Gómez y Cros, Antonio. Valencia, 1809 – Madrid, 17.II.1863. Pintor.
Pintor de historia, inició sus estudios de Pintura en la Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y completó su formación en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde fue uno de los más afamados discípulos de Vicente López y, como aquél, un excelente retratista. Fue socio del Liceo Artístico y Literario de Madrid. En 1846 fue nombrado pintor honorario de cámara de Isabel II. Perteneció a la Academia de Arqueología y Geografía. Desde 1835 participó en las exposiciones que anualmente se celebraban en la Academia de Bellas Artes de San Fernando y, desde 1856, en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, donde obtuvo una tercera medalla en 1860 y en 1862, así como diversos premios y menciones honoríficas. Por su cronología, pese a haberse formado con Vicente López y mantener muchos de sus rasgos estilísticos, debe ser considerado pintor isabelino, de modo que su obra no pudo quedar al margen del movimiento romántico. Sus contemporáneos exaltaron su capacidad como retratista, ya que es autor de excelentes efigies, de gran penetración psicológica y muy fieles al aspecto de los retratados, todos ellos en la estela artística de su maestro. Sobresalen los retratos de La condesa Carlota de Santamarca niña, firmado y fechado en 1854, cuando tenía dos años, Los señores de Marraci, General Espartero, General Manso, Doroteo Bachiller, Antonio Flores, Leandro Fernández de Moratín, María Cristina de Borbón con sus hijas, Las hijas del señor Ceriola, Antonio Rotondo, así como varios retratos de los diferentes miembros de su familia, entre ellos su madre, su hermano y varios autorretratos.
Otra faceta muy valorada del arte de Gómez Cros en su época fue su habilidad como pintor de historia y de asuntos religiosos, pues acertó a conectar bien con la piedad religiosa de Isabel II, para quien pintó El buen Samaritano, que se conserva en el palacio de Riofrío en Segovia. Siempre se movió dentro de un estilo un tanto académico en el dibujo, que asimiló bien las formas compositivas del clasicismo romano-boloñés, junto a procedimientos pictóricos aprendidos con Vicente López. Entre sus cuadros de historia más celebrados se han de destacar la Batalla de Otumba, pintado en 1852 por encargo de Isabel II para el Palacio Real, que tardó casi dos años en cobrar, pues consta que en 1854 se le adeudaban aún 50.000 reales de los 100.000 en que había contratado el óleo. Otros cuadros de historia interesantes son María de Molina presentando a su hijo, el rey Fernando, ante los segovianos, expuesto en 1856; Tobías conduciendo el cadáver del Ismaelita, La Virgen María con el niño Dios y San Juan, Daniel en el foso de los leones defendido por un ángel, adquirida para el Palacio Real, y El Ángel de la Guarda amparando a una niña del espanto que le produce la fealdad de la serpiente en representación del pecado. El lienzo dedicado a La batalla de Pavía, que muestra el momento en que el soldado Juan de Urbieta amenaza con su espada a Francisco I, fue pintado por encargo de Isabel II para el Congreso de los Diputados y estaba terminado y pagado (40.000 reales) en 1853; consta que figuró en la exposición nacional de 1856 e influyó mucho en otros artistas contemporáneos. Actualmente se conserva en el colegio de María Cristina de El Escorial; su falta de soltura y las envaradas actitudes de los personajes conecta bien con ciertos aspectos del primitivismo pictórico que gustaban mucho a los pintores del romanticismo. Degollación de los Santos Inocentes, cuadro de acentuada teatralidad, está fechado en 1855 y muestra bien las relaciones de Gómez Cros con el arte de Guido Reni; fue adquirido por el Estado para el Museo Nacional, de donde pasó al Prado y, en depósito, está ahora en la Universidad de Barcelona. Otros cuadros interesantes son La Hermosura y el Amor deteniendo al tiempo, Jardinera valenciana, Frutero valenciano, Hernán Cortés mandando poner los grillos a Moctezuma, óleo presentado en la Exposición Nacional de 1858 y adquirido por el Estado para el Museo Nacional, hoy en el Museo del Prado. También deben citarse su Cervantes escribiendo el Quijote y hollando con sus pies los libros de caballerías, que figuró en la Exposición Nacional de 1858 y está en paradero desconocido, Lucha de un perro y un gato en una cocina y San Joaquín educando a la Virgen. Nacimiento de Venus de la espuma del mar es cuadro al óleo fechado en 1860 que, inspirado en una poesía de Martínez de la Rosa, fue adquirido por el Estado con destino al Museo Nacional, de donde pasó al Prado y hoy está depositado en la Universidad de Barcelona. En 1860 tenía inconclusas unas Hijas del Cid, hoy en paradero desconocido. Otras pinturas dignas de ser destacadas son Hernán Cortés liberándose de dos indios que trataban de asesinarle, expuesta en 1862; San Juan Bautista predicando en el desierto y la Batalla de San Quintín, adquiridas ambas para el Palacio Real. Tres de sus óleos fueron premiados en las sesiones prácticas del Liceo Artístico y Literario: Ulises reconocido por su nodriza, Marina en calma y Apolo matando a la serpiente Pitón. Consta que fue pintor de cámara al servicio de Isabel II, para quien hizo, además de los ya señalados cuadros de historia, dos retratos oficiales de la Reina para la Diputación Provincial de Castellón y para el salón de actos de la que Ossorio llama Escuela Normal, que debió ser uno de sus últimos trabajos.
