Lledó, Joan. ?, ú. t. s. xv – p. m. s. xvi. Sombrerero y dirigente de la Germanía de Valencia.
Fue miembro de la primera Junta de los Trece de la Germanía elegida en octubre de 1519. Incondicional de Guillem Sorolla —uno de los fundadores de la Germanía y partidario del radicalismo—, en los inicios de la revuelta era conseller de la ciudad de Valencia.
Promovió la denuncia que los consellers agermanados presentaron —12 de marzo de 1520— contra los jurados por su pésima gestión en el gobierno municipal.
Partidario acérrimo de la elección de jurados del pueblo, amenazó a los miembros del Consell Secret advirtiéndoles que, si apreciaban sus vidas, no intentasen impedir la elección de jurados tal como la deseaban los agermanados. Fue uno de los organizadores, junto a Sorolla, de los tumultos que provocaron la huida del virrey de la capital.
En agosto de 1520 fue elegido coronel por la Junta de los Trece para dirigir la expedición agermanada contra las tierras del vizconde de Chelva, el cual se había atrevido a ajusticiar, sin proceso, a un síndico de la Germanía. Aunque los líderes moderados eran contrarios a la intromisión de la Germanía en la jurisdicción nobiliaria, la multitud, instigada por los radicales, saqueó e incendió el palacio del vizconde en Valencia antes de partir hacia Chelva. Cuando las tropas de la Germanía llegaron a esta población, Joan Lledó entregó las llaves del castillo señorial al subrogado de gobernador Gaspar Rosell —en representación del Monarca—, el cual, a su pesar, ordenó colocar las armas reales en el castillo y en las puertas de las murallas de Chelva, entregándose inmediatamente los agermanados al pillaje. El ejército entró en Valencia con ramos de olivo, símbolo de su victoria. Sin embargo, los moderados recriminaron a los oficiales de las tropas su actuación, porque este saqueo enfrentaba abiertamente a la Germanía con la nobleza. Debían haberse limitado a apresar al vizconde para que respondiese ante la justicia de su proceder y no destruirle el señorío.
Lledó esgrimió por excusa la nula disciplina de las tropas, aunque no se arrepentía en absoluto del saqueo, ya que la violencia en él demostrada de seguro habría de provocar en los nobles un mayor respeto hacia la Germanía.
Tras la orden de la virreina Germana de Foix de proceder criminalmente contra los principales dirigentes agermanados, Lledó se refugió en la localidad catalana de Cardona.
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Vicente J. Vallés Borràs
