzas, el grupo de los Rangel, Coronado, Maldonado, Torres y García Serrano se convirtió en uno de los clanes más compactos, poderosos e influyentes de Panamá en el primer tercio del siglo xvii.

Del matrimonio de García Serrano con Catalina Rangel nació Juan García Serrano el Mozo. La veinticuatría y el alguacilazgo mayor los renunció García Serrano padre en favor de su hijo homónimo, o en Pedro de Alarcón el Mozo, a cualesquiera de los dos que los comprase, lo que sugiere relaciones cercanas, tal vez de carácter económico, con otro hombre rico de Panamá, Pedro de Alarcón padre, ya que la renuncia de los cargos adquiridos por compra solía hacerse en favor de descendientes o allegados. El hijo de García Serrano compró el Regimiento capitular por 2.500 pesos de 8 y se le dio despacho de confirmación el 2 de diciembre de 1633. Pero es Alarcón el Mozo quien adquirió el alguacilazgo mayor, recibiendo el despacho correspondiente de manos del presidente Sebastián Hurtado de Corcuera el 2 de diciembre de 1633.

El 7 de noviembre de 1633 murió Juan García Serrano padre. Apenas se había cumplido un año de su juramentación en el cargo. El hijo homónimo de García Serrano tuvo un vástago mulato ilegítimo llamado Nicolás Serrano, que heredó de su abuela Catalina Rangel varios miles de pesos, por los que mantuvo pleito con su prima Ana, hija de Ángela Rangel y Alonso de Coronado.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Panamá 32, Memoria de los vecinos que tuvo la ciudad de Portobelo al tiempo que se fundó después de la mudanza de Nombre de Dios y los que de ellos quedaron, Panamá, 8.VI.1618; Panamá 18, Información en Autos hechos por el presidente Rodrigo de Vivero contra el oidor Lic. Gerónimo de Herrera, Panamá, años 1623 y 1624; Panamá 17, Carta del presidente Rodrigo de Vivero al rey, sobre el nombramiento de García Serrado como capitán de milicias, Panamá, 30.VI.1624; Panamá 57, Título de alguacil mayor de corte otorgado por el presidente Álvaro de Quiñones Osorio a Juan García Serrano, Panamá, 15.XI.1632; Panamá 104, Memorial dirigido al rey por el aguacil mayor de la ciudad Agustín Franco sobre los grupos de poder en Panamá, Panamá, 17,VII.1618; Panamá 57, Confirmación del regimiento del Cabildo de Panamá para Juan García Serrano hijo, Panamá, 2.XII.1633; Panamá 57, Título de alguacil mayor para Pedro de Alarcón el mozo, por renuncia de García Serrano, Panamá, 2.XII.1633; Panamá 379, Memorial y Probanza de Pedro González Rangel Palomeque presentado en Panamá, incluyendo probanza con interrogatorio en Madrid, Panamá, 12.XII.1630.

B. Torres Ramírez et al., Cartas de Cabildos hispanoamericanos, Audiencia de Panamá, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano- Americanos, 1978; A. Castillero Calvo, Sociedad, Economía y Cultura Material, Historia Urbana de Panamá la Vieja, Buenos Aires, Editorial e Impresora Alloni, 2006, págs. 573, 575, 578, 601-603, 605, 607, 642, 737, 783 y 798.

 

Alfredo Castillero Calvo

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