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Leona Vicario Fernández de San Salvador

Biografía

Vicario Fernández de San Salvador, Leona. Ciudad de México (México), 1789 – 24.I.1842. Insurgente de la Guerra de Independencia.

Hija única de Gaspar Martín Vicario originario de Castilla la Vieja, y de Camila Fernández de San Salvador y Montiel, originaria de Toluca y descendiente del último Rey de Texcoco, Fernando Ixtlixóchitl, por parte de su abuela materna. Gaspar Martín era hombre de negocios y con cargos en la Ciudad de México como familiar de número del Santo Oficio de la Inquisición, regidor honorario de la Novísima Ciudad de México, cónsul del Tribunal de Mercaderes y conjuez de Alzadas del Tribunal de Minería. Se había casado en primeras nupcias con Pedra Elías Beltrán, con quien tuvo una hija, María Luisa, futura marquesa de Vivanco.

La educación que le brindaron sus padres fue completa para la época, aprendió francés y pintura, leyó varios libros, entre ellos las obras de Bufón y de Fenelón.

Sus padres escogieron como futuro esposo de Leona a Octaviano Obregón, originario de Guanajuato y estudiante de abogacía en la Real y Pontificia Universidad, era hijo de un rico minero de Guanajuato, las capitulaciones matrimoniales se firmaron poco antes de morir sus padres. Su padre murió de una enfermedad contagiosa, y la madre contrajo la enfermedad, ambos fallecieron en 1807, cuando Leona tenía veinte años y pasó a vivir a casa de su padrino y tío materno, el abogado Agustín Pomposo Fernández de San Salvador.

Cuando inició el movimiento de independencia, el novio comprometido salió para España y su familia, muy cercana al virrey regresó a Guanajuato.

En 1809 empezó a trabajar en el despacho de su tío y ahí conoció a Andrés Quintana Roo, con quien formalizaría una relación a la que se opuso férreamente su tío. En 1811 Andrés Quintana Roo Partió a Zitácuaro, Michoacán, donde se hallaba establecida la Junta Soberana del movimiento insurgente, convirtiéndose de inmediato en el encargado de publicar el Semanario Patriótico Americano. Leona esperó el momento de partir para encontrarse con él; mientras tanto, se convirtió en parte del movimiento insurgente, enviando informes sobre las contingencias de los insurgentes que se acercaban a la Ciudad de México, valiéndose de un arriero, Mariano Salazar, con quien enviaba armas, víveres y ropa a aquella ciudad.

En febrero de 1813 fue aprehendido Mariano Salazar en Chiluca, cerca de Tlalnepantla, pero una vez informada de esto, el 28 de febrero, Leona abandonó la ciudad, se dirigió a San Juanico donde con su cocinera y su ama de llaves se encaminó a Huixquilucan, iba enferma y sin dinero. Fue hallada por los enviados por su tío el 11 de marzo. Dos días después fue conducida al Convento de Belén, donde se le recluyó de manera forzada y vigilada por dos monjas, Manuela y María Ignacia Salvatierra, mientras el Tribunal Común le seguía proceso, expropiándoles sus bienes y dejándola sin dinero.

El 20 de abril de 1813, los coroneles Francisco Aroyave, Antonio Vázquez Aldana y Luis Alconedo forzaron la vigilancia del convento y libertaron a la reclusa, escondiéndola a su vez de la vigilancia de las tropas realistas, conduciéndola algunos días después a Oaxaca, cuya plaza ocupaba Morelos. En aquella ciudad se unió legalmente a Andrés Quintana Roo.

Después de vivir en diversos pueblos michoacanos, escapando de caer en manos de sus persecutoras, las fuerzas realistas, Andrés y Leona se encaminaron a la Sierra de Tlatlaya, en busca de un refugio seguro y ahí, el 3 de enero de 1817, nació Genoveva, su primogénita, de la cual fue padrino el licenciado Ignacio López Rayón.

El 14 de marzo de 1818, Vicente Vargas sorprendió a Leona y a su hija y las condujo a Temascaltepec en donde se hallaron con el indulto que, el 12 de marzo había solicitado Andrés Quintana Roo, para él, para su esposa y su pequeña hija. La familia permaneció en Toluca hasta la proclamación del Plan de Iguala, trasladándose a la Ciudad de México para asistir a la entrada del Ejército Trigarante, el 27 de septiembre de 1821.

Leona Vicario reclamó la indemnización de sus bienes confiscados, pero el Gobierno, incapacitado económicamente le otorgó la hacienda de Ocotepec, en los llanos de Apan, Hidalgo, además de dos casas en la ciudad de México. Se declaró anti-iturbidista en razón de sus sentimientos democráticos y anti-bustamandista.

Falleció en la ciudad de México a la edad de cincuenta y tres años, aunque fue enterrada en el cementerio de Santa Paula, sus restos reposan en la Rotonda de los Hombres Ilustres.

 

Bibl.: G. García, Leona Vicario, heroína insurgente, México, Secretaría de Educación Pública, 1945; C. Echanóve Trujillo, Leona Vicario, la mujer fuerte de la Independencia, México, Editorial Xóchitl, 1945; J. García Pimentel, Leona Vicario: una mujer por entero, México, Secretaría de Educación Pública, 1968; J. M.ª Miquel i Vergés, Diccionario de Insurgentes, México, Editorial Porrúa, 1969. A. Staples, Leona Vicario, México, Secretaría de la Presidencia, 1976; P. Chinchilla Pawling, Leona Vicario, México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1985; VV. AA., Diccionario Porrúa. Historia biografía y geografía de México, México, Editorial Porrúa, 1986 (5.ª ed.), pág. 3120; E. Aguirre, Leona Vicario: la insurgente, México, Alhambra Mexicana, 1986; F. Castelllanos, Leona Vicario: heroína de la independencia, México, Diana, 1997.

 

Raquel Ofelia Barceló Quintal

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