Monfort, Bartomeu. Valencia, c. 1470 – p. m. s. XVI. Jurista y asesor de la Germanía de Valencia.
Hijo de un acaudalado mercader de la elite comercial de la ciudad de Valencia, recién finalizados sus estudios de Leyes, consiguió hacerse con una selecta clientela gracias a las excelentes relaciones de su familia con personajes influyentes. Se casó con Ángela Almenara, hija del también mercader valenciano Jaume Almenara. El renombre alcanzado por Monfort como brillante jurista entre los estamentos privilegiados de la ciudad que se disputaban sus servicios le proporcionó unos ingresos considerables que fueron invertidos en la compra de inmuebles, en deuda pública de la ciudad y en conceder préstamos a particulares, los llamados “censales”. Entre sus censatarios se encontraban personajes tan relevantes como el conde de Cocentaina o el almirante de Aragón. Poseía una mansión y varias casas en Valencia y una espléndida alquería en la huerta.
En los prolegómenos de la Germanía —julio de 1519—, y por miedo a la peste declarada en la capital, se refugió en la población castellonense de Betxí.
Fue a su regreso a Valencia, en septiembre del mismo año, cuando estableció un primer contacto con el movimiento agermanado, cuyos líderes, debido a su prestigio, habían pensado en él como asesor idóneo.
Monfort vaciló en aceptar esta colaboración, pero al fin lo hizo a ruegos de sus poderosos e influyentes clientes, especialmente de algunos nobles y del prior de los dominicos, Joan Lluís de Castellolí, los cuales esperaban que, con su autoridad, consiguiera moderar las reivindicaciones populares. En la embajada de los agermanados ante Carlos V, en enero de 1520, el Monarca nombró a Bartomeu Monfort y Jerónimo Soriano abogados del pueblo. No obstante, poco tiempo después, debido a la presión del algunos integrantes del estamento militar que les acusaban de parcialidad manifiesta hacia los agermanados, Monfort, al igual que Soriano, decidió renunciar a sus cargos.
El regente del Consejo de Aragón, García Garcés, llegado a Valencia a instancia de los agermanados cumpliendo órdenes expresas del Emperador, ratificó a los dos juristas como abogados del pueblo.
Monfort nunca se inscribió en la Germanía ni fue su ideólogo; sólo fue su asesor jurídico y participó en la redacción de la mayor parte de los documentos emanados de la Junta de los Trece. Mientras estuvo al servicio de los líderes agermanados procuró que la moderación presidiese sus decisiones. Uno de sus primeros éxitos en este sentido fue conseguir que la Junta de los Trece promulgase unas ordenanzas para reglamentar el caótico armamento del pueblo. Respecto a la reivindicación agermanada de formar parte del ejecutivo municipal por medio de dos jurados elegidos entre los artistas y menestrales, fue Monfort el que proporcionó la posible vía legal para ello recuperando un antiguo privilegio de Pedro III de Aragón.
En esta pretensión sí que apoyó, sin reservas, la causa agermanada por considerarla justa. Sin embargo, al mismo tiempo y en secreto, se esforzó en impedir que el Colegio de Notarios de Valencia se adhiriese a la revuelta. La expulsión del virrey, Diego Hurtado de Mendoza, de la ciudad por los agermanados provocó en Monfort el temor a que se le acusara de ser el inductor de la creciente radicalización del movimiento, suplicando al virrey ser relevado de su cargo de abogado del pueblo, pero su petición no fue aceptada.
Condenó públicamente la abolición de los impuestos y los ataques a las morerías, lo que le puso en el punto de mira de los agermanados radicales.
No encontrándose seguro en la capital, se refugió por un tiempo en Moncada. En abril de 1521 volvió a Valencia, donde tuvo que sufrir las afrentas e insultos de los radicales que lo acusaban de mascarat, traidor a la Germanía. En mayo el virrey, al fin, aceptó la dimisión de Monfort como abogado del pueblo. Inmediatamente se dirigió a Onda, donde se incorporó al ejército realista del duque de Segorbe, tomando parte en la decisiva batalla de Almenara en la que los agermanados sufrieron una severa derrota.
Se integró después en el ejército que el virrey reunía en Nules, al tiempo que prestaba fondos para el mantenimiento de las tropas. En septiembre de 1521 fue enviado por el virrey a Cataluña con la misión de informar a las autoridades del Principado de los crímenes de la Germanía, instar a los oficiales reales a esforzarse en mantener aquel territorio fiel al Emperador y apresar los rebeldes fugitivos. A su regreso a Valencia decidió dedicarse a su oficio de jurista, renunciando a cuantos cargos y misiones oficiales le ofrecieron.
Con la represión iniciada por la nueva virreina Germana de Foix, a partir de enero de 1524, Monfort fue acusado criminalmente de ser el instigador de la revuelta agermanada y, declarado culpable, condenado a muerte. Pero, finalmente, gracias a sus poderosas influencias, se le conmutó la pena capital por el pago de una multa que alcanzó la considerable suma de 10.000 ducados.
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Vicente J. Vallés Borràs
