Espíndola y Villavicencio, Luis de. Jerez de la Frontera (Cádiz), c. 1600 – Lima (Perú), 25.II.1670. Escultor y ensamblador.
Hijo de Bernardino de Espíndola Villavicencio y de Catalina de Montalvo, nada se sabe de su formación artística y si logró realizar obras en Andalucía. Llegaría a Lima hacia 1620 cuando aparece junto a Pedro de Noguera optando a la ejecución del retablo de la Inmaculada, en el templo de San Francisco. En Perú contrajo matrimonio en tres ocasiones: la primera en 1622 con Josefa Morón, hija del pintor italiano Pedro Pablo Morón, discípulo de Pérez de Alesio; la segunda cuando emigró a la región andina, con Gerónima de Meneses, originaria de Oruro; por último, al volver a Lima en 1646 con María de Cisneros con la que tuvo ocho hijos. El cronista dominico fray Juan Meléndez hace constar que gozó de fama en su tiempo y según relata sufrió enfermedades curadas milagrosamente por intercesión de san Juan Masías. Fue el último representante andaluz de la escuela escultórica de Lima. Intervino, junto con otros artífices sevillanos, en las pujas para realizar la sillería coral de la catedral de Lima en 1623, sin llegar a intervenir en ella. En cambio, sí hay constancia de que realizó algunos relieves de la sillería agustina. Antes de emigrar a Potosí realizó obras para la catedral, como el sagrario del altar mayor, y esculturas para la cofradía de la Visitación. En 1628 llegó a Potosí donde trabajó en compañía del escultor Gaspar de la Cueva. También desarrolló su actividad artística en Chuquisaca donde ejecutó el nuevo retablo mayor de la catedral y en 1638 otro para los agustinos. De nuevo en la villa imperial de Potosí labró en 1643 los relieves de la vida de San Antonio en el convento de San Francisco. De vuelta a Lima, vivió en la calle de San Agustín donde instaló su taller en el que trabajaron ayudantes venidos desde los Andes. En su etapa final limeña tuvo abundantes encargos entre los que destaca la escultura conservada de tamaño natural de un Resucitado, en la localidad de Mochumí (Lambayeque). Su estilo puede insertarse en la evolución de fines del Renacimiento al Barroco.
Obras de ~: Diez relieves figurativos de la sillería de San Agustín, 1620-1625; sagrario para la catedral de Lima, 1623; cuatro esculturas para la cofradía de la Visitación en la catedral, 1624; esculturas para el retablo de Hernando de Santa Cruz en la catedral, 1624; dos retablos para el claustro de san Agustín, 1626; retablo mayor de la catedral de Chuquisaca; retablo en el templo de San Agustín de Chuquisaca, 1638; relieves de la vida de san Antonio en el templo de san Francisco de Potosí, 1643; Resucitado de Mochumí, 1654; sepulcro para el Cristo de la Soledad de Lima, 1661; Asunción de la Virgen (Trujillo); esculturas para el retablo mayor de san Juan de Dios, 1662; retablo de san José para Arica (Chile), 1664; relieves de la vida de san José para el monasterio de la Concepción de Lima, s. f.
Bibl.: J. de Mesa y T. Gisbert, Escultura virreinal en Bolivia, La Paz, Academia Nacional de Ciencias, 1972, págs. 138-144; M. Chacón Torres, Arte virreinal en Potosí, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano Americanos, 1973, págs. 80 y 81; A. San Cristóbal, “La escuela de los retablos de Trujillo”, en Historia y Cultura, 21 (1991-1992), págs. 247-288; R. Ramos Sosa, “El escultor Luis de Espíndola y su trayectoria entre Bolivia y Perú”, en Barroco y fuentes de la diversidad cultural, La Paz, Viceministerio de Cultura, 2004, págs. 61-66.
Rafa el Ramos Sosa