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José Miró y Anoria

Biografía

Miró y Anoria, José. Cádiz, 25.VII.1815 – Sevilla, 12.X.1878. Pianista, profesor y compositor.

Nació en el seno de una familia acomodada, que se estableció en Sevilla cuando Miró contaba cuatro años. El joven José comenzó a estudiar Música a los ocho años, con el padre Vargas y, dada su facilidad, continuó con Eugenio Gómez, organista de la catedral, realizando con él sus estudios de Piano y Contrapunto. A los dieciocho años consiguió la plaza de director de la ópera del teatro de Sevilla como suplente del director titular, su maestro Gómez, que con frecuencia no podía asistir a las funciones a causa de sus obligaciones en la catedral. Tras el fallecimiento de su padre, decidió continuar el estudio de la Música en París en 1829, y estudió con Kalkbrenner y con Thalberg, siendo a la vez ayudante en las clases de Manuel García y pianista acompañante de María Malibrán. Allí entró en contacto con algunos de los pianistas más importantes de Europa, como Chopin, Hummel, Bertini, Herz y Dölher. Miró actuó en salas parisinas y viajó como concertista por las principales ciudades de Francia, Bélgica, Holanda y Gran Bretaña en las temporadas de verano. En La Haya fue empresario de la ópera, y dio un concierto a dos pianos con su amigo Teodoro Dölher, con éxito. Hasta ese momento había compuesto varias obras para piano, entre las que destacan las fantasías sobre motivos de las óperas Il crociatto, Semiramide, Anna Bolena, Norma, etc., género en boga entre los concertistas que adaptaban fragmentos operísticos conocidos para desplegar su virtuosismo.

En 1842 regresó a España, convirtiéndose en el impulsor de la nueva escuela pianística de Thalberg, interpretando en Madrid las fantasías sobre Moisés y La sonámbula que aquel pianista acababa de estrenar en París. El primer concierto que ofreció en Madrid se celebró el 18 de mayo en la Academia Filarmónica Matritense, y tras él, La Iberia Musical publicó un artículo de Joaquín Espín, titulado “Estudios biográficos.

Artistas célebres españoles. Don José Miró”, en el que se decía de Miró que “bien puede dársele el dictado de primer pianista español”, y se destacaba “la limpieza y brillantez de su ejecución, la bravura y energía que desplegaba en los pasos de fuerza, la delicadeza en los andantes y cantabiles, aquella ejecución tan rápida como florida en los pasos ágiles, el trino prolongado de una manera asombrosa por más de cien compases, al mismo tiempo que los demás dedos marcaban un canto expresivo y tenido, aquel conjunto tan prodigioso de pasos distintos mezclados y confundidos entre sí con todo el fuego del genio para asombrar a todos los espectadores”. A continuación, Miró emprendió una gira por las principales ciudades españolas y Lisboa.

En 1843 intervino en dos conciertos en el Liceo Artístico de Madrid y un tercer concierto en el Instituto.

El profesor Pedro Pérez Albéniz escribió un artículo dedicado a Miró en El Anfión Matritense, en el que afirmaba: “hemos hallado una ejecución limpia, segura y correcta, una agilidad y fuerza iguales en ambas manos, una distinción justa y bien sostenida entre el canto principal y las partes accesorias; y últimamente, en las obras de su composición, como en la fantasía del Pirata, manifestando sus conocimientos en contrapunto aplicados al género moderno, nos ha hecho ver que es tan hábil compositor como ejecutor perfecto.

En suma, las relevantes dotes del nuestro apreciabilísimo y estudioso compatriota Miró le ensalzan, como pianista-compositor, a la línea de los primeros artistas españoles”. El éxito obtenido por Miró en estas sesiones hizo que la Reina le condecorase con la Cruz de Isabel la Católica. Tras una gira por provincias, con actuaciones en Zaragoza, Sevilla y Cádiz, se desplazó a Londres. El recuerdo de los conciertos de Miró permaneció en público y críticos, llegando a ser comparado con Liszt durante la gira de éste en 1844- 1845.

