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Francisco Antonio Evaristo Cabello y Mesa

Biografía

Cabello y Mesa, Francisco Antonio EvaristoJaime Bausate y Mesa. Copernal (Guadalajara), 26.X.1764 – Madrid, 7.XII.1832. Periodista, abogado, coronel de la milicia provincial del Perú, dramaturgo, gramático, traductor, agente afrancesado, superintendente de las minas de Almadén, caballero de la Orden Real de España, catedrático de cultura española en el colegio Louis le Grand de París.

Estudió Derecho en las universidades de Toledo y Salamanca sin acabar sus estudios, y, tras su traslado a Madrid en 1788, adquirió su primera experiencia periodística gestionando transitoriamente el Diario curioso, erudito, económico y comercial de Madrid. Viajó al Perú a fines de 1789; utilizando el pseudónimo de Jaime Bausate, fundó en la capital del Virreinato el Diario de Lima el 1 de octubre de 1790 y que sólo vivió dos años, en dura competencia con el Mercurio Peruano (salido a la luz en enero de 1791 como portavoz de la Sociedad Económica de Amigos del País de la ciudad), medio de más calidad literaria y periodística que El Diario, al que se acusó de tener un cierto tufillo “filosófico”; ello le supuso la censura del virrey Francisco Gil de Taboada. El Diario constaba, como era usual en la época, de un conjunto de noticias comerciales e industriales, curiosidades históricas y científicas, amenidades didácticas, y reflexiones sobre la economía y la historia del país. Tras el fracaso de la empresa, se dedicó a la abogacía como Relator de la Real Audiencia de Lima, tras acabar sus estudios de derecho en la Universidad de San Marcos. Se casa con María Dolores Rodríguez Blanco (hija de unos de los juristas de la Real Audiencia) el 22 de agosto de 1790 en la parroquia limeña de San Lázaro.

En Lima trabaría amistad con el célebre médico criollo, catedrático y humanista José Hipólito Unanue y Pavón y con un joven compañero de estudios Agustín Landáburu y Perafrán de Rivera Pavón (futuro agente bonapartista en Europa años después). Trabajó también como empresario minero y agente legal en defensa de varias comunidades indígenas.

Con motivo de la Guerra de Los Pirineos, Cabello se alistó en las Milicias Disciplinadas de Españoles en Lima en noviembre de 1793. En febrero de 1796 y merced a varias donaciones de dinero al tesoro real obtuvo el empleo de coronel. Su carácter exaltado, egocéntrico y arribista le llevó a ser denunciado por varios oficiales, abriéndosele un proceso judicial que acabó archivándose, siendo agregado al Regimiento de Dragones de Milicias Disciplinadas del Perú, lo que le sirvió para hacer ostentación de un grado de coronel de Dragones del que nunca tuvo validación Real.

En enero de 1800 pidió pasaporte para regresar a España con su mujer; cruzando los Andes, llegó a Buenos Aires en septiembre. Ante el bloqueo naval británico, Cabello decidió asentarse en la capital del Plata, ejerciendo como abogado de su Real Audiencia. En ella fundó el Telégrafo Mercantil el 1 de abril de 1801, que también fracasó empresarialmente, siendo clausurado en octubre de 1802.

Integrado en la ciudad, no consiguió acceder a ningún cargo público del Virreinato a pesar de sus muchas instancias. Habiéndose iniciado en la masonería en Lima, Cabello se integró definitivamente en la misma en Buenos Aires.

Ante las invasiones británicas al Plata de 1806 y 1807, Cabello colaboró con el gobierno del general William Beresford. Derrotados los británicos por Liniers, Cabello fue arrestado y sometido a una sumaria militar que le fue anulada a cambio de marchar voluntario a la defensa de Montevideo ante el segundo ataque británico de enero de 1807. En su defensa combate, fue herido y prisionero como capitán agregado a los Dragones de Buenos Aires. Llevado cautivo a Inglaterra junto con toda la guarnición (2.400 hombres), permaneció confinado bajo palabra con el resto de mandos españoles en la ciudad de Bishop’s Waltham desde julio a noviembre de 1807. Derrotado el ejército británico en Buenos Aires por segunda vez, se acordó por los dos gobiernos el canje de prisioneros, llegando Cabello a La Coruña con sus compañeros, en diciembre de 1807. Allí fue integrado en el batallón provisional de Buenos Aires a la espera de regresar con su unidad al Virreinato.

Pidió licencia para pasar a Extremadura a ver a su familia y a Madrid, abandonando el batallón Buenos Aires. En Madrid le sorprendió la rebelión del Dos de Mayo, colaborando con las autoridades españolas y francesas a su sofocamiento. Al hacerse general la rebelión patriota marcha hacia Andalucía y se unió al ejército del general Castaños, asistiendo a la campaña de Bailén.

Participó en la defensa de Madrid en diciembre de 1808 siendo herido en la Puerta de Fuencarral el día 3. Tras su convalecencia decide abandonar la causa patriota y se unió al bando josefino. Tras ofrecer sus servicios al ministro Miguel José de Azanza, le fue encomendada la misión de pasar hacia América, como comisario regio josefino, junto a tres agentes más, encargándosele llegar al Perú y lograr de sus autoridades el reconocimiento a la nueva dinastía Bonaparte. La misión partió de Madrid en abril de 1809 con la idea de llegar a La Coruña y de allí pasar por mar hacia América, pero se detuvo en Astorga ante la ofensiva del ejército del marqués de La Romana en Galicia, siendo suspendida y regresando a Madrid. Durante el viaje, detenido Cabello durante dos semanas en Valladolid, visitó la casa de la Inquisición y vio el expediente de 1730 que le sirvió de base para su drama La Inquisición, obra basada en una truculenta historia de “goticismo” eclesiástico y probablemente inspirada en la abolición del Tribunal en diciembre de 1808 por Napoleón; la obra se enmarca en el movimiento de exaltación afrancesada anticatólica.

