Quiñones Osorio, Tomás de. Panamá, c. 1580 – 1644 post. Regidor, alcalde ordinario, alcalde de la Santa Hermandad, registrador y chanciller de la Audiencia, alcalde mayor de Natá y Villa de Los Santos y capitán a guerra, alcalde mayor y capitán a guerra de Portobelo, alcalde y justicia de la Aduana de Cruces, capitán de Infantería española de una compañía del número de la ciudad de Panamá, propietario de navío en el Pacífico, capitán de Infantería española de una compañía del número de la ciudad de Panamá, factor de Real Hacienda, juez contador de las alcabalas, depositario general de la ciudad. Toda su carrera la ejerció en Panamá.
Miembro de una influyente familia en Panamá entre fines del siglo xvi y primera mitad del xvii. Era hijo legítimo de capitán Pedro López de Baeza, viejo conquistador activo desde mediados del siglo xvi en Panamá, Nicaragua, Trujillo (Perú) y, cuando se estableció en el istmo se convirtió en rico empresario dedicado a la extracción de perlas en el golfo de Panamá, y de Juana Osorio de Quiñones, hija de Bernardo Ramírez de Quiñones, regidor de la ciudad de León en España, procurador de esta ciudad en las Cortes en 1565, y nombrado por Felipe II tesorero de Real Hacienda en Lima. Pero no llegó a ocupar este cargo, pues cuando iba de camino, falleció en Panamá, dejando a varios hijos e hijas en la orfandad.
Al poco tiempo, sin embargo, su hija Juana Osorio de Quiñones fue desposada por Pedro López de Baeza. Según Urbán de Medinilla, escribano del Cabildo de Panamá, Bernardo Ramírez de Quiñones era hermano del capitán Rui Díaz Ramírez de Quiñones, “persona de mucha suerte, calidad y estimación”.
Ya radicado en la ciudad de Panamá, el gobernador, capitán general y presidente de la Audiencia, licenciado Pedro Ramírez de Quiñones, nombró a Pedro López de Baeza gobernador y capitán general de Veragua con carácter interino. Se desconoce si existía alguna relación de parentesco entre el suegro de López de Baeza y el presidente.
El tío del personaje biografiado, Alonso López de Baeza, también fue un hombre “muy rico”, y gastó entre 25.000 y 30.000 pesos en la conquista del sur y occidente de Veragua, donde se encontraba desde 1563. Había aportado la suma citada para la fundación de San Lúcar de la Nueva Extremadura, siendo entonces gobernador Alonso Vázquez. Esta ciudad, sin embargo, pronto fue abandonada. También consta que Alonso López de Baeza “a su costa pobló la ciudad de La Filipina”. Esta ciudad se fundó en 1575 y estaba situada en la península de Las Palmas, al sur de Veragua. Poco después, en un asalto de los indios de Meriato a La Filipina, Alonso López de Baeza fue asesinado. El abuelo materno de Tomás, Rodrigo Lozano, antiguo vecino de Trujillo (Perú), también se encontraba en la conquista de Veragua desde 1563, en compañía de Alonso.
Siguiendo una práctica que no raras veces seguían las familias de la elite, Tomás de Quiñones fue enviado a España “a criarse”, de donde regresó en la primera década del siglo xvii. El 23 de diciembre de 1608, remató el oficio de regidor perpetuo del Cabildo de Panamá en 1510 ducados de Castilla de 11 reales a pagar en cuatro años. En 1610 fue elegido alcalde de la Santa Hermandad por el Cabildo de Panamá.
El 27 de agosto de 1612 fue nombrado por el presidente de la Audiencia de Panamá, Francisco de Valverdi de Mercado, registrador y chanciller de la Audiencia por enfermedad del capitán Nicolás Martínez Montenegro. Entre el 7 de enero de 1613 y el 18 de marzo de 1614 el presidente Valverdi le dio licencia primero y luego comisión para acudir al astillero de Bayano donde varios esclavos se habían dado a la fuga robándose herramientas y asesinando a cuatro negros, y donde Tomás tenía un navío que se estaba calafateando.
El 14 de diciembre de 1614 Tomás Quiñones tomó posesión como alcalde mayor de Natá y Villa de Los Santos (Panamá) y capitán a guerra, por dos años prorrogables, nombrado por Real Provisión de la Audiencia en lugar del capitán Bartolomé Churruca. El 6 de julio de 1615, el virrey Francisco de Borja, príncipe de Esquilache, le nombró alcalde mayor y capitán a guerra de Portobelo en lugar de Juan de Nava, con un salario de 600 pesos ensayados.
