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Jerónimo Valdés y Sierra

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Biografía

Valdés y Sierra, Jerónimo. Conde Torata (I). Villarín, Veigas, Somiedo (Asturias), 4.V.1784 – Oviedo (Asturias), 14.IX.1855. Hijo de Francisco Antonio Valdés Noriega y de Antonia Sierra.

Al estallar la Guerra de la Independencia, siendo ya bachiller en Derecho Civil y Canónico, fue nombrado capitán en el Regimiento de Cangas de Tineo, el 18 de junio de 1808. Tomó parte en las operaciones del Ejército de la Izquierda, peleando en las acciones de Balmaseda, Espinosa de los Monteros y San Vicente de la Barquera (5, 10 y 19 de noviembre), retirándose con su regimiento a Asturias. Al año siguiente, combatió en las acciones de Molleda (18 de febrero de 1809), Barcas de Henguera, Peña Castilla, puente de Santa Lucía y Cabezón de la Sal (26 de agosto). Formando parte de la división de Ballesteros e incorporado al ejército del duque del Parque, asistió a las batallas de Medina del Campo y Alba de Tormes (23 y 29 de noviembre).

En marzo de 1810, fue nombrado ayudante de campo de Ballesteros, en cuyo empleo sirvió hasta julio de 1812. A su lado combatió en las acciones de Ronquillo (26 de marzo de 1810), Aracena (26 de mayo), Cantalgallo (11 de agosto), Guadalcanal (1 de enero de 1811), Castillejos (25 de enero), en los dos ataques sobre el río Tinto: acción de Villalta y ataque a Fregenal y a Jerez de los Caballeros (13 y 14 de abril) y en la batalla de la Albuera (16 de mayo), recibiendo el grado de teniente coronel, en la promoción del 26 de ese mismo mes.

Pasó luego con el 4.º Ejército a Algeciras, combatiendo en Jimena, el 5 de septiembre, y luego al frente de un destacamento de doscientos infantes y el Regimiento de Dragones de Madrid, operó en la Hoya de Málaga, peleando en Yunquera, Monda y Coín. En noviembre se encargó del mando e instrucción del 2.º Batallón Provisional de la Sierra. El 9 de diciembre, desembarcó con dicho cuerpo en la retaguardia francesa, interceptando un convoy y obligándoles a evacuar el campo de Gibraltar. Combatió luego en Puerto Ogen, figurando luego en la expedición del brigadier Pedro Cortes a Ronda. Asistió al combate de Campillo y acción del Burgo (23 y 29 de abril de 1812), así como en el ataque a Málaga y a la sorpresa de Osuna (14 y 24 de julio), cesando en ese mismo mes como ayudante de campo de Ballesteros. El 13 de julio de 1812, fue nombrado 2.º ayudante mayor y dos meses más tarde, ascendió a primer sargento mayor del Regimiento de Castropol (17 de septiembre) y a su teniente coronel, el 21 de diciembre siguiente, en el que permaneció hasta la disolución de ese regimiento en 1815.

El 14 de enero de 1816, fue destinado a petición propia al Virreinato de Perú, embarcándose en Cádiz, el 8 de mayo, en compañía del mariscal de campo José de la Serna, incorporándose a sus órdenes en el Ejército del Alto Perú, el 13 de noviembre de ese año, asistiendo a la reconquista de Tarija.

Fue nombrado subinspector de ese ejército, con cuyo empleo asistió a la campaña de Jujuy y Salta, recibiendo el grado de coronel, el 23 de enero de 1817. Se halló en las escaramuzas del 13 al 15 de abril y en la expedición a Cerrillos y Silleta, el 1 de mayo. Figuró luego en la retirada de Salta, el 5 y 6 de mayo, cubriendo la retaguardia y luego en la acción del Comedero, cerca de Jujuy, el 19 de mayo, cubriendo la retirada hasta Tupiza. Ascendió a coronel efectivo, el 9 de octubre del mismo año, confirmado posteriormente por Real Orden del 12 de noviembre de 1818.

El 1 de enero de 1818, pasó a la vanguardia en Huamahuaca, marchando a las órdenes de Olañeta sobre Jujuy, hallándose en la acción de los ríos León y Reyes y en la entrada a dicha ciudad (12 y 13 de enero). En mayo efectuó una expedición a Santa Victoria y en julio a las Salinas. En enero de 1819, marchó a las provincias de Oruro, La Paz y Cochabamba, derrotando al caudillo Centeno. En septiembre de ese año, mandó la división situada en Oruro, dispersando a las guerrillas de los valles de Mora y Cochabamba.

En marzo de 1820, se halló en la sorpresa y ataque de Humachumada y en mayo participó en la campaña sobre Salta, tomando parte en las acciones de la Cabaña (26 de mayo): Portachuelo, Chamical, Río de Pasajes, Altos del Rosario y Cerrillos (1, 2, 4, 6 y 8 de junio) y retirada sobre Salta. Pasó seguidamente a Oruro, en donde tomó el mando de las tropas allí reunidas, marchando a su frente a Lima, de orden del virrey Pezuela, siendo nombrado comandante general de la vanguardia, combatiendo en Chancay (8 de noviembre), Pescadores y Pampa de Retes. El 2 de enero de 1821, se halló en la acción de Chancay y cañoneó con la escuadra de lord Cochrane.

