Como muchos de los primeros profesionales de la fotografía en España, José Albiñana provenía del mundo de la pintura en miniatura, oficio que compaginó con el de fotógrafo en su estudio de la calle Montera, donde trabajó con su hermano Salvador. A finales de los años cuarenta del siglo XIX se convirtió en uno de fotógrafos más activos de su generación, dedicado sobre todo al género del retrato, practicando tanto el daguerrotipo como la fotografía sobre papeles a la sal. Se sabe que en 1849 obtuvo los retratos al daguerrotipo del rey Francisco de Asís y de la reina madre, María Cristina de Borbón, solicitando por ello, en diciembre de ese año el, hasta esa fecha, inédito título de “retratista de Cámara al daguerrotipo”.

Tal rango le fue concedido de manera honorífica en febrero de 1850, iniciando lo que sería una fructífera relación profesional con la Corona a lo largo de la década de los cincuenta, y que cesaría al comenzar la siguiente. De la producción como daguerrotipista de Albiñana sólo se puede referir dos ejemplares panorámicos ligados a la casa real. Uno, conservado en el palacio real de Madrid, con la fachada principal del Real Museo de Pintura y Escultura; una placa completa firmada y fechada en octubre de 1851. El otro daguerrotipo, con el mismo tamaño, se conserva en la colección de la marquesa de Santa Cruz, y muestra la fachada principal del que fuera palacio de la Reina Gobernadora, María Cristina de Borbón, en la calle de las Rejas (actualmente calle de la Bola). La placa está igualmente firmada por Albiñana el 22 de febrero de 1851. [...]