Sánchez Calvo y Ochoa, Estanislao. Avilés (Asturias), 6.V.1842 – 22.V.1895. Filósofo, filólogo, literato.
A la muerte de su padre (1852), rico indiano, se trasladó con su madre a Oviedo, donde estudió bachiller y se licenció en Derecho Civil y Canónico (1864). Su período de estudiante universitario no le resultó grato: “No perdonaré nunca a los libros de texto, a los ministros de Fomento y a los profesores, el tiempo perdido en la universidad, aunque la rutina sea la más culpable en todo ello”, escribió a Adolfo Posada.
Antes de doctorarse (Oviedo, marzo de 1873), abrió un bufete e intervino como profesor auxiliar en las Cátedras de Economía Política y Hacienda Pública. Las regía José Manuel Piernas Hurtado, uno de los creadores del movimiento cooperativista. Quizás influido por éste, y desde la directiva de la Sociedad Artística, Profesional e Industrial de Avilés, abogó por crear, en la villa del Adelantado, una Sociedad de Socorros Mutuos. En 1868, fue diputado provincial y en septiembre de 1873, elegido alcalde de Oviedo. Apenas permaneció un mes en el cargo y se trasladó a Madrid. Aceptó la oferta, como oficial auxiliar del Ministerio, de su cuñado Manuel Pedregal y Cañedo, ministro de Hacienda durante el Gobierno de Emilio Castelar. El 3 de enero de 1874, el general Pavía irrumpió en las Cortes. Con el fin de la Primera República, Sánchez Calvo retornó a su solar asturiano y abandonó definitivamente la política.
Desde entonces, su vida de reflexión y retiro adquirió fama de solitaria; lo apodaron el Solitario de Avilés. No en vano, Caro Baroja se refiere a él como “el extraño solitario de Asturias”. Pero su soledad era activa. Asiduo colaborador de La Revista de Asturias (firmó, a veces, con seudónimos: Laín Calvo, Hans Czolvaec), publicó en ella su tesis doctoral —La idea del derecho en la guerra (1878), donde aboga por un tribunal internacional de justicia—, y varios cuentos y ensayos, entre estos últimos: El Eúskaro y sus vestigios en Asturias (1878); Un médico español en el siglo xvi: Observaciones a la ciencia moderna motivadas por un libro antiguo (1880), en torno al materialismo de Huarte de San Juan.
En 1884 contrajo matrimonio y vio la luz Los Nombres de los Dioses. Se basa en Platón, el Crátilo: “Nada podemos saber de la naturaleza de los dioses, ni de los nombres que se pusieron a sí mismos [...] pero sí de la opinión que los hombres se han formado de ellos, cuando dieron nombre a los dioses”. El profesor de Oxford, Max Müller, máxima autoridad en mitología comparada, después de elogiar la obra (“sólo diferimos en detalles”), advierte: “Más allá del documento escrito, sólo hay azar, no se puede conocer ni el origen de las lenguas, ni el de los mitos, aunque sí las diferentes analogías entre ellos”. Para el Solitario de Avilés hay algo más que azar, hay “asociación y mito, hay una estabilidad léxica proporcionada por lo sagrado, por los nombres de los dioses”. Cree que en el origen del lenguaje existió una estructura mito-onomatopéyica. La asocia al mito estoniano del puchero hirviendo, pero también puede subyacer donde menos se piensa, insiste.
Los Nombres de los Dioses fue traducido a la lengua alemana por el comerciante y orientalista germano Rudolf August Thomas. Nada se sabe de su publicación. De Thomas se conservan veintidós cartas, en español, dirigidas a Sánchez Calvo y fechadas en Viena, salvo la última. Escribió Iberia, libro basado en las ideas del avilesino. Se ignora si vio luz pública.
En 1889 publicó Filosofía de lo Maravilloso Positivo. La metafísica puede llegar a ser positiva y lo sobrenatural es lo natural desconocido: se manifiesta a través de fenómenos maravillosos canalizados por un inconsciente que se parece a “un gobierno secreto”. La unidad de todas las fuerzas físicas, los elementos imponderables y un Dios autoconsciente, pero inconsciente para los hombres (se comunica con ellos mediante el instinto y la sugestión), causado y condicionante, no determinista, definido como una materia en su máxima escala evolutiva, “más allá de la cual sólo reina lo incognoscible”, conforman la crítica al positivismo francés y en general, de esta obra. Leopoldo Alas Clarín escribió: “Fue dada a luz mucho antes que otras obras extranjeras que ahora nos ofrecen estas novedades. Sánchez Calvo no reniega de la ciencia, no, jamás habla de su bancarrota, pero sí del exclusivismo sensualista de los científicos, de las gratuitas limitaciones que muchos ponen a la naturaleza”.