Maestro venerable de la Logia Central La Paz Americana del Sud, fue uno de los principales instigadores, junto con Canterac, del motín de Aznapuquio (28 de enero de 1821), que forzó la destitución del virrey Pezuela, nombrando en su lugar a La Serna.

El 9 de febrero, mantuvo conversaciones en Torre Blanca, con los delegados de San Martín, sin llegar a ningún acuerdo. En marzo, siguiendo instrucciones del nuevo virrey, marchó a la sierra, combatiendo en Huarochiri, puente de Soquenos, puente de Concepción, Antara y en Cauta, así como en los altos de Santa Eulalia y después en las acciones de Tauripampa y Pinos (27 y 30 de julio) y en los Altos de Laraos. El 1 de agosto, regresó a Lima, combatiendo en las acciones de San Borja, Villa-Vista, Chacaralta, Bocanegra, Parahucio y Callero (9, 10, 11, 19, 24 y 27 de septiembre).

Ascendió a brigadier de Infantería, el 22 de febrero de 1822, marchando de jefe de estado mayor del Ejército del Alto Perú, combatiendo contra las partidas de las localidades de Lucana y Panisococha. Sorprendió luego en Quera, a parte de la división peruana de Tristán. Se dirigió luego a La Paz, derrotando en tres ocasiones a los sublevados, marchando desde allí a Arequipa, a hacerse cargo del Ejército del Sur. Mandando dicho ejército derrotó completamente al Ejército de Alvarado en Torata y Moquegua (19 y 21 de enero de 1823), resultando herido y siendo promovido a mariscal de campo, el 1 de febrero siguiente. Se dirigió seguidamente a Huancayo, bajando a Lima, batiéndose en Cordillera, Lerin y Chancay, regresando con su división a Cuzco. Posteriormente derrotó a Santa Cruz en la batalla de Cepita (25 de agosto de 1823), siéndole concedida posteriormente la Gran Cruz de San Fernando, con fecha 14 de diciembre de 1824. Como jefe de estado mayor, asistió a los combates de Oruro, Sica-Sica y Viacha (12, 17 y 18 de septiembre). Marchó luego a la costa sur, en donde obligó a reembarcarse a una expedición procedente de Chile, mandada por el general Pinto.

Miller, que combatió contra él, le consideraba el alma del Ejército español, señalando que “la actividad de este jefe, su renuncia voluntaria a toda clase de comodidades y la manera ejemplar que compartía las fatigas y privaciones con sus soldados, unido a su imparcial severidad [...] produjo los efectos mas provechosos entre sus tropas y le granjeo el respeto y la admiración hasta de sus enemigos”.

La rebelión de Olañeta en el Alto Perú le obligó a marchar desde Arequipa a Potosí, librando varios combates contra los rebeldes. Firmó el acuerdo de Tarapaya, el 9 de marzo de 1824, aunque todavía tuvo que combatir contra José María Valdés el Barbarucho, lugarteniente de Olañeta, derrotándolo en julio en Tarabuquillo y luego en Cotagaita, haciéndolo prisionero, así como al coronel Guillermo Marquiegui, pero las noticias de la derrota de Junín, le forzaron a marchar a Cuzco.

A las órdenes de La Serna, tomó parte en la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, mandando el ala derecha, siendo incluido en la capitulación, embarcándose en Quilca para Burdeos, regresando a España en 1825, quedando destinado de cuartel en Vitoria, según Real Orden del 26 de septiembre.

El 3 de marzo de 1826, fue nombrado comandante de armas de Álava, hasta el 9 de septiembre de 1827, que pasó como 2.º cabo de la Capitanía General de Aragón, ordenándosele, el 2 de octubre, marchar a Cataluña, para combatir contra los sublevados. El 29 de septiembre de 1828, fue nombrado subinspector de los Voluntarios Realistas de Aragón, cargo que ocupó hasta el 15 de mayo de 1829, en que fue destinado de cuartel, primero a Asturias y luego a Madrid (19 de febrero de 1830).

En 1831, le fue concedida la Gran Cruz de San Hermenegildo, siendo al año siguiente (26 de octubre de 1832) nombrado gobernador de Cartagena, en donde tuvo que desarmar a los Voluntarios Realistas de esa plaza, Murcia, Orihuela y Lorca. El 29 de junio de 1833, recibió la Gran Cruz de Isabel la Católica, siendo ascendido a teniente general, el 22 de noviembre de ese mismo año. Le fue confiado el mando del Ejército del Norte, reuniendo en Burgos parte de sus tropas, con las que combatió contra las partidas del cura Merino y de Cuevillas.