Como tantos otros pintores de su época fue un excelente dibujante y litógrafo y, ocasionalmente, pintor al temple de telones como el que había en el teatrito del Liceo de Madrid o las alegorías de la Poesía, la Música y la Zarzuela para la embocadura del teatro Jovellanos. También se conocen algunos trabajos como pintor decorador de murales y techos. Entre otras obras pintó una de las bóvedas del palacio de Oriente con una alegoría del nacimiento de Isabel II. En 1856 terminó el lienzo del techo del salón principal del Tribunal Supremo de Justicia de Madrid, formado por un óvalo en cuyo centro se representó a la Fortaleza como una matrona, llevando una maza en la diestra y un león a los pies. También pintó los cuatro ángulos para los lunetos de la bóveda del panteón de la familia de Juan José Vicente en el cementerio de San Luis, con el ángel de la vida sacando a un niño de la cuna, el ángel de la muerte con la antorcha apagada contemplando cómo muere un hombre, el juicio final y el desconsuelo de la familia y memoria de los que fueron en este mundo.
Murió en Madrid en 1863. Entre los discípulos a quienes formó destaca Ramón Vallespín.
Obras de ~: La condesa Carlota de Santamarca y Donato niña, Fundación Santamarca, 1854; Los señores de Marraci; General Espartero; General Manso; Doroteo Bachiller; Antonio Flores; Leandro Fernández de Moratín; María Cristina de Borbón con sus hijas; Las hijas del señor Ceriola; Antonio Rotondo; El buen Samaritano, palacio de Riofrío (Segovia); Batalla de Otumba, Palacio Real de Madrid, 1852; María de Molina presentando a su hijo, el rey Fernando, ante los segovianos, 1856; Tobías conduciendo el cadáver del Ismaelita; La Virgen María con el niño Jesús y San Juan; Daniel en el foso de los leones defendido por un ángel, Palacio Real; El Ángel de la Guarda amparando a una niña del espanto que le produce la fealdad de la serpiente en representación del pecado; La batalla de Pavía, colegio de María Cristina de El Escorial, 1853; La degollación de los Santos Inocentes, depositado en la Universidad de Barcelona por el Museo del Prado, 1855; Alegoría de la Fortaleza, techo del Tribunal Supremo de Justicia de Madrid, 1856; La Hermosura y el Amor deteniendo al tiempo; Jardinera valenciana; Frutero valenciano; Hernán Cortés mandando poner los grillos a Moctezuma, Museo del Prado, 1858; Cervantes escribiendo el Quijote y hollando con sus pies los libros de caballerías, 1858 (desapar.); Lucha de un perro y un gato en una cocina; San Joaquín educando a la Virgen; El nacimiento de Venus de la espuma del mar, depositado en la Universidad de Barcelona por el Museo del Prado, 1860; Hijas del Cid, 1860 (desapar.); Hernán Cortés liberándose de dos indios que trataban de asesinarle, 1862; San Juan Bautista predicando en el desierto; Batalla de San Quintín; Ulises reconocido por su nodriza; Marina en calma; Apolo matando a la serpiente Pitón; Retrato de Isabel II, Diputación Provincial de Castellón; Telón del teatro del Liceo de Madrid; fresco con la Alegoría del Nacimiento de Isabel II, Palacio Real de Madrid; Frescos del mausoleo de la familia Vicente, cementerio de San Luis de Madrid (desapar.).
Bibl.: M. Ossorio y Bernard, Galería biográfica de artistas españoles del siglo xix, Madrid, 1883-1884 (ed. facs., Madrid, Guiner-Gaudi, 1975), págs. 296-297; E. Arias Anglés, “Varios retratos de la familia Santamarca por Gómez Cros, López, Moreno Carbonero y Madrazo”, en Goya, n.os 167-168 (1982), págs. 279-284; C. Reyero, Imagen histórica de España, 1850-1900, Madrid, Espasa Calpe, 1987, págs. 100, 122, 170, 319- 320 y 344-345; R. Gil Salinas, “Un discípulo valenciano de Vicente López en Madrid: Antonio Gómez Cros”, en Saitabi, n.º 42 (1992), págs. 169-176; C. Reyero, “Los mitos cervantinos en la pintura y escultura. Del arrebato romántico a la interiorización noventayochista”, en VV. AA., Cervantes y el mundo cervantino en la imaginación romántica, catálogo de exposición, Madrid, Ayuntamiento de Alcalá de Henares, 1997, págs. 97- 116; C. Reyero y M. Freixa, Pintura y escultura en España, 1800-1910, Madrid, Cátedra, 1999, págs. 25-26; E. Alba Pagán, La pintura y los pintores valencianos durante la Guerra de la Independencia y el reinado de Fernando VII (1808-1833), Valencia, Servicio de Publicaciones de la Universidad, 2004.
Herbert González Zymla