El 3 de diciembre de 1615, obtuvo certificación del oidor decano licenciado Manso de Contreras de que siendo alcalde mayor de Nata acudió a la defensa contra el pirata Joris von Spielbergen en 1615 al mando de veinte soldados españoles, mas trescientos naturales “con armas que acostumbran” y cuatrocientos caballos, dando avisos y contiendas en la mar, sin costo de Real Hacienda. En 1617 fue electo por el Cabildo alcalde y justicia de la Aduana de Cruces. Al llegar a Panamá en 1618 el presidente Álvaro de Quiñones Osorio, le nombró capitán de Infantería española de una compañía del número de la ciudad de Panamá, por enfermedad de Pedro Pablo Minucho. El 27 de marzo de 1619, se le concedieron privilegios como capitán del número.
Entre 1620 y 1627, era una de las figuras más influyentes en Panamá, como íntimo allegado del oidor Gerónimo de Herrera. En las décadas de 1620 a 1630 era dueño de la fragata o navío Nuestra Señora de la Concepción, que hacía viajes mercantiles a Perú. Entre el 5 de diciembre de 1629 y el 2 de noviembre de 1631 ejerció como factor juez oficial de Real Hacienda, nombrado por el presidente de la Audiencia de Panamá, Álvaro de Quiñones Osorio, caballero de la Orden de Santiago, señor del Valle de Riazo y Colla, marqués de Lorenzana, en consideración a “vuestros servicios”, “y a los de vuestro abuelo y vuestro padre”, y en reemplazo “de D. Diego Pinelo, con un salario de 200.000 maravedíes”. Al ocupar el cargo entregó una fianza por 5000 pesos de fianza. Fue reemplazado a su vez por Álvaro de Santa Cruz y Castro, nombrado por el Rey. En 1631 Tomás se encontraba entre los vecinos de Panamá que acudió al rescate de la almiranta San José, que naufragó a la entrada del golfo de Panamá con la totalidad del tesoro enviado desde Perú.
El 3 de octubre de 1634, Tomás entregó la media annata por el cargo de factor juez oficial real de la Real Hacienda nombrado por el maestre de campo, presidente Sebastián Hurtado de Corcuera, por abandono del capitán Celedón de Santiago. El 20 de julio de 1637, recibió certificación del escribano del Cabildo Urban de Medinilla, de que Tomás de Quiñones, como veinticuatro del Cabildo de Panamá, había sido elegido alcalde de la Santa Hermandad y juez contador de las alcabalas “que son a cargo de esta ciudad por encabezamiento”, o “por particular asiento”; así como el hecho de haber sido elegido varias veces alcalde ordinario del Cabildo “en depósito”, por ausencia de titulares “como regidor más antiguo”.
El presidente Manso de Contreras lo describe de esta manera: “Persona de talento, casado y con hijos, y necesitado de hacienda para su ostentación y obligaciones, nieto e hijo de vecinos antiguos pobladores y conquistadores de Tierra Firme”. “Ha sido veinticuatro, alcalde de Santa Hermandad, juez de alcabalas y chanciller y registrador de la Audiencia con mucha rectitud y satisfacción de la Audiencia y república y ha tratado y trata su persona y casa con lustre de hombre principal y es justo que su majestad le haga merced y le honre ocupándolo en su servicio que él lo hará bien”.
En 1631, cuando era veinticuatro del Cabildo y fue propuesto para ocupar alguno de los cargos vacantes de la Real Hacienda, fuera el de tesorero o el de contador, se estimaba su fortuna en 60.000 pesos. Para entonces ya había ejercido cinco años como tesorero y dos como factor de la Hacienda.
Tomás casó en 1621 en Panamá con Andrea de la Cueva y Navarrete, nacida en esa ciudad, hija de la panameña Leonor de Pineda y de Fernando de la Cueva y Navarrete. Leonor de Pineda era hija de María de Grados y del doctor Andrés de Pineda, miembros distinguidos de la elite local. Fernando de la Cueva era natural de Úbeda, “con carta ejecutoria de hidalguía litigada en la Real Chancillería de Granada”. Llegó a ser una figura notable en Panamá. Llegó en 1569 con nombramiento real de escribano mayor de la gobernación de la ciudad de Nombre de Dios, escribano de Cámara de la Audiencia y escribano mayor de minas y registros. Desde por lo menos 1586 fue escribano mayor en propiedad del Cabildo de Panamá, hasta que renunció a este cargo en 1612. El Cabildo le eligió varias veces alcalde ordinario. Y en 1605 le nombró “por su gran talento y capacidad” procurador general en Cortes, donde estuvo defendiendo causas importantes para Panamá hasta por lo menos 1611.
Fernando y Leonor tuvieron siete hijos, dos de los cuales emigraron a Lima: el licenciado Juan de la Cueva y Navarrete, quien estudió en la Universidad de Lima y se radicó allí ejerciendo como abogado, y Francisco de la Cueva y Navarrete, que también emigró a Lima. Otro hijo del matrimonio fue el licenciado Pedro de la Cueva y Navarete, nacido en Panamá el 25 de marzo de 1582, quien estudió Derecho en Cánones en la Universidad de los Reyes, donde se recibió de abogado y fue varias veces fiscal interino en la Audiencia de Panamá: la primera vez en 1613, luego desde agosto de 1619 hasta 1621.
