Bolialdea, Juan. Forua (Vizcaya), c. 1615 – 1677. Tracista y ensamblador de retablos.
Pertenece al Taller de Forua, uno de los más consolidados del entorno vasco en los dos cuartos centrales del siglo xvii, en período cultural barroco, en cuyas opciones entre clasicista severa y genuina se inscriben también otros convecinos coetáneos como Antonio y Pedro Alloitiz (Alloytiz) y Domingo de Azcunaga, por ejemplo. El solar de Bolialdea se mantiene en pie y es un caserío del siglo xvii, que bien pudo construirse en vida del artista.
Tuvo por esposa a Elvira de Ibargüen y Ercilla, perteneciente a una familia destacada de la población costera, y en esta villa y en Bilbao se avecinda con preferencia, acusando un carácter complicado e irascible que le ocasionó pleitos. Una de las ocasiones, la agresión con espada al sacerdote de Guernica-Vizcaya Domingo de Basteguieta en 1665 con motivo de no haber fallado en su favor el monumento funerario a la memoria de Felipe IV en Santa María de la villa foral, revela una clara competencia y rivalidad entre los propios miembros del taller de Forua. Aunque el trabajo de la madera no fuera su única dedicación, pues también mercadeó con hierro en Bilbao, conoció estrecheces más de una vez.
El papel que Bolialdea desempeña en la retablística regional es algo conservador, sin que nunca se decantara por el barroco genuino ni en estructuras ni en decoración, aunque se aprecia una cierta evolución, desde la severidad del rígido clasicismo de fustes estriados (retablo de Fruniz-Vizcaya, 1646) hasta las columnas “culebreadas” de Navárniz-Vizcaya (1673), más propias de la década anterior. Aun así, fue tracista apreciado.
Las obras documentadas de Bolialdea, algunas existentes y otras no, son: el relicario para Busturia-Vizcaya (1636); el retablo del convento de Santa Mónica, de Bilbao (1639); el retablo mayor de la iglesia de la Atalaya de Bermeo-Vizcaya (1641); los retablos de San José y la Concepción en Santiago de Bilbao, con esculturas de Juan de Bazcardo el primero (1642 y 1654, respectivamente); el monumento para Santiago de Bilbao (1643); el retablo de Fruniz-Vizcaya (1646); el retablo mayor de Amurrio-Álava (1655), con traza propia preferida a la del montañés Felipe de la Gorgolla y esculturas de Joseph Palacio; el retablo de la ermita de Santa Marina, en Orozco-Vizcaya (1656); el retablo de la cofradía de San Pedro de Bermeo (1659); el retablo colateral en LarrimbeÁlava (1663); el retablo de la capilla propiedad de María del Barrio en el convento de San Francisco de Orduña-Vizcaya (1669); el retablo de Navárniz (1673); la traza del retablo mayor de San Vicente de Abando-Vizcaya (1674); el retablo de la Magdalena de Durango-Vizcaya, con condiciones propias (1675); el diseño y remate del retablo mayor de Górliz- Vizcaya (1677), entre otras. Unos cuarenta años de actividad, en la que pudo relacionarse con la flor y nata de la escultura regional, como, por ejemplo, el navarro Juan de Bazcardo.
Obras de ~: retablo mayor de Fruniz, Vizcaya, 1646; retablo mayor de Amurrio, Álava, 1655; retablo mayor de Navárniz, Vizcaya, 1673; retablo mayor de Górliz, Vizcaya, 1677.
Bibl.: J. Á. Barrio Loza, “El túmulo de Felipe IV y la rebeldía del arquitecto Juan de Bolialdea”, en Estudios de Deusto, vol. 42, n.º 1 (1994), págs. 29-36; J. Zorrozua Santisteban, El retablo barroco en Bizkaia, Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia,1998, págs. 193-201.
José Ángel Barrio Loza
