Baumann, Romualdo. Romualdo de Friburgo. Friburgo (Alemania), 21.I.1720 – Corneto (Italia), c. VII.1792. Religioso capuchino (OFMCap.).
Ingresó en el convento de los capuchinos de Friburgo, su ciudad natal, en 1739, a los diecinueve años de edad y llegó a ser lector de Teología. Desde 1754 residió en Roma, tras haber sido enviado por su provincial como secretario de la Nación Germánica. Del mismo modo, la provincia alemana de los capuchinos aprovechó su presencia en Roma para designarle como uno de los dos representantes en el capítulo general reunido para la elección de nuevo general, por primera vez en 1761 y luego en 1768. Allí llamó la atención del general de la Orden, el español Pablo de Colindres, elegido en 1761, que lo nombró su secretario personal. Durante esta estancia en la ciudad del Tíber, fray Romualdo tuvo sus primeros contactos con el fraternum foedus, una especie de comunidad cristiana de hermanos y hermanas, tanto seglares como eclesiásticos, que se proponían una práctica de la vida espiritual y material inspirada en la caridad y en la ayuda mutua, y que tenían su sede en una iglesia próxima a la residencia de fray Romualdo. En 1768 regresa a Alemania, y es designado prior del convento de capuchinos de Brisach.
Su ánimo inquieto le llevó a establecerse en una parroquia cercana, con el consentimiento de su párroco, un fraternum foedus. Precisamente se hallaba inmerso en su gestión cuando, a finales de 1769, el general de su orden le indicó que debía marchar a España, junto a otros compañeros, para suministrar el alimento espiritual necesario a los colonos centroeuropeos que se estaban estableciendo en las Nuevas Poblaciones. De este modo llegó a La Carolina (Jaén) en mayo de 1770 y fue destinado por Pablo de Olavide para atender a dicha colonia. Allí participó en no pocas ocasiones de las tertulias organizadas por el mencionado superintendente, individuo contra el que iría acumulando un profundo rencor. Tanto es así que muy poco tardó en delatarlo por primera vez ante el Tribunal del Santo Oficio. Denuncias iniciales que pudieron ser frustradas por los excelentes contactos que Olavide mantenía en la corte madrileña. Pero en 1775 la situación era bastante diferente, y sus acusaciones comenzaron a tenerse en cuenta. Tanto es así, que constituirían el principal argumento para su proceso inquisitorial y posterior sentencia condenatoria.
Ahora bien, el carácter malicioso de este fraile capuchino no pudo ser pasado por alto por las autoridades españolas. Tras el clima de sedición generalizada que provocó en todas las nuevas poblaciones durante 1776 (año en el que fray Romualdo huyó ocultamente), el gobierno decidió la expulsión inmediata de todos los capuchinos presentes en ellas. Pero fray Romualdo no se dio por vencido y durante algunos años más, desde Roma, siguió manteniendo contacto con algunos colonos; ya que al parecer también había logrado implantar secretamente en las nuevas poblaciones su proyecto del fraternum foedus, aunque ahora bajo el nombre de marianum foedus.
Bibl.: V. Palacio Atard, Las Nuevas Poblaciones andaluzas de Carlos III. Los españoles de la Ilustración, Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1989, págs. 52-54; M. Defourneaux, Pablo de Olavide. El afrancesado, trad. de M. Martínez Camaró, Sevilla, Padilla, 1990; C. Sánchez-Batalla Martínez, La Carolina y sus colonias gemelas en el entorno de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena. Prehistoria a 1835, vol. III, Jaén, Caja Rural de Jaén, 2001.
Adolfo Hamer Flores
