Ayuda

Ventura Donis

Biografía

Donis, Ventura. Pontevedra, p. t. s. XVII – Madrid, 1673. Hombre de negocios de Felipe IV y Carlos II.

Los abuelos de Ventura Donis, Antonio Dinis y su mujer, Antonia Saravia, se establecieron en Pontevedra en 1562 procedentes de Barcelos (Portugal).

La descendencia de este matrimonio fue extensa. Sus hijos, Juan, Tomás y Pedro Dinis, comerciaron con materias del Báltico al tiempo que ejercían el comercio interregional con productos procedentes de las costas gallegas, Asturias y Vizcaya. Completaban estas labores de intermediación y distribución con una actividad de préstamo a pequeña y mediana escala en la que los demandantes de dinero efectivo eran los dueños de los navíos y los jefes de las tripulaciones de pescadores. También se dedicaron al arrendamiento de rentas reales en ámbitos locales “al por menor”.

En torno a 1620 modificaron su apellido con el objetivo de difuminar su origen converso portugués.

Dada la similitud fonética de Dinis con Donis, adoptaron este último patronímico que los entroncaba directamente con los Onís de Asturias. A comienzos de los años treinta del siglo XVII, la tercera generación del clan de los “Donis” creció en el mundo de los negocios y el más destacado de sus representantes fue Ventura Donis, hijo de Juan Donis. Entre 1621 y 1622, después de la muerte de su padre, recibió la herencia y comenzó a realizar por su cuenta préstamos y transacciones. En lo que a arrendamientos de rentas se refiere, superó los niveles locales y enlazó directamente —a través de sus fiadores— con las esferas más elevadas del mundo financiero portugués de los años treinta gracias al negocio de la sal y su estanco.

Con el título de factor de las Galeras de España en su poder hizo partícipe de su factoría a un pariente emigrado de Ruen, Fernando Díaz de Castro (15 de noviembre de 1646). Ventura Donis era en 1647, con la suspensión de pagos en ciernes de la que quedó exento, un hombre privilegiado desde el punto de vista de las relaciones con otras redes comerciales y financieras; las de los portugueses católicos de Ruen y las heredadas de Alfonso Cardoso que tenían mucho que ver con los sefarditas de Ámsterdam. Eso explica su firme arraigo en el panorama financiero-asentista de los años cincuenta y sesenta. Realizó varios asientos de cereal para el ejército de Cataluña. Ejerció el arrendamiento de rentas reales y asumió la tesorería de Millones de León junto con Mateo Tendero y Nicolás de Vitoria entre 1651 y 1659. En los años sesenta ejerció el oficio de tesorero general de los Presidios de España, un puesto desempeñado tres décadas antes por el importante factor Octavio Centurión.

Su muerte acaeció a lo largo de 1673 tras haber experimentado un ascenso social llamativo. En la generación de su padre adquirieron oficios municipales, cargos de justicia y puestos del clero capitular. Su tío Tomás, su progenitor y su primo y cuñado Antonio Donis fueron todos regidores de la villa de Pontevedra.

Otros dos primos, Tomás de Onis y Mateo de Onis, ocuparon, respectivamente, sendas canonjías en Orense y Cuenca. Su hermano Tomás Donis Portocarrero desempeñó desde 1617 el puesto de alcalde mayor del Concejo de la Mesta en la Coruña, Ávila, Palencia y Ocaña, aunque fue el propio Ventura el que logró un encumbramiento más llamativo, iniciado a partir de 1645 coincidiendo con el momento en que intensificó su actividad financiera. Accedió a un cargo municipal, aunque no en Galicia, sino en Valladolid mediante compra de un título de regidor.

Con el asiento que firmó en 1647 ganó la concesión de dos hábitos de Santiago que no pudo legitimar en el Consejo de Órdenes hasta 1675. En 1654 obtuvo el cargo de alguacil mayor del Consejo de Cruzada, oficio que pasó después a su hijo Ambrosio. En marzo de 1658 consiguió el título de contador de la Contaduría Mayor de Cuentas con gajes, que, en febrero de 1665, pasó a su primogénito con las mismas condiciones.

Por último, fue nombrado consejero de Hacienda ad honorem el 10 de marzo de 1673. En ese año su esposa y prima, Isabel Coutiño Donis, murió y dejó consignado en su testamento que su familia fundara una memoria de cuatrocientos ducados de renta para reedificar el hospital de San Juan de Dios en Pontevedra. Ventura murió meses después que su esposa, aunque antes de fallecer se había convertido en señor de vasallos y contaba con un título de vizconde asociado a la villa de Olivares de Duero al que, en 1680, cuando él ya había muerto, se elevó a marquesado, que disfrutó su hijo mayor. El hijo menor, Tomás Francisco, emprendió una carrera eclesiástica media que culminó con la plaza de canónigo y dignidad en la catedral de Cuenca y el nombramiento de arcediano de Huete.

 

Bibl.: C. Sanz Ayán, Los banqueros de Carlos II, Salamanca, Universidad de Valladolid, Junta de Castilla y León, 1989; C. Sanz Ayán, Estado, Monarquía y Finanzas, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2004; C. Sanz Ayán, Los banqueros y la crisis de la Monarquía Hispánica de 1640, Madrid, Marcial Pons Historia, 2013.

 

Carmen Sanz Ayán