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Juan Andrés Navarrete

Biografía

Andrés Navarrete, Juan. Ortigosa de Cameros (La Rioja), 21.II.1730 – 17.X.1809. Jesuita (SI) expulso, humanista y biógrafo.

Conocido también como Navarrete, no debe confundirse con el valenciano y gran crítico literario Juan Andrés y Morell. Ingresó en la Compañía el 22 de febrero de 1745 en el noviciado de Villagarcía de Campos (Valladolid), donde estudió “las lenguas eruditas, la filosofía y la teología” (Hervás). Se ordenó sacerdote en 1754. Era ministro del Colegio de Pontevedra en 1755. Luego, fue profesor de Latín y Griego en Villagarcía, donde hizo los últimos votos el 15 de agosto de 1763 y, asimismo, preparó sus ediciones escolares de clásicos, repetidamente editadas. También publicó las adaptaciones de la Prosodia del jesuita y astrónomo Giovanni Battista Riccioli (Ferrara, 1598 – Bolonia, 1671), del De Arte Rhetorica de Dominique de Colonia (Aix-en-Provence, 1660 – Lyon, 1741) y Joseph de Jouvancy (París, 1643 – Roma, 1719), y la del humanista Cipriano Soares.

El decreto de expulsión de 1767 lo sorprendió en el Colegio de San Albano de Valladolid, donde “enseñó a los jesuitas la retórica y las lenguas griega y hebrea, y la teología dogmática en el colegio inglés de Valladolid” (Hervás). En el destierro italiano, vivido siempre en Bolonia, salvo el primer año (1767-1768) en Córcega, compuso De viris illustribus, biografías fraternales de los jesuitas castellanos fallecidos en Italia. Retornó a España en 1798 y, pudiendo eludir el nuevo destierro de 1801, falleció en su pueblo natal.

Todas sus obras están escritas en latín, incluida una biografía del padre Francisco Javier Idiáquez, que publicó en Bolonia en 1797, excepto el volumen anónimo de Poesías jocosas, compuestas antes del destierro (1759-1764), en el que pone en solfa la actividad de los malos poetas, bajo el ropaje de personajes grecolatinos (Apolo, Ovidio, etc.), que tan bien conocía por sus traducciones y docencia de las Humanidades.

Humanista, historiador y traductor, Hervás destaca los dos tomos De viris illustribus in Castella, pero Menéndez y Pelayo se fija en la delicadeza de su estilo, con el que editó e ilustró, con notas y comentarios castellanos, las Pónticas de Ovidio y tradujo a Quinto Curcio.

Hoy se valora, sobre todo, la faceta de biógrafo de sus De viris illustribus in Castella, en cuyo primer tomo se contienen las vidas de dieciséis jesuitas castellanos, como Agustín Cardaveraz y Pedro Calatayud.

Junto con el Diario de Luengo, estos dos tomos son una importante fuente para conocer las biografías de los más importantes ex jesuitas de la provincia de Castilla. El último ex jesuita biografiado es el padre Idiáquez, líder de los expulsos castellanos, quien cierra el volumen II, biografía que fue ampliada en tomo individualizado y publicado en 1797. En el primer tomo se presentan solamente los compendios de vidas de jesuitas castellanos que murieron fuera de España y antes de la extinción de la Compañía (desde el 3 de abril de 1767 hasta el 16 de agosto del año 1773); y no se guarda otro orden en ellos que el de la muerte de los mismos jesuitas.

En 1793 el padre Luengo reseña elogiosa y ampliamente la aparición de este primer volumen, cuya obra “se empezó a formar habrá tres o cuatro años [...].

Ya ha dos meses que anda este primer tomo en las manos de los muchos españoles que hay en Bolonia y de no pocos italianos, y se ha oído bastante sobre él a unos y otros para poder asegurar que se ha leído con muy particular gusto y aún con la admiración; y que el modo común de hablar de los españoles es que excede a todo lo que se ha escrito sobre este asunto, aunque no ha sido poco, y todo ello con buen gusto y con elegancia. Más elevado elogio ha hecho de él con publicidad un jesuita italiano que protesta que tiene obligación, y casi vanidad, de entender y de poder juzgar en esta materia; pues le llama francamente el Nepote christiano”.

