Mosquera de Figueroa, Cristóbal. Sevilla, 1547 – Écija (Sevilla), 1610. Escritor y letrado.
Cristóbal Mosquera de Figueroa nació en el seno de una familia de condición hidalga. Estudió Derecho en la Universidad de Salamanca y en Osuna, lo que le permitió conocer la obra de fray Luis de León antes de su difusión impresa —tal y como revelan ciertos poemas del sevillano—, pues ambos coincidieron a orillas del río Tormes durante la década de 1570.
En 1579 Mosquera pasó al servicio de la Monarquía hispana al ser nombrado corregidor de Utrera. Años más tarde, ejerció aquel mismo oficio en El Puerto de Santa María y, finalmente, en Écija, donde falleció en 1610. Como letrado, fue también alcalde mayor del Adelantamiento de Burgos.
Al margen de su carrera política, Mosquera de Figueroa es recordado por haber pertenecido al grupo poético sevillano de la segunda mitad del siglo XVI.
Como activo miembro de aquel círculo, mantuvo una estrecha relación con figuras de la talla de Juan de Mal Lara —cuyo magisterio fue decisivo para la formación humanística del poeta—, Francisco Pacheco o Fernando de Herrera, algunos de los cuales dedicaron calurosos versos a Mosquera o acogieron en sus libros algunas composiciones de aquél, como ejemplifica el “Prefacio” incluido al comienzo de la Relación de la guerra de Chipre (Sevilla, 1572) compuesta por Herrera. Trabó amistad, igualmente, con el poeta Alonso de Ercilla, cuya tercera parte de La Araucana prologó; y con Miguel de Cervantes, a quien facilitó el oficio de recaudador de impuestos para la Armada Invencible (1588).
Durante la década de 1580, Mosquera de Figueroa estuvo protegido por Álvaro de Bazán, I marqués de Santa Cruz, que ejerció como su patrón en la Corte de Felipe II. A sus órdenes, combatió en la batalla naval y toma de la isla Terceira (Azores) en 1583, gloriosa victoria para la Corona que inspiró el Comentario en breve compendio de disciplina militar (Madrid, 1596), donde fueron incluidos textos heroicos y laudatorios de Mosquera de Figueroa y otros autores que escribieron sobre tan memorable suceso.
Al margen de las obras reseñadas y de diversas traducciones latinas, la mayor parte de sus versos —que alternaban la influencia cancioneril con los nuevos modos del italianismo— nunca pasaron a letras de molde y sólo se conservaron en forma manuscrita. Ha sido precisamente la edición moderna de un códice nunca impreso en el Siglo de Oro lo que ha permitido recuperar, ya a mediados del siglo XX, algunas de sus composiciones más valiosas.
Obras de ~: “Prefacio”, en F. de Herrera, Relación de la guerra de Chipre, Sevilla, 1572; Comentario en breve compendio de disciplina militar, Madrid, Luis Sánchez, 1596; Obras, I: Poesías inéditas, ed. de G. Díaz-Plaja, Madrid, Castalia, 1955.
Bibl.: G. Díaz-Plaja, “Una incorporación al Parnaso español.Cristóbal Mosquera de Figueroa”, en El estilo de San Ignacio y otras páginas, Barcelona, Noguer, 1956, págs. 97- 104; R. Pike, Aristócratas y comerciantes, Barcelona, Aruel, 1978; J. León Gustá, “El Licenciado Cristóbal Mosquera de Figueroa, Alonso de Ercilla, y el supuesto poema épico sobre la guerra de Portugal”, en Analecta malacitana, XIX (1996), págs. 101-110; J. V. Núñez Rivera, “Para la trayectoria del Encomio paradójico en la literatura española del Siglo de Oro: El caso de Mosquera de Figueroa”, en VV. AA., Actas del IV Congreso Internacional de la Asociación Internacional Siglo de Oro (AISO), vol. II, 1998, págs. 1133-1144; J. León Gustá, “El prólogo a la famosa tragicomedia de Santa Catarina de Cristóbal Mosquera de Figueroa”, en Salina, XVIII (2004), págs. 91-110.
Eduardo Torres Corominas