Se relacionó con Ernest Renan a través de uno de sus discípulos y secretario de la embajada de España en París, su amigo David Prada (Avilés, 1835-1903).
En el mismo mes de su muerte, finalizó Elección de Fe en el Mundo Moderno, libro nunca publicado. Cinco de sus capítulos sobre la vida de Jesús desaparecieron.
De algunos fragmentos de borrador conservados se deduce que Sánchez Calvo aplicó a la divinidad de Jesucristo la filosofía de lo maravilloso positivo.
Obras de ~: “Enseñanzas de un libro nuevo: Estudios sobre el engrandecimiento y la decadencia de España, por Manuel Pedregal y Cañedo”, en Revista de Asturias (RA) (Oviedo), 17, 20, 21 (1878); “Recuerdos de un viaje desgraciado”, en RA, 40, 41 (1878); “El castillo de los Picos Pardos”, en RA, 8, 9, 10 (1879); “Mariflor y Josefín”, en RA, 27 (1879) y 28 (1880); “Prehistoria y origen de la civilización”, en RA, 13, 14 (1880); “La lingüística y el discurso del señor Moreno Nieto en el Ateneo de Madrid”, en RA, 22, 24 (1880); “Un nuevo contradictor de Darwin», en RA, 8 (1880); “Esfuerzo propio”, en RA, 17 (1880); “La pequeña Carina”, en RA, 20 (1880); “La estrella de un punto”, en RA, 1, 11 (1881); “La noche buena de Perantón o los tres reyes”, en RA, 24, 25 (1881); “A propósito del libro de D. Leopoldo Alas Solos de Clarín”, en RA, 18, 19 (1881); “El libro de los snobs”, en RA, 21, 23 (1881); “Bosquejo de la civilización asturiana en la Edad Media”, en RA, 6, 8 (1882); “Estudios y noticias de libros viejos”, en RA, 15, 18, 22 (1882); “Las visiones del maestro Martínez”, en RA, 24 (1882); “Darwin y los canónigos de Londres”, en RA, 9 (1882); “Por Asturias”, en RA, 19 (1882); Los Nombres de los Dioses. Ra, Osiris, Belo, Jehová, Elohim, Melkarte, Adonis, Endobelico, Pardjania, Brahma, Indra, Mitra, Perahom, Heracles, Apolo, Dionyso, Hermes, Afrodite, Venus, Jano, Saturno, Júpiter, Cybeles, Minerva, Proserpina, Marte, Vulcano, etc., etc. Indagación acerca del origen del lenguaje y de las religiones a la luz del eúskaro y de los idiomas turanianos, Madrid, Imprenta de Enrique de la Riva, 1884; “Iberia y España”, en Revista de Vizcaya, año I, n.º 3, t. 3 (1885); “La telepatía y la sugestión”, en RA, 3 (1886); “La sugestión y sus aplicaciones en la Terapéutica”, en RA, 5, 6 (1886); “Perspectivas republicanas”, en RA, 10, 11 (1887); “La moral sin Dios”, en RA, 10, 11 (1888); Filosofía de lo Maravilloso Positivo, Madrid, Librería de Fernando Fe, Sevilla, Librería de Hijos de Fe, 1889; Elección de Fe en el Mundo Moderno, s. l., 1895 (inéd.); Filosofía de lo Maravilloso Positivo, Gijón, Llibros del Pexe, 1997; Retrato de una infanta, s. l., s. f. (inéd.).
Bibl.: O. Gruppe, “Rezensionen und Anzeigen. Est. Sánchez Calvo, estudios filologie”, en Wochenschrift für Klassische Philologie, Berlin, 28 de diciembre de 1885; L. Alas (Clarín), “Estanislao Sánchez Calvo. Necrológica”, en Revista de Derecho y de Sociología, La España Moderna (Madrid), n.º 6, año I (junio de 1895); J. Cejador y Frauca, Cabos Sueltos. Literatura y Lingüística, Madrid, Perlado Páez y Cía. Sucesores de Hernando, 1907; C. Suárez, Estanislao Sánchez Calvo. Apuntaciones Biográficas, Madrid, Argos, 1930; J. Caro Baroja, Algunos mitos españoles y otros ensayos, Madrid, Editora Nacional, 1944; R. García de Castro, Semblanza intelectual del pensador asturiano Estanislao Sánchez Calvo (1842-1895), Oviedo, Diputación Provincial de Asturias-Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto de Estudios Asturianos, 1982; M. Asur González García, El pensamiento filosófico de Estanislao Sánchez Calvo, tesis doctoral, Oviedo, Universidad, Departamento de Filosofía, 1999.
Manuel Asur