Luengo alaba el estilo elegante, “tan culto y tan gracioso”, de Navarrete: “En la propiedad de la frase, la naturalidad y perspicuidad en la narración, la gracia, hermosura y fineza en todas las expresiones y todas las demás bellezas propias de este género de escritos son, no sólo buenas, sino también singulares”. Destaca el rigor y veracidad de los hechos narrados: “El padre Navarrete protesta con toda seriedad, como hacen por lo común todos los que escriben historias, que nada dirá que no sea acierto y bien averiguado. Pero ha cumplido, y muy a costa suya, como muy pocos esta su promesa. Es inexplicable la diligencia, solicitud, exactitud y nimiedad de este padre en averiguar los sucesos y cosas que había de escribir, y las más menudas y despreciables circunstancias de ellas. De suerte que en muchas ocasiones nos daba pena y causaba compasión al verle tan afamado y perder días enteros en averiguar, preguntando a muchos, alguna circunstancia de poca monta, como, por ejemplo, si de esta parte o aquella había cuatro millas o sólo tres, y a este modo otras muchas. Juzgo, por tanto, que en la verdad, puntualidad y exactitud de las cosas referidas, que son propiamente el alma y sustancia de las historias, pocas de éstas, hablando de las humanas, igualan y acaso ninguna excede a esta colección de compendios de vidas de algunos ilustres jesuitas castellanos, escrita por el no menos diligente, exacto y verídico que elocuente y culto, Juan Andrés Navarrete”.

 

Obras de ~: P. Ovidii Nasonis De Ponto libri IV, argumentis et notis hispanicis illustrati a P. Joanne Andrea Navarrete e Soc. Jesu, in usum Schol. ejusdem Soc., Villagarcía, Typis Seminarii, 1756 (1759, 1766); Homeri Batrachomyomachia, Villagarcía, 1759; Aesopi fabulae grammatica singularum vocum explicatione illustratae, Villagarcía, 1761 (1766); Opuscula graeca, Villagarcía, 1761; De Viris illustribus in Castella Veteri Soc. Iesu ingressis et in Italia extinctis, Bolonia, 1793-1797, 2 vols.; Vita Francisci Xavierii Idiaquezii, Ducum Granatae ad Egam [...], auctore Joanne Andrea Navarrete, Bolonia, 1797; Poesías jocosas (1759-1764), (Biblioteca Nacional de España, ms. 3772) s. f.

 

Bibl.: M. Luengo, Diario de la expulsión de los jesuitas de los Dominios del Rey de España, al principio de sola la Provincia de Castilla la Vieja, después más en general de toda la Compañía, aunque siempre con mayor particularidad de la dicha provincia de Castilla, t. XXVII, s. l., 1793, págs. 457-463; C. Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie de Jesus, vols. V y XII, Bruxelles- Paris, O. Schepens-A. Picard, 1890, cols. 1597 y 605-607, respect.; J. E. Uriarte y L. M. Lecina, Biblioteca de Escritores de la Compañía de Jesús pertenecientes a la antigua Asistencia de España, vol. I, Madrid, Imprenta Viuda de López del Horno, 1925, págs. 213-214; M. Cascón, Los jesuitas en Menéndez y Pelayo, Santander, Santarén, 1940, pág. 569, n.º 676; F. Aguilar Piñal Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas - Instituto Miguel de Cervantes, 1981, pág. 271; C. Pérez Picón, Un colegio ejemplar de letras humanas en Villagarcía de Campos, Valladolid, 1983, págs. 112, 118, 174-176; A. Astorgano Abajo, “Meléndez Valdés y la enseñanza de las Humanidades en las preceptorías de gramática”, en Bulletin Hispanique (Burdeos), 103-1 (junio de 2001), págs. 75-125; J. Escalera, “Andrés Navarrete, Juan”, en Ch. E. O’Neill y J. M.ª Domínguez (dirs.), Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, Roma-Madrid, Institutum Historicum Societatis Iesu-Universidad Pontificia de Comillas, 2001, pág. 163; L. Hervás y Panduro, Biblioteca jesuítico-española, est. intr., ed. crítica y notas de A. Astorgano Abajo, Madrid, Libris Asociación de Libreros de Viejo, 2007, págs. 402-405.

 

Antonio Astorgano Abajo