O’Donnell y Joris, Enrique María. Zamora, 20.I.1816 – Madrid, 1.I.1869. Militar y político.
Hijo de Carlos O’Donnell y Anhetan y hermano del I duque de Tetuán, a los once años obtuvo gracia de alférez de menor edad en el Regimiento de Lanceros de la Guardia Real en atención a los méritos paternos (20 de mayo de 1827), finalizando sus estudios en el Real Seminario de Nobles en 1834. Al estallar la Guerra Carlista, solicitó la licencia absoluta para presentarse en las filas del Pretendiente, en las que obtuvo el empleo de capitán (18 de julio de 1836) y la Cruz de San Fernando de 1.ª Clase (13 de abril de 1837). Adherido al Convenio de Vergara cuando ya era comandante, fue incorporado al Regimiento de León n.º 7 de Ligeros de Caballería, conservando su empleo en situación de excedente con licencia ilimitada (31 de agosto de 1839).
Nombrado su hermano Leopoldo jefe del Ejército del Centro, fue designado ayudante suyo (2 de enero de 1840). En esta campaña se distinguió en la toma de Aliaga y en la rendición de Alcalá de la Selva, acciones que le valieron para obtener el grado de teniente coronel por méritos de guerra. Resultó gravemente herido poco después en valeroso combate (2 de mayo de 1840), por lo que se le promocionó al empleo de teniente coronel mayor (20 de mayo de 1840).
Restablecido de su herida en Francia, regresó para tomar parte con Leopoldo en el fracasado pronunciamiento de Pamplona, por lo que tuvo que dirigirse de nuevo a Francia a finales de octubre de 1841, de donde no regresaría hasta dos años después. Obtenida licencia para contraer matrimonio con la tolosana Francisca Arispe Irulegui (8 de septiembre de 1841), y concedida la amnistía en julio de 1843, fue destinado al Regimiento de Lanceros de Numancia y más tarde a la Dirección General de Caballería y al Establecimiento Central de Instrucción de Caballería.
En el verano de 1844, fue integrado en la División Expedicionaria de África con base en Algeciras, obteniendo el grado de coronel al año siguiente (4 de mayo de 1845). Destinado de nuevo en Madrid, comenzó a interesarse por la vida parlamentaria, publicando en 1847 el primero de sus trabajos políticos: Autopsia de los Partidos.
Ascendido a coronel (18 de junio de 1849), tomó parte con su Regimiento de Lanceros de Lusitania en la expedición a los Estados Pontificios en auxilio de Pío IX, quien le concedió la Cruz de Comendador de la Orden de San Gregorio a finales de dicho año.
Nombrado ministro de la Guerra del gabinete de Espartero su hermano Leopoldo tras la Vicalvarada, Enrique se convirtió en su ayudante de campo, y obtuvo más tarde el Gobierno Civil de Málaga (8 de agosto de 1853), cargo del que dimitió voluntariamente a principios de 1855 para volver al servicio activo en el que fue ascendido a brigadier (15 de febrero de 1855) y destinado como director de la Escuela General de Caballería, otorgándosele la Gran Cruz de Isabel la Católica (9 de enero de 1856).
Participó en las jornadas revolucionarias de Madrid que tuvieron lugar entre el 14 y el 16 de julio de 1856, a las que contribuyó al mando de la columna formada con las fuerzas acantonadas en Alcalá de Henares. Con la caída del duque de la Victoria y el triunfo consecuente de la Unión Liberal, partido fundado por su hermano y en el que militaba, fue promovido al empleo de mariscal de campo (18 de julio de 1856) y nombrado sucesivamente gobernador militar de Cádiz (20 de agosto de 1857) y de Madrid (1 de julio de 1858).
Declarada la guerra al imperio de Marruecos, fue nombrado comandante general de la 2.ª División del 2.º Cuerpo de Ejército, participando con su unidad en todas las principales acciones, distinguiéndose en la defensa del reducto Isabel II y en las alturas del Serrallo (9 de diciembre de 1859), donde, poniéndose al frente del 1.º de Toledo, obtuvo la Cruz de San Fernando de 3.ª Clase. Su actuación en la batalla de Los Castillejos (1 de enero de 1860), y en las cotas de la Condesa y Monte Negrón, donde consiguió envolver con su división al enemigo por el flanco derecho, merecieron citación especial en los partes de campaña y en la escalada bajo el fuego de la sierra y torre de Geleli en la última fase de la batalla de Tetuán (4 de febrero de 1860) demostró gran valor y pericia militar, por lo que fue ascendido a teniente general (20 de marzo de 1860).
De regreso en la Península, fue nombrado comandante general del Real Sitio de Aranjuez (31 de marzo de 1860) y capitán general de Castilla la Nueva (5 de junio de 1862). Director general de Caballería del 25 de junio de 1865 al 12 de julio de 1866, contribuyó eficazmente a sofocar la revolución que estalló en Madrid el 22 de junio de 1866, por lo que se le concedió la Gran Cruz del Mérito Militar, pero fue relevado de su último mando al caer el gabinete O’Donnell.
Se encontraba en situación de cuartel al triunfar la revolución que destronó a Isabel II y, poco antes de morir, fue nombrado consejero de Estado (8 de noviembre de 1868).
Obras de ~: Autopsia de los Partidos por Don Enrique O’Donnell y Joris, Madrid, J. M. Ducazcal, 1847; La democracia española, Madrid, Manuel Minuesa, 1858; Un Viaje alrededor de la Cámara Real en La Granja, Madrid, Nieto y Compañía, 1860; La Unión Liberal. Su pasado, su presente y su porvenir, Madrid, Imprenta de El Eco del País a cargo de Diego Valero, 1864.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Exp. Onomástico y Exp. Matrimonial 5694.
Álbum de la Guerra de África, Madrid, Las Novedades, 1860; M. Ibo Alfaro, Apuntes para la Historia de don Leopoldo O’Donnell, Madrid, Imprenta de Don Francisco Martínez Zambrano, 1867, pág. 41; VV. AA., Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, t. XXXIX, Madrid, Espasa Calpe, 1958, pág. 719.
Hugo O’Donnell y Duque de Estrada, duque de Tetuán