En 1843 se trasladó a Estados Unidos, y actuó en Nueva York, Filadelfia y Boston. Se desplazó después a Cuba, donde ofreció diez conciertos en un mes en La Habana, con extraordinario éxito, y aceptó establecerse en la ciudad como director de la sección de música del Liceo Artístico y Literario, a cuyo frente estuvo seis años, puesto que simultaneó con la enseñanza del Piano, contribuyendo a crear la moderna escuela pianística cubana. Entre sus discípulos en este período se cuenta Nicolás Ruiz Espadero. En 1851 se trasladó a Jamaica, donde estuvo un año dando conciertos y lecciones. En 1852 retornó a París, con el propósito de establecerse allí de nuevo, aunque realizó viajes a Madrid, donde intervino en diversos conciertos, como el ofrecido en los salones del Teatro Real en noviembre de 1853. En 1854 regresa de nuevo a España para visitar a su familia pensando regresar después a París. A su paso por Madrid fue designado, con fecha 27 de octubre de 1854, profesor interino de Piano del Conservatorio de Música y Declamación —tras la jubilación por enfermedad de Pedro Pérez Albéniz, otorgada el 24 de febrero de 1854—. En diciembre de 1854 actuó en el teatro Circo en los intermedios de funciones de zarzuela, interpretando una Fantasía sobre motivos de Hernani y El carnaval de Venecia, aunque sin la brillantez interpretativa de la década anterior. Miró decidió permanecer en España como profesor del Conservatorio de Madrid, y obtuvo, en marzo de 1857, la plaza en propiedad, al aprobarse el nuevo reglamento del Conservatorio, con un sueldo de 8.000 reales anuales.

Asimismo, fue profesor de los infantes duques de Montpensier.

Perteneció a la sociedad Orfeón Español, y fue fundador y miembro de la junta directiva de la Asociación Benéfica de Artistas Músicos constituida en junio de 1857.

Compuso gran cantidad de obras para piano, entre ellas Fantasías sobre las óperas I lombardi, I puritani, Il pirata, un capricho titulado El trino, que le proporcionó gran éxito como intérprete, y cinco Valses brillantes, publicados por La Iberia Musical, de estructura ternaria como imponía el canon europeísta dominado por los valses chopinianos.

En 1856 publicó su Método de piano, editado por Martín Salazar, aprobado y adoptado como libro de texto en el Conservatorio de Madrid. En el método, que sigue el escrito por Pedro Pérez Albéniz, recoge las enseñanzas de su maestro Kalkbrenner, incorporando novedades de la técnica de Thalberg, aunque sin avanzar significativamente respecto a las aportaciones de Pedro Pérez Albéniz, pues se mantiene dentro de la técnica digital de la escuela francesa.

Tras una introducción preliminar teórica, el método se organiza en seis series: la primera Posición de la mano; la segunda Posición libre; la tercera Mecanismo o ejercicios para recorrer el teclado; la cuarta Escalas; la quinta Arpegios de 7.ª y ejercicios de notas repetidas, y la sexta Notas dobles, octavas, glisandi, trinos y cruces de manos.

Como profesor del Conservatorio, Miró supo enriquecer el piano romántico español con los conocimientos y experiencias artísticas adquiridas en el extranjero durante su carrera concertística, sirviendo de nexo, al igual que Pérez Albéniz y Masarnau, entre el piano romántico español y el contexto pianístico europeo.

 

Obras de ~: Fantasías sobre las óperas: I lombardi, I puritani e Il pirata; El trino (capricho); Valses brillantes, s. l., s. f. (partituras editadas por La Iberia Musical).

Escritos: Método de piano, s. l., Martín Salazar, 1856.

 

Bibl.: J. Espín y Guillén, “Estudios biográficos. Artistas célebres españoles. Don José Miró”, en La Iberia Musical y Literaria, 21, 22 de mayo de 1842, págs. 82-83; P. Pérez Albéniz, “Miró”, en El Anfión Matritense, año I (20, 21 de mayo de 1843), págs. 156-157; Artagnan (E. Arrieta), “Revista Musical”, en La Nación, 26 de diciembre de 1854; “Don José Miró y Anoria”, en Crónica de la Música, 20, 6 de febrero de 1879, págs. 2-3; G. Salas Villar, El piano romántico español, tesis doctoral, Oviedo, Universidad, 1997 (inéd.); R. Sobrino, “José Miró y Anoria”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, vol. VII, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2002, págs. 614-616.

 

Ramón Sobrino

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