Aldama y González, Juan. San Miguel el Grande (Guanajuato, México), 3.I.1774 – Chihuahua (México), 26.VI.1811. Caudillo insurgente.
Nació en San Miguel el Grande, Guanajuato, y fue hermano del licenciado Ignacio Aldama. Siguió la carrera de las armas, y al estallar la Guerra de Independencia, era capitán del regimiento de caballería de las milicias de la Reina, en su pueblo natal, donde también vivían su hermano Ignacio y el capitán Allende.
Éste lo invitó, en 1809, a participar en la conspiración que en Valladolid dirigieron García Obeso y Michelena.
Asistió a las juntas secretas hasta que la conjura fue descubierta en el mes de diciembre.
Con su hermano Ignacio participó en las juntas secretas de Querétaro, en 1810, en la casa del corregidor Domínguez, así como en las juntas que en San Miguel presidiera su hermano. Estuvo en contacto también con el padre Hidalgo en Dolores. El 10 de septiembre de ese año, la conspiración de Querétaro fue descubierta por la denuncia que de ella hiciera el capitán Joaquín Arias, de Celaya, que había sido invitado igualmente por Allende a participar en ella.
La denuncia la hizo ante el alcalde de Ochoa y el sargento José Alonso, quienes se propusieron evitar el levantamiento anunciado para el primero de octubre siguiente.
Ochoa y Alonso dirigieron al virrey Venegas sendas comunicaciones participándole los acontecimientos; el 13 de septiembre hubo otra denuncia, en la que se implicaba como conspiradores a los hermanos Epigmenio y Emeterio González, así como al corregidor Domínguez de Querétaro. Éste se dio cuenta de las denuncias y de que las autoridades se preparaban a actuar, ya que se ordenó registrar las casas de los comerciantes González en busca de armas. El registro lo efectuó el 14 de septiembre, encontrando algunas armas y deteniendo a Epigmenio González. En vista de ello, la esposa del corregidor, Josefa Ortiz de Domínguez, se dio prisa en avisar a Allende de lo que ocurría, enviando un correo a San Miguel.
Como el enviado de la corregidora no encontrara a Allende, se entrevistó con el capitán Juan Aldama y le informó de que la conspiración había sido descubierta.
Aldama se puso inmediatamente en camino hacia Dolores para entrevistar a Hidalgo, a quien encontró a las dos de la mañana discutiendo el movimiento con Allende, pues ya estaban enterados de los acontecimientos.
Los tres caudillos conferenciaron y llegaron a la conclusión de que antes de que fueran arrestados habría que apresurar el movimiento, haciendo que estallara inmediatamente. En la madrugada del 16 de septiembre de 1810, Hidalgo mandó llamar al pueblo mediante un rebato de campanas; y así empezó la revolución.
El día 17 de septiembre, en Dolores, los nombraron caudillos una junta directiva de la población de San Miguel el Grande, de la que el licenciado Aldama fue presidente y regidores otros vecinos, siendo el primer gobierno impuesto por los insurgentes.
Por su parte, el capitán Aldama siguió al mando de una fracción del ejército y tomó parte en varias batallas.
Después de la que se dio en la Alhóndiga de Granaditas, el gobierno virreinal puso precio a las cabezas de Hidalgo, Allende y del capitán Aldama, que eran los jefes visibles del movimiento, que empezaba a ser arrollador y plagado de victorias.
Más tarde, cuando Hidalgo reorganizó en Acámbaro el mando del creciente ejército insurgente, que contaba ya con ochenta mil hombres, el capitán Juan de Aldama fue ascendido al grado de teniente general, grado con el que participó en las desastrosas batallas de Aculco y Puente de Calderón, en 1811. Después de la derrota sufrida por los insurrectos en estas batallas, contra huestes realistas de Calleja, se inició la retirada hacia el Norte, acompañando Juan de Aldama a los cabecillas hasta Acatita de Baján, en donde todos fueron apresados, por la traición de Elizondo.
Hidalgo, Allende, Aldama, Jiménez y otros jefes fueron llevados a la ciudad de Chihuahua, donde el tribunal militar debería juzgarlos por rebeldía. Juan Aldama fue sentenciado a muerte, siendo fusilado el 26 de junio de ese año de 1811. Su cabeza fue enviada a la Alhóndiga de Granaditas para que fuera exhibida en un garfio junto a la de los otros jefes.
Bibl.: Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), Tres héroes de la Independencia nacional: José Mariano Jiménez, Ignacio y Juan Aldama, México, Comisión Nacional para las celebraciones del 175 aniversario de la Independencia nacional y el 75 aniversario de la revolución mexicana [1985] (Cuadernos conmemorativos, 31); H. García Rivas, 150 Biografías de Mexicanos Ilustres, México, Editorial Universo, 1990; VV. AA., Diccionario Porrúa de historia, biografía y geografía de México, México, Porrúa, 1995 (6.ª ed. corr. y aum.), 4 vols.
Patricia Areal Torres-Murciano