Entre 1612 y 1620 Pedro de la Cueva aspiró a una plaza de fiscal u oidor en alguna Audiencia de Indias, aunque no se sabe si la consiguió. Casó en esta ciudad con Isabel Quijada, con quien tuvo siete hijos, uno de ellos, Mariana de la Cueva Quijada, abadesa del Convento de monjas de La Concepción en 1641.
Otros hermanos de esta familia y cuñados de Tomás de Quiñones eran Melchor de la Cueva, Beatriz de la Cueva, monja del mencionado convento, e Isabel de la Cueva, que casó con el abogado licenciado Rui Díez Flores.
Tomás tuvo una hermana legítima de nombre Claudia de Quiñones, que aún vivía en 1637, al parecer soltera. Para entonces, los padres de ambos “hace muchos años son difuntos”.
Hijos del matrimonio de Tomás y Andrea de la Cueva y Navarrete fueron el licenciado Juan de Quiñones y de la Cueva, abogado de la Audiencia de Panamá, célebre por la íntima amistad que con su padre cultivaba con el oidor Gerónimo de Herrera en la década de 1620, y Isabel Clara de Quiñones, quien casó con el licenciado Carlos de Coronado y Rangel, nacido en Panamá en 1618, e hijo del oidor Alonso Coronado y Ulloa, pareja ésta que se mudó para Guatemala, donde tuvieron entre otros hijos al maestro Carlos Coronado, graduado en Teología. Otra nieta de Tomás de Quiñones Osorio, y hermana de Carlos de Coronado y Rangel, fue Antonia de Coronado, que casó con Alonso de Silva y Salazar (hijo de Antonia de Salazar, nieto del oidor Alonso de Salazar y sobrino de Ordoño de Salazar).
Tomás y sus descendientes estaban así emparentados con las familias Rangel, Cueva y Navarrete, Coronado, García Serrano, Salazar, Torres y Maldonado, que en el primer tercio del siglo xvii constituían uno de los principales grupos de poder en Panamá.
Los Quiñones y los De la Cueva mantuvieron en Panamá presencia social hasta muy avanzado el siglo xvii, aunque su influencia como clan familiar se fue debilitando gradualmente. Las figuras familiares que mantuvieron algún predicamento fueron todos eclesiásticos. Fray Blas de la Cueva era prior del Convento de Santo Domingo, en Panamá, en 1653. El sacerdote Manuel de Quiñones Osorio fue elegido maestrescuela del Cabildo catedralicio el 17 de agosto de 1669; en 1673 ya había sido promovido a chantre de la Catedral y era provisor y vicario general del obispado y en tal condición estuvo en la comitiva de la fundación de la nueva Panamá el 21 de enero de ese año.
En 1643 todavía Tomás de Quiñones Osorio estaba activo, ocupando la veinticuatría en el Cabildo de Panamá.
En 1644 ejercía el cargo de depositario general de la ciudad. Debió de morir poco después.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Patronato 152, doc. 1, ramo 2, Probanza de méritos y servicios del capitán Pedro López de Baeza, ante el presidente Alonso Criado de Castilla, Panamá, 18 de abril de 1577; Panamá 42, Título de gobernador de Veragua otorgado por el presidente de la Audiencia Pedro Ramírez de Quiñones para Pedro López de Baeza, Panamá, 4 de noviembre de 1582; Panamá 17, Memorial que presenta Pedro de la Cueva y Navarrete, siendo fiscal a.i. de la Audiencia de Panamá, solicitando una plaza de oidor en India, Panamá, 30 de junio de 1620; Panamá 17, 18 y 46; Panamá 18, Relación de personas más a propósito para los oficios de contador y tesorero de la Real Hacienda, por el presidente D. Álvaro de Quiñones Osorio, marqués de Lorenzana, Panamá, 23 de noviembre de 1631; Escribanía de Cámara 452B, Testimonio de Autos sobre la herencia del Marqués de Lorenzana y Dª Ana de Salazar, años 1646- 1651; Real Academia de la Historia (Madrid), Col. Salazar y Castro, leg. 17, carpeta 7, 9/1554, Probanza de Méritos de Tomás de Quiñones Osorio y Dº Andrea de la Cueva y Navarrete; Archivo General de Simancas, Títulos de Indias, pág. 484.
A. Castillero Calvo, Sociedad, Economía y Cultura Material, Historia Urbana de Panamá la Vieja, Buenos Aires, Editorial e Impresora Alloni, 2006, capítulos XIII y XVII.
Alfredo Castillero Calvo