López de Mendoza y Manrique, Íñigo. Marqués de Almenara (I). ?, p. m. s. XVI – Zaragoza, 7.VI.1591. Agente del Rey.
Íñigo López de Mendoza fue hijo de Gaspar de Mendoza y de la Cerda y de Isabel de Luna, hija de Manrique García de Lara. Su padre era hermano del II conde (luego príncipe) de Mélito, que fue virrey de Aragón (1554-1556), y de Mencía de Mendoza, que casó con el II conde de Chinchón, por lo que él fue primo carnal de sus respectivos descendientes: la princesa de Éboli y el III conde de Chinchón. La relación con la princesa se enturbió por la pretensión de Íñigo de Mendoza de poseer una parte del mayorazgo fundado por su bisabuelo, el cardenal Mendoza. Resuelto el litigio a su favor en los tribunales, Felipe II, además, le creó marqués de Almenara y le otorgó un hábito de la Orden de Santiago.
Muy distinta fue su relación con Chinchón, pues a instancias de éste en 1587 fue nombrado agente del Rey en Aragón para actuar en el pleito del virrey extranjero abierto ante la Corte del justicia. Almenara presionó a los juristas encargados de emitir sentencia y trató de ganar voluntades con sobornos y promesas de mercedes. Los cronistas coetáneos se hicieron eco del poder que llegó a detentar, escribiendo que “realmente todo se gobernaba al arbitrio del marqués de Almenara”, que “era el que hacía y deshacía y nombraba los oficios, y los proveía”, si bien “no era virei, ni exercitaba en Aragon ningun magistrado público”. Y una de las cabezas de la rebelión de 1591, Diego de Heredia, aseguró que “aca los aragoneses no le tenyan en tan buena reputaçion como alla los castellanos, porque jugava e hiban mugeres a su casa, segun deçian, pero yo no he visto lo huno ny lo otro y lo he tenido por buen cavallero, aunque se deçia que sobornava testigos en la causa del virrey estrangero, y asimysmo a los diputados, y que ay un proçesso en el çalmedinado sobre unos testigos falsos”.
Tras sufrir el incendio de su casa, Almenara salió de Zaragoza, si bien Felipe II volvió a enviarle a Aragón en abril de 1590, con poderes extraordinarios y la promesa de ser nombrado virrey. Su comisión incluía proseguir la causa pendiente, resolver el litigio entre Zaragoza y la Diputación por el Privilegio de Veinte y ayudar a castigar al fugitivo Antonio Pérez. Cuando éste fue trasladado a la cárcel inquisitorial el 24 de mayo de 1591, los promotores del motín subsiguiente difundieron la acusación de que Almenara tenía preso a un hombre en su casa. La negativa del marqués a franquear el acceso a los oficiales del Justicia encrespó más los ánimos y Juan de Lanuza mayor trató de apaciguarlos llevándole preso a la cárcel real. Durante el trayecto sufrió insultos y varias heridas, de las que murió a los catorce días. Su figura, además, fue satirizada en los pasquines que corrieron por la capital aragonesa en las semanas siguientes.
Fuentes y bibl.: Archivo de la Diputación Provincial de Zaragoza, Procesos, ms. 260, fols. 24, 361-361v. y 385; Archivo General de Simancas, Estado, l. 35, fol. 128; Archivo Municipal de Zaragoza, Actos comunes, l. 45.
L. Leonardo de Argensola, Informacion de los sucesos del Reino de Aragon, Madrid, Imprenta Real, 1808, págs. 57 y 64 [ed. facs., Zaragoza, Edizions de l’Astral y El Justicia de Aragón, 1991]; F. de Gurrea y Aragón, conde de Luna, Comentarios de los sucesos de Aragón en los años 1591 y 1592, Madrid, Imprenta de Antonio Pérez Dubrull, 1888, pág. 59; R. B. Merriman, The Rise of the Spanish Empire in the Old World and in the New, vol. IV, New York, The Macmillan Company, 1934, pág. 580; G. Marañón, Antonio Pérez (El hombre, el drama, la época), t. i, Madrid, Espasa Calpe, 1948, pág. 139 [reed., Madrid, Espasa Calpe, 1998]; J. M. Boyden, The Courtier and the King: Ruy Gómez de Silva, Philip II, and the Court of Spain, Berkeley, University of California Press, 1995, pág. 141; J. Gascón Pérez (ed.), La rebelión de las palabras. Sátiras y oposición política en Aragón (1590-1626), Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza y Gobierno de Aragón y Huesca, Instituto de Estudios Altoaragoneses, 2003; J. M. Soler Salcedo, Nobleza española: grandeza inmemorial, 1520, Madrid, Visor Libros, 2008.
Jesús Gascón Pérez