En enero de 1810 Cabello fue nombrado superintendente real de las Minas de Almadén y Almadenejos (cargo que nunca ejerció por estar las minas cerradas durante el conflicto) y en abril de 1810 recibió la Orden Real de España josefina

A la derrota francesa en España pasó a Francia en 1813 y se instaló en París como profesor de lengua y cultura españolas. En 1823, tras jurar fidelidad a Fernando VII, se unió a la causa absolutista agregándose a los “Los cien mil hijos de San Luis” y regresando a España.

Se asentó en Madrid, en compañía de una hermana, y malvivió durante nueve años como profesor de francés, solicitando, vanamente, se le reconociera su grado militar y una pensión. Murió pobre en la Calle de Cuchilleros nº 21, el 7 de diciembre de 1832 (Parroquia de los Santos Justo y Pastor) haciendo testamento con el notario Santiago Sánchez Marcos. Fue enterrado en el Cementerio de la Puerta de Toledo.

 

Obras de ~: Cuanto a los jóvenes vale tener canas a su lado (adap. en verso de Telémaco de Fenelón), Madrid, Otero, 1787; Instrucciones político-militares para el soldado y el pueblo, Sevilla, Hidalgo, 1808; Rasgo político militar sobre las ocurrencias en el viaje de ida y vuelta desde Madrid a Astorga y León por el Coronel Cabello, mss., 1809; La Inquisición, 1811 (ms.); M. Marmontel, Los Incas, trad. de ~, París, Masson, 1822 (2 vols.); Mosaico gramatical en coloquios didascálicos, Madrid, Tomás Albán, 1824.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Madrid, CGD, “Rasgo Político-Militar del Coronel Cabello en su viaje desde Madrid a Astorga y regreso”. Rollo 61, Sig. 5-3-7-9; Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exp. C-113; Archivo General de Simancas (AGS), Secretaría de Guerra, leg. 7113.4; Archivo Histórico Diocesano de Madrid (AHDM), Parroquia de los Santos Justo y Pastor, Madrid, Libro de Difuntos nº 14, Años 1827-1838, “Partida de Defunción de don Francisco Cabello y Mesa”, 7 de diciembre de 1832, folio 106, Párroco don Martín Beltrán de Caicedo; Archivo Histórico Nacional (AHN), Estado, leg. 6.779; Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Madrid (AHPM), Notario Santiago Sánchez Marcos, Sig. 24.256, Protocolos de los Años 1832-1834. “Escritura de Manifestación de pobreza y Testamento de don Francisco Cabello y Mesa del 6 de diciembre de 1832”, folios 181 y 182; Archives Nationales, Police Générale, F 7/ Leg. nº 12.000, « Expediente policial francés de Francisco Cabello y Mesa”; National Archives, Sección Almirantazgo, sig. ADM-103-589, “Lista de Prisioneros de la Guarnición española de Montevideo”, 1807, ADM 103-242.

J. M.ª Gutiérrez, “La primera sociedad literaria y la primera revista del Río de la Plata”, en Revista del Río de la Plata, 1 (1871), págs. 125-137; J. Torre Revello, El libro, la imprenta y el periodismo en América durante la dominación española, Buenos Aires, Universidad, 1940; O. Beltrán, Historia del periodismo argentino, Buenos Aires, Sopena, 1943; J. Torre Revello, “Datos para la biografía del primer periodista porteño, Francisco Cabello y Mesa”, en Universidad, 21 (1949), págs. 101-122; O. Urquiza Almandoz, La cultura en Buenos Aires a través de su prensa periódica (1810-1820), Buenos Aires, Eudeba, 1972; P. Pérez Cantó, Lima en el siglo XVIII, Madrid, Universidad Autónoma - Instituto de Cooperación Iberoamericana, 1985; M. Molina Martínez, El Real Tribunal de Minería de Lima (1785-1821), Sevilla, Diputación, 1986; M. P. Martini, “Los suscriptores al Telégrafo Mercantil, primer periódico impreso de Buenos Aires”, en Páginas sobre Hispanoamérica colonial. Sociedad y cultura, 3 (1996), págs. 43-92; G. Carnero, “Un ejemplo de teatro revolucionario en la España napoleónica”, en Estudios sobre teatro español del siglo XVIII, Zaragoza, Universidad, 1997, págs. 197-214; M. P. Martini, Francisco Antonio Cabello y Mesa, un publicista ilustrado de dos mundos, Buenos Aires, Universidad del Salvador, 1998; A. García Fuertes, Rasgo político-militar del Coronel Cabello en su viaje desde Madrid a Astorga y regreso, marzo – julio de 1809. Una historia de periodistas, truhanes, espías, afrancesados, buscavidas, jueces, canallas, masones, policías, traidores, bonapartistas y algún que otro patriota…en el Perú, Buenos Aires, Londres, Madrid, Filadelfia y Astorga de las guerras napoleónicas, Buenos Aires, ed. Náutica, 2022; A. García Fuertes, “El diario del coronel Francisco Cabello y Mesa. Agente josefino en América. Las andanzas de un afrancesado entre Madrid y Astorga durante las guerras napoleónicas (abril-julio de 1809)”, en Revista Histopía, 4, 20 (junio de 2022), págs. 17-38.

 

Guillermo Carnero y Arsenio García Fuertes

Relación con otros personajes del DBE

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