El 28 de noviembre, se hizo cargo de su ejército en Bilbao, dispersando al día siguiente a los carlistas en el valle de Arratia y al mes siguiente en Huarte-Araquil (13 de diciembre), ocupando Guernica (26 de diciembre) continuando sus acciones en Senarruza, Alsasua, Monreal de Navarra (1, 19 y 23 de enero de 1834) y seguidamente en Huesa y Contrasta (3 y 17 de febrero), contra Zumalacárregui, combatiendo contra los carlistas hasta el 18 de febrero de 1834, en que cesó en el mando, entregándolo al general Quesada.

Fue capitán general de Valencia, desde el 3 de abril de 1834, hasta el 21 de febrero de 1835, durante cuyo gobierno realizó, una campaña contra las partidas carlistas que operaban en el Maestrazgo. Fue llamado a Madrid, para encargarse de la cartera del Ministerio de la Guerra, en el gobierno de Martínez de la Rosa, tomando nuevamente el mando del Ejército de Operaciones, combatiendo contra Zumalacárregui en las Amezcuas (22 de abril), entrando seguidamente en Estella, suscribiendo poco después, el Tratado de Elliot (27 de abril), que regulaba y humanizaba la guerra.

Desmoralizado por el estado del ejército y falta de resultados, fue partidario de solicitar la intervención de Francia, para finalizar la guerra. Presentó nuevamente su dimisión, entregando el mando al general La Hera, el 24 de junio, retirándose a Madrid, sucediéndole en la cartera de guerra el teniente general Girón (quien en sus Recuerdos es sumamente crítico con Valdés), marchando seguidamente a Cartagena, en situación de cuartel. En 1836 fue elegido diputado a Cortes por Oviedo, que no pudo aceptar a causa de salud. Fue senador por Valencia en 1837 y 1838.

Nombrado capitán general de Galicia, ocupó ese gobierno desde el 22 de junio de 1838, hasta el 15 de febrero de 1839, que fue nombrado comandante general de la Guardia Real. Manteniendo ese mando, fue nombrado capitán general de Cataluña (5 de junio de 1839), combatiendo contra los carlistas, recibiendo, el 9 de diciembre, la Gran Cruz de Carlos III, cesando en su gobierno y regresando a Madrid para continuar con la Guardia Real. El 11 de junio de 1840, mandó las fuerzas que acompañaron a la Reina Regente a Barcelona, cediendo el mando al duque de la Victoria, el 12 de julio, para encargarse de la Inspección General de Milicias Provinciales.

El 5 de enero de 1841, le fue concedida licencia para contraer matrimonio con María de los Dolores Héctor. Fue nombrado capitán general de la isla de Cuba, el 5 de noviembre de 1840, desembarcando en La Habana, el 7 de marzo de 1841, durante su gobierno tuvo que hacer frente a tres sublevaciones de la gente de color. Asimismo, se realizaron obras civiles (ampliación del ferrocarril, faros, etc.) y de fortificación en La Habana, efectuando un censo de la población de la isla en 1841. Promulgó en 1843, el Bando de Gobernación y Policía, para el buen tratamiento de los esclavos. Tuvo serias dificultades con el cónsul ingles en La Habana, David Turnbull, ardiente abolicionista. Ocupó ese gobierno hasta el 11 de septiembre de 1843, dejando fama de un gobernante integro y capaz. A su regreso a España, no volvió a ocupar otro empleo, quedando en situación de cuartel, hasta el 6 de mayo de 1855, que fue nombrado director y comandante general del Cuartel de Inválidos. El 9 de junio de 1849, la reina Isabel II le concedió el título de conde de Torata, con la denominación de Villarín.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Célebres, Caja 66, exp. 7; Archivo General de Palacio, Registro de la Estampilla, 1824.

J. Gómez de Arteche, Guerra de la Independencia, t. X, Madrid, Imprenta y Litografia del Depósito de la Guerra, 1883; J. de la Pezuela, Memoria de Gobierno 1816-1821, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1947; J. R. Rodil, Memoria del Sitio del Callao, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano- Americanos, 1955; P. A. Girón, Recuerdos, (1778-1837), Pamplona, Ediciones de la Universidad de Navarra, 1978- 1981; E. Bidondo, La Guerra de la Independencia en el Alto Perú, Buenos Aires, Círculo Militar, 1979; El coronel Juan Guillermo Marquiegui, Madrid, Servicio Histórico Militar, 1982; A. Pirala, Historia de la Guerra Civil y de los partidos liberal y carlista, ts. I y II, Madrid, Turner, Historia 16, 1984; L. Marrero, Cuba: Economía y Sociedad, Madrid, Editorial Playor, 1983-1987; V. de Cadenas, Extractos de los expedientes de la Orden de Carlos III, t. XIII, Madrid, Editorial Hidalguía, 1988; Servicio Histórico Militar, Guerra de la Independencia, t. VI-2, Madrid, Librería Editorial San Martín, 1994; A. Grasset, Málaga, Provincia Francesa (1811-1812), Málaga, Universidad, 1996; J. de la Pezuela, Manifiesto en que el virrey del Perú refiere el hecho y circunstancias de su separación del mando, Madrid 1821, León, Universidad, 2003; J. Miller, Memorias del general Miller, Madrid, Espasa Calpe, 2010.

 

Alberto Martín-Lanuza