Rivadulla y Lara, José. Madrid, 11.IV.1822 – Granada, 1889. Militar, brigadier de Ingenieros.
Ingresó en el Ejército en 1839, estudiando, más tarde, en la Academia de Ingenieros de Guadalajara, de donde salió como teniente el 23 de septiembre de 1845, después de terminar los estudios reglamentarios con el número dos de su promoción. Como primer destino, estuvo en el entonces único Regimiento de Ingenieros, el Regimiento de Zapadores-Minadores, desde su salida de la Academia hasta 1855. Con su unidad tomaba parte en 1848 en la represión de sucesos revolucionarios ocurridos en Madrid, el día 11 de mayo, acción por la que fue recompensado con la Cruz de San Fernando de 1ª clase, concedida según una Real Cédula de 23 de junio del citado año.
En 1856 iba destinado a la Dirección de Ingenieros de Castilla la Vieja, donde permaneció hasta 1857 en que pasaba a la situación de Supernumerario. El 10 de agosto de 1860 ascendía a comandante del Cuerpo, siendo destinado al Ministerio de Fomento como oficial del mismo, encargado del ramo de ferrocarriles en la dirección de obras públicas. Promovido a teniente coronel de Ingenieros, con fecha de 24 de enero de 1864, quedaba en la misma situación, hasta 1868, año en el que se encargaba por orden del Gobierno de la reparación de diversos tramos de la línea férrea, así como de las líneas telegráficas de Andalucía, que habían sido destruidas por partidas revolucionarias en la zona del paso de Despeñaperros.
Ascendía a coronel de Ingenieros el 27 de febrero de 1872. Designado para el mando del tercer Regimiento del Cuerpo en Bilbao, se hizo cargo también, el 13 de junio de 1874, de la comandancia general de ingenieros de la división de Vizcaya, en el marco de la Tercera Guerra Carlista (1872-1876). El 7 de julio cambió de destino, pero el jefe de la división no consintió que se separase de ella y hubo de permanecer hasta octubre, fecha en que una fractura del hueso de la cadera, que sufrió al hacer un reconocimiento en el monte de Cobetas (Bilbao), le obligaba a regresar a Madrid. En septiembre de 1875, apenas restablecido, volvió al ejército del Norte con el cargo de comandante general de Ingenieros del tercer cuerpo de ejército, y sus servicios allí fueron tan relevantes, que en 1876 obtuvo por recompensa el empleo de brigadier del Ejército, al que renunciaba para no dejar el Cuerpo. A lo largo de la campaña, participó en numerosas acciones, como la entrada en Orduña, en los trabajos para la fortificación de Viergol (Burgos) o las operaciones que facilitaron la entrada en Valmaseda.
En 1877 era nombrado vocal de la Junta Superior facultativa del Cuerpo, y el 8 de enero de 1879 era promovido a brigadier de Ingenieros, con destino, como jefe de la Dirección Subinspección de Extremadura, de la que pasaba en 1883 a la de Granada. Estando en Extremadura ante los sublevados en Badajoz en 1883, falto de medios para resistir a las fuerzas sublevadas y mantener la disciplina, no dejó de protestar enérgicamente contra la imposición de la fuerza hasta obligar a los amotinados a encerrarle con sus subordinados. Tal fue su comportamiento que en la causa seguida a consecuencia de aquellos sucesos, no sólo quedó libre de toda responsabilidad, sino que fue especialmente distinguido con pronunciamientos favorables.
Finalmente, en 1885, cuando en Granada hacía estragos la epidemia de cólera, Rivadulla estaba interinamente encargado del gobierno militar. En medio del espanto y horror que reinaban en aquella población consternada, su asistencia a los hospitales fue constante, animando a los enfermos con su presencia y tomando cuantas determinaciones eran precisas. Tan heroico comportamiento mereció y obtuvo por recompensa la gran cruz del Mérito militar blanca.
Además de la cruz citada y la de San Fernando, estaba en posesión de la Gran Cruz de San Hermenegildo, Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo y dos blancas, era Caballero y encomienda de la Orden de Carlos III y de la de Isabel la Católica, Caballero de la Orden de Cristo de Portugal, de la Legión de Honor de Francia y tenía la Medalla de la Diputación de Madrid y la de Alfonso XII.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS)), Exps. personales.
Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1823-1889; “Necrología”, en Memorial de Ingenieros, 44, 3 (1889), págs. 8-9; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando pertenecientes al Arma de Ingenieros”, en Memorial del Arma de Ingenieros (Madrid, Ministerio de Defensa), 63-66 (2001 y 2002